Con la COVID-19 se hizo más visible el olvido gubernamental hacia las personas en situación de calle, pues no hubo programas ni una estrategia de salud pensada en este sector de la población.
Jornadas de 10 a 12 horas, varias de ellas afuera de centros comerciales o restaurantes, esperando a que la notificación de su celular suene para avisar que tienen un pedido por llevar, ¿a cambio de qué?
Mientras la Cuarta Transformación enarbola la bandera de la austeridad, a la titular de la Secretaría de Gobernación le encontraron un departamentito que vale 11 millones de pesos. Y el problema no es que lo tenga, sino que al parecer se le olvidó informar que existía.