Penes o piolines

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Dejé de abrir fotografías de mensajes directos de desconocidos en las redes sociales. La razón es simple: el 90 por ciento son penes o piolines, o sea, frases de superación personal o falos. Unos y otros, cuando no solicitados, me parecen de las imágenes más desagradables a recibir; los seres humanos no contamos con la función de desver y yo no tengo la culpa del exhibicionismo ajeno.

El asunto es más o menos así. Abres Twitter (o Facebook o Instagram o TikTok, etcétera). En el extremo superior derecho del ícono de “mensajes” brillan unos números en rojo: tienes 17 no leídos. Sonríes ante la perspectiva de la invitación a una feria de libro o a escribir en alguna antología o una bonita felicitación porque a alguien le gustó tu libro. No. Nada de eso.

El primero: “La vida no es fácil, pero es bella. Buenos días”, con unas flores y pajaritos sobre fondo azul.

El segundo: “¿Quieres que te la meta?”, y abajo la foto de un pene sobre un vientre peludo.

El tercero: “Me calientas mucho, mándame una foto inédita”, junto con una foto inédita suya. Claro, la de su pito.

El cuarto: “Te quiero besar los pies y dejarte llena de semen hasta que me pidas que pare”. Con la respectiva foto de él sobre su cama de edredón anaranjado.

El quinto: nada. Sólo una foto. Sí, de una verga. En la foto de perfil aparece con su pareja y una niña pequeña, supongo que la hija de ambos.

El sexto: Sólo una foto. La abres y “Que no le falten bonitos colores a tu corazón. Buenos días”.

El séptimo: “Se me hace que eres puro cuento, te reto a demostrarme que no es cierto”, y después una foto de él, parado frente al espejo con la erección entre la mano derecha.

El octavo: “Enfócate, cree, confía, agradece y ama y el universo te premiará” con un iceberg estilizado.

El noveno: Sólo una foto. De otro pene. En la foto de perfil aparece un perro de caricatura.

El décimo: Sólo una foto. De oooootro pene. No hay foto de perfil, es de una cuenta en árabe.

El undécimo: “Si te interesa pasar una tarde de placer con alguien que no te va a dejar con las ganas, muy bien dotado, llámame, 55-XXXX-XXXX”, y sí, la imagen es la definición de bien dotado.

El duodécimo: Un link sin contexto.

El decimotercero: Una imagen. “La próxima vez que te caigas, recuerda que siempre puedes volver a levantarte y seguir adelante”.

El decimocuarto: “Quiero cogerte, mamar tu panocha, chupar tu culo”, con la correspondiente foto, muy oscura. La foto de perfil es de unas letras estilizadas.

Los otros tres mensajes son de esas cuentas que te escriben “hola” a diario, durante meses, años, y que jamás han obtenido respuesta (ni obtendrán). Me doy por vencida. 

Como apasionada del erotismo, claro que comprendo la intención de mandar fotos de sus penes, sé que la mayoría lo hace para calentarse con la perspectiva de que tú los veas y no porque crean que te van a despertar desaforada lujuria, les darás tu teléfono, se quedarán de ver en un motel y realmente les demostrarás que “no eres puro cuento”. 

El exhibicionismo es una parafilia en la que las personas gozan y se excitan al ser mirados por desconocidos a quienes agarran desprevenidos. Antes debían salir a la calle y arriesgarse a ser agredidos o detenidos por la policía, así que las redes sociales con sus mensajes directos se han convertido en la panacea: proporcionan el placer de mostrarse sin el peligro de ser descubiertos.

El tema aquí es que, como toda actividad sexual, cuando es sin consenso, es acoso, y no hay nada más molesto que esa sensación de que alguien pasó por encima de tu voluntad, aunque sea con una “inofensiva” imagen en las redes. Además, creo que se arriesgan demasiado a que alguien amanezca de mal humor y se le ocurra hacer pública la imagen. 

Lo de las frases de superación personal sí es una cuestión de animadversión personal, quien me conoce sabe que si algo aborrezco son ese tipo de contenidos, y más cuando vienen de un desconocido que las manda a no sé cuántas mujeres para ver cuál es la incauta que le contesta y se deja engañar por su sabiduría light. Porque sí: las personas menos confiables son esos “seres de luz” que hacen uso de su superioridad moral para aleccionar a gente necesitada de afecto y atención.

No tengo problema con la expresión libre. No creo que las parafilias sean motivo de culpa o censura, de lo que sí estoy convencida es del derecho de las demás personas a no ser vulneradas, y ahí es donde quien presenta este tipo de comportamientos debe trabajar para no invadir la privacidad y la vida de quien ni la debe ni la teme.

Ninguna mujer va a caer rendida a los pies de un señor que manda fotos de su pene a un cúmulo de extrañas. Lo mismo pasa con las frases de superación personal: si quieres inspirar a alguien con tus grandiosas ideas, deja de perder el tiempo mandando mensajes inútiles y chocantes y sal al mundo a predicar con el ejemplo.

Otra colaboración de la columnista: Instrucciones si quieres ser la amante

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