¿Por qué la culpa la sigue teniendo Yoko Ono?

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En la vida hay debates estériles y este: ¿Yoko Ono separó a The Beatles?

Es estéril porque es innecesario, o sea, ¿a quién le importa de verdad eso? Determinar si es verdad que Yoko separó a la banda más famosa de todos los tiempos no cambia ese hecho ni nos dota de herramientas para evitarlo en el futuro (¿notan lo tonto que suena?).

Pero si algo es menos estéril en esta conversación es entender por qué carajos lo seguimos discutiendo. 

Si intentamos ver integralmente a Yoko Ono, notamos que tiene 60 años de carrera artística, ha montado cientos de exposiciones, grabado 37 discos, es pionera en el arte conceptual, ¿por qué seguimos reduciéndola a haber separado a los Beatles?

Sí, podemos decir que la influencia de Yoko en el mundo no puede compararse con la influencia de The Beatles. Ser parte de esa fama debe ser arrollador y claramente devora todo a su paso. Nada puede brillar más que ellos.

Pero sentada junto a ella justo en los momentos en los que se supone que separó a la banda estaba otra mujer, Linda Eastman. Su esposo, Paul McCartney, fue quién interpuso una demanda para separar a la banda y nadie la culpa a ella (o a él) por la separación. 

¿Por qué a Yoko sí? 

A nadie le va a gustar esto y van a decir que la generación de cristal es muy woke y no sé qué, pero ¿han pensado que Yoko ha sido víctima de racismo y misoginia durante más de 50 años?

Piénsenlo un poco: sabemos que Paul quería tomar las riendas de los Beatles al grado de proponer a su suegro como manager. Lo vimos en el documental Get Back darle órdenes a los demás, ignorando los talentos de los otros miembros del grupo, hasta el punto en que George Harrison se paró y se fue, mientras Yoko estaba ahí sentada leyendo el periódico, tejiendo y leyendo cartas. 

Incluso en 2012, Paul McCartney le dijo a Alan Frost que Yoko no separó a The Beatles y admite que Alan Klein, el último manager del grupo, causó peleas internas que influyeron en la separación del grupo. 

¿Dónde está el racismo y la misoginia? Bueno, si no ven misógino culpar a una mujer por las decisiones de cuatro hombres adultos, tenemos un problema. 

Culpar a las mujeres por lo que hacen los hombres, como si no tuvieran capacidad de tomar sus propias decisiones, es algo que hemos visto en Occidente desde, mmm, ¿Adán y Eva? 

Además, nos gustan las narrativas que se acomoden al esquema: planteamiento, nudo, desenlace y en las que participen un protagonista-héroe, sus fieles y leales amigos y que enfrenten y le ganen a un villano. 

Los Beatles son unos protagonistas perfectos: unos jóvenes ¿atractivos? que estaban conquistando al mundo hasta que un ente extraño acabó con ellos. También por eso es que seguimos hablando del tema: porque en esa narrativa, Yoko derrotó al grupo. Los Beatles perdieron y eso es imperdonable.

Como villana, Yoko es perfecta: mujer, extranjera (y de un país que en el contexto de los hechos era enemigo de occidente en esos momentos) y, según dicen, fea. No sólo eso, había estado casada dos veces, tenía una hija y sin duda no encajaba entre las rubias parejas que todos los miembros del grupo, incluido John, habían tenido antes.

Como persona, es claro que se han colocado en ella un montón de prejuicios.Pero bueno, viendo Get Back, el documental sobre The Beatles que dirigió Peter Jackson, queda claro que Yoko no separó a la banda. Ella hasta tuiteó una nota en la que señalan que el documental derribó ese mito.

El rock, ese espacio machista

Lo peor del caso es que si seguimos pensando, estos prejuicios, principalmente los misóginos, están presentes en toda la historia del rock hasta nuestros días.

El rock era territorio de hombres. Las mujeres sólo eran admitidas como groupies o legítimas esposas y la historia de John y Yoko demuestra que si hay algo prohibido a las groupies y a las esposas es opinar.

¿No dicen que Yoko separó a los Beatles porque se metía en las decisiones que sólo le correspondían a la banda?

En Get Back vemos a Linda Eastman opinar y nadie la odia. ¿Es por qué era bonita?
Otra mujer que ha padecido un destino parecido al de Yoko Ono es Courtney Love, otra artista cuyo talento ha sido totalmente opacado por la fama de su esposo y por la mala fama que el matrimonio le acarreó. 

Love, igual que Yoko, ha usado el arte para denunciar la violencia contra las mujeres, ambas se casaron con el ídolo de la época que les tocó y ambas son repudiadas por los fans.

Es como si los fans del rock sólo estuvieran de acuerdo con que sus ídolos se casen con súpermodelos pero no con mujeres que viven del trabajo intelectual. Al parecer, la culpa no la tiene Yoko Ono.

@almarazkari

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