Estas son las personas que el gobierno de AMLO ha olvidado

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Mientras México, y el mundo, enfrentan una profunda crisis tanto de salud como económica, es fácil que olvidemos a los más frágiles. Lo triste es que en nuestro país, hay sectores que llevan mucho tiempo olvidados y eso no cambió. Incluso, empeoró con el gobierno actual.

Podemos dejar atrás el “primero los pobres” de López Obrador y todas las promesas de campaña que nos han reiterado hasta el cansancio. En México, las personas más vulnerables siguen estando abandonadas.

En primer lugar, las mujeres. No importa que este sea el gobierno “más feminista de la historia”, ellas se han tenido que movilizar una y otra vez para que sus demandas se escuchen, y rara vez con éxito. Han sido ninguneadas desde Palacio Nacional. Incluso, el presidente señaló que el feminismo es un “enemigo de la cuarta transformación”.

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Pero ellas están más expuestas a la violencia que nunca. Durante los dos primeros meses del confinamiento por COVID-19 hubo más de 11 mil víctimas de violencia familiar que fueron atendidas por la Red Nacional de Refugios; una cifra 70% más alta que en el mismo periodo de 2019.

Sus derechos reproductivos han sido ignorados por la administración federal, y el presupuesto para atenderlas ha sido engañosamente inflado. Hoy, en realidad, hay menos recursos para las mujeres que en años anteriores.

Quizá, ellas, las mujeres, son el caso más visible por la fuerza de sus protestas contra los feminicidios que no paran, pero no son el único caso de sectores dejados de lado.

Las personas que sufren alguna discapacidad tampoco son importantes para esta administración. El Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad no existe para este gobierno. Nunca se nombró un director o directora general en lo que va del sexenio, lo cual viola acuerdos internacionales. Además, les han recortado el presupuesto. Las organizaciones de gente con discapacidad denuncian falta de programas y políticas públicas. Simplemente, si eres una de estas personas, no existes para el gobierno actual.

Igual, o peor, le va a la comunidad LGBT en México. 

Las cifras son dramáticas. Durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto, unas 470 personas gays, lesbianas o trans fueron asesinadas por su orientación sexual. Pero solo en 2019, el primer año de este gobierno, ese número fue de 117. De no cambiar la estrategia, este podría ser el sexenio más letal para este grupo. 

Y ni hablemos de sus otros derechos. No hay nadie en la mayoría parlamentaria de Morena hablando seriamente de darles igualdad ante la ley, y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha demostrado que el tema le tiene sin cuidado.

Desde el descabezamiento del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Conapred, la institución quedó en el olvido. El presidente no tuvo empacho en demostrar su desdén por el organismo que lucha para proteger a las personas que son discriminadas. 

Dijeron que nombrarían a una mujer indígena para el cargo, pero no lo han hecho porque, la verdad, no les interesa. Combatir la muy arraigada discriminación en nuestro país no es prioridad para un gobierno que se define por su superioridad moral. 

López Obrador puede ponerse trajes típicos o panes en la cabeza, pero la verdad es que las comunidades indígenas no han recibido ninguna atención especial. Primero estuvo la imposición del proyecto del Tren Maya, pasando por alto los convenios internacionales sobre consultas previas e informadas. 

Ahora, en el presupuesto 2021, desapareció el Programa de Derechos Indígenas, el cual se encarga de la operación de las 35 Casas de la Mujer Indígena y Afromexicana, que atienden casos de violencia de género y vigilan los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Las mujeres indígenas son, quizá, el grupo más expuesto y vulnerable de toda la sociedad mexicana. Son las pobres de los pobres. Y no están primero, están al final.

Los niños y niñas son otro grupo que no le interesa al gobierno. Y no solo los menores que necesitan medicinas para sus tratamientos por cáncer u otras enfermedades. Por desgracia está, además, el problema de las vacunas. 

Hoy, México se encuentra en el número 10 de países del mundo donde hay más niños y niñas que no son vacunados. Otros países del grupo son Angola, Brasil, Nigeria, Pakistán y Etiopía, según reveló Unicef. Entramos en esta lista en tan sólo un año. 

¿Por qué estos grupos no importan hoy? Fuera de las mujeres, la única explicación es esta: no son electoralmente significativos. Los menores no votan, los indígenas que lo hacen son pocos, al igual que las personas con discapacidad. El sector LGBT tampoco es suficientemente importante en términos electorales.

No es relevante dónde estemos ideológica o políticamente. Todas las personas importan. Y es responsabilidad del Estado apoyar a quienes son más vulnerables ante la pobreza, la violencia y la discriminación. 

Nada nos define más como nación que eso: ser solidarios con las personas más expuestas. Y estamos fallando. 

Le estamos fallando a quienes más lo necesitan.

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