Compra y venta de facturas es “deporte nacional”

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Las facturas que emiten los factureros son como el amor de tu ex. Parecen verdaderas, pero en realidad solo son una simulación, usadas para que personas, empresas y hasta criminales paguen menos impuestos o “lavar” el dinero procedente de delitos.

¿Para qué las compran las personas y las empresas? Imagina que el señor de la tienda de la esquina compra unas galletas en ocho pesos, que luego vende en 10. La ganancia es de dos pesos, ¿cierto? Bueno, ahora, en lugar de reportar esa “utilidad” a Hacienda y pagar 60 centavos de impuestos (promedio de 30%), le pide a su compadre que le venda una factura por, justamente, dos pesos (lo que había tenido de ganancia). 

El resultado será que ya no tenga que pagar ningún impuesto y que a su compadre le dé una comisión, por “el favor”, la cual va del 4 al 12%, de acuerdo con diferentes fuentes consultadas por Cuestione. Esto es entre dos y siete centavos, en lugar de los 60 que habría tenido que pagar al gobierno. 

El problema es que este no se trata del “tendero de la esquina”, sino de miles de empresas y personas, muchas de ellos con altos ingresos, quienes recurren a estas prácticas de evasión fiscal. Entonces toma esos dos pesos que no llegaron al fisco y agrégale 12 ceros, para entonces estar cerca de los 1.6 billones de pesos, de acuerdo con el reporte Operaciones Simuladas, del SAT.

El senador Samuel García, de Movimiento Ciudadano, ha impulsado varias iniciativas para parar a los factureros (como se le conoce a las empresas que emiten estas facturas de productos y servicios simulados) y dificultar o castigar con más severidad esta práctica ilegal.

Fuente: Elaboración propia con base en iniciativas en el Senado.

“(La facturación simulada) se convirtió en un deporte nacional… A los que compraban facturas, nunca se les castigó, nunca se les cobró, dejaron la bola crecer y hoy estamos ante un monstruo”, dice el senador García.

El esquema de los “factureros” tiene décadas, pero cobró fuerza a partir de 2005, a través de estrategias “que fueron toleradas y toleradas y toleradas, por funcionarios, no sólo del SAT, había gente del Banco de México, había senadores, había un mundo de gente respaldando este tema y se llevaba su partida”, explica a Cuestione el fiscalista Juan Antonio Castro, director del bufete Castro & Mancera.

Por su parte, el Consejo Coordinador Empresarial pidió al Senado revisar la iniciativa que busca la prisión, tanto para los factureros como para sus clientes, pues “la estrategia resulta excesiva para tales efectos y puede generar inseguridad para la inversión productiva formal en el país”.

La organización de empresarios señaló que era “indispensable” establecer una diferencia entre las “organizaciones delincuenciales que se dedican a simular operaciones para vender facturas, y aquellos contribuyentes que puedan haber comprado alguna de ellas”.

¿A qué se refiere Garcia con que emitir facturas falsas es un “deporte nacional”? A que, según el Sistema de Administración Tributaria (SAT), existen más de ocho mil empresas factureras en el país, las cuales han emitido casi nueve millones de facturas simuladas, de 2004 a la fecha.

De acuerdo con el informe Operaciones Simuladas, del SAT, casi 30% de las empresas a través de las cuales los factureros desvían el dinero, se encuentran en tres estados: Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León. 

Volver de la tumba para hacer facturas

“He conocido casos, aquí en la Ciudad de México, de notarios reviviendo muertos para darles una clave CIEC (con la cual se emiten las facturas) y desde esa clave abrir 30 empresas por día y todos los días a facturar. Era evasión y cuando por fin llegaba el SAT, es un muertito ¿como lo meto el bote?”, recuerda el legislador, que recientemente dijo que buscará ser gobernador de Nuevo León

La facturación simulada ha permeado tanto en todas las capas de la sociedad, que uno de los principales sectores que recurren a ellas son los propios gobiernos, en sus distintos niveles (federal, estatal y municipal), acusa Samuel García.

Una exempleada de una empresa facturera –quien pidió reservar su nombre– reveló a Cuestione que también artistas, políticos y deportistas, así como empresas de renombre, son clientes frecuentes de estos servicios. 

“Como funciona es así: el cliente (el evasor fiscal) nos da un tema relacionado a su actividad profesional, la que sea. Por ejemplo, una óptica nos pide un estudio de mercado sobre lentes. Lo que nosotros hacíamos era integrar una carpeta con información de marketing, lentes y ópticas, que todo sacábamos de internet. Se imprimía y se entregaba en una carpeta”, relata a Cuestione, solicitando se omita su nombre por seguridad. 

La facturera entonces emitía un recibo por ese servicio, que tomaba algunas horas, con montos que iban desde 30 mil hasta 600 mil pesos. “En caso de una auditoría, el cliente entregaba esa carpeta como supuesta evidencia de que había existido el servicio”, agrega. 

Delincuentes de cuello blanco, que le roban a México

Con los impuestos que no se pagaron, se dejaron de pagar hospitales, medicamentos, escuelas, maestros, alumbrado público y seguridad. 

Pero la evasión fiscal no es el único delito en el mercado negro de la facturación simulada. A través de ella, también se lava el dinero proveniente de otros crímenes: “Lo usan para lavar dinero, lo usaban para trata de blancas, lo usaban para contrabando, delincuencia organizada, secuestro, drogas; es una manera de limpiar el dinero”, dice el senador.

Cuando el dinero proviene de un delito (como narcotráfico, sobornos, trata o cualquier otro), los criminales también recurren a los factureros para “lavar” el dinero y bancarizarlo, es decir, convertir el dinero de ilícitos en “dinero limpio”. ¿Cómo funciona?

La lavadora de dinero

Para simular completamente la operación que amparan las facturas, los contribuyentes transfieren el pago de la operación simulada al facturero, quien les devuelven el dinero (una vez restada su comisión) en efectivo. 

Pero para obtener este dinero en efectivo, los factureros no recurren al banco, sino a sus otros clientes: narcos, políticos corruptos y criminales de cuello blanco. 

Imagina que un político corrupto recibe una bolsa llena de efectivo, amarrado con ligas, con un millón de pesos. No la puede depositar en su cuenta bancaria o comprar algo con ello sin levantar sospechas, por lo que se lo da a un facturero, quien se lo divide a través de diferentes cuentas bancarias e instrumentos financieros, en México y el extranjero, ya bancarizado. 

El facturero también recurre al dinero pagado por los clientes de las operaciones simuladas, para regresar a los criminales con dinero “limpio”. El efectivo que recibió del político corrupto, se lo pasa a las empresas que están evadiendo impuestos. Así, las personas y empresas que buscan pagar menos impuestos forman parte de una red de lavado de dinero, sin siquiera saberlo. 

Para combatir a quienes compran y venden facturas de operaciones simuladas, García considera que la tecnología será la gran aliada: “Ya hay contabilidad electrónica, revisiones electrónicas y liquidaciones electrónicas. SAT haciendo puro cruce con algoritmo, ya no es aleatorio, ya sabes a quién caerle, caerle rápido… Eso puede ayudar mucho a mejorar la recaudación”.

Y es que México es uno de los países con peor recaudación fiscal. En un comparativo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se encontraba en la posición 77, de entre 95 países. “Hace 10 años vivíamos del petróleo, así que el país no tenía tanta prisa por recaudar… Ahora no, ahora tenemos que vivir de los impuestos, ya no hay petróleo”, concluye Samuel García. 

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