La democracia en riesgo

Compartir:

- Advertisement -

El pasado 7 de julio, Boris Johnson, el primer ministro británico dimitió de su puesto después de una serie de escándalos que provocaron la salida de varios de los miembros de su gabinete en los días previos. En total dimitieron 44 miembros del Partido Conservador que es al que pertenece Johnson, lo que nos da una idea de la dimensión de la crisis.

En países como el nuestro con una democracia poco consolidada y en donde la impunidad es la orden del día, algo como lo ocurrido en el Reino Unido nos parece imposible, sobre todo si tomamos en cuenta que los escándalos provocados por Boris Johnson son cosa de niños comparados con los que involucran a nuestros políticos.  

Y digo esto porque a Johnson sus ciudadanos no le perdonaron haber realizado una serie de fiestas en la casa de gobierno durante la pandemia, mientras que en México le perdonamos al fiscal general que fabrique delitos, por ejemplo. Como pueden ver, se trata de asuntos con muy distintos niveles de gravedad.

Con esto no estoy queriendo decir que lo que hizo el primer ministro británico sea excusable, al contrario, me parece que los ingleses están dando una lección de responsabilidad cívica al exigirle a su líder un comportamiento ejemplar, simplemente estoy queriendo contrastar con lo que ocurre en nuestro país en donde nos hemos acostumbrado a comportamientos no solo faltos de ética sino decididamente ilegales por parte de los gobernantes.

Lamentablemente, en esto no estamos solos y pareciera que no solamente es un problema de países tercermundistas como el nuestro.  

Aparentemente, los ciudadanos norteamericanos también están desarrollando una alta tolerancia a la corrupción y a los escándalos por parte de sus políticos, o de qué otra forma se explica que haya toda clase de evidencias de que el ex presidente Donald Trump haya intentado revertir los resultados de la elección en la que perdió frente a Joe Biden y no solamente eso, sino que estuvo alentando los disturbios ocurridos el 6 de enero de 2021 en el Congreso de los Estados Unidos. Se trata de una regresión increíble en la vida democrática de un país que se veía a sí mismo como el modelo a seguir para el resto del mundo.

Donald Trump y sus habilitadores no solamente no han pagado las consecuencias de atentar contra las instituciones de su país, sino que incluso siguen contando con un amplio, muy amplio grupo de seguidores. No es de extrañar entonces, que numerosas voces en aquel país hablen del riesgo en el que se encuentra la democracia en los Estados Unidos.

Y eso debería preocuparnos a todos, porque si un país con una larga tradición democrática y con instituciones sólidas como Estados Unidos puede sufrir una regresión y convertirse en rehén de un grupo de corruptos, qué esperanzas tenemos los países con instituciones endebles como el nuestro.

Pero no se trata de lamentarse y no hacer nada, que la democracia persista a pesar de sus defectos depende de nosotros, los ciudadanos, de nuestra participación no solo en los procesos electorales sino exigiendo que quienes violan las leyes sean sometidos a la justicia. La impunidad es el peor enemigo de la democracia. Lo ocurrido en Gran Bretaña es un recordatorio de que las sociedades se merecen mejores gobernantes y pueden exigirles que lo sean. Sigamos ese ejemplo.

Otro tema de la autora: Las habilidades para el futuro

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.