El costo de no tener una estrategia consistente en educación

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México participa desde el año 2000 en el Programa Internacional para la Evaluación de los Alumnos impulsado por la OCDE y mejor conocido como prueba PISA, el cual mide el desempeño de los estudiantes en lectura, matemáticas y ciencias. Se trata de una prueba estandarizada a la que se someten los países cada tres años.

Los resultados de los estudiantes mexicanos desde que se aplica la prueba han sido consistentemente más bajos que el promedio de los países de la OCDE tanto en lectura como matemáticas y una de las causas de este mal desempeño es que no ha habido congruencia en las estrategias aplicadas por la Secretaría de Educación Pública para mejorar el desempeño escolar.

Cada sexenio, el gobierno en turno diseña y busca ejecutar una estrategia diferente para mejorar los resultados de los estudiantes, sin embargo, al no haber coherencia, los esfuerzos se quedan truncos y los que pierden, por supuesto, son los estudiantes.

El sexenio pasado se aprobó una reforma educativa que ponía especial énfasis en la capacitación de los docentes y en la medición de resultados a través de exámenes diagnósticos, sin embargo, no hubo continuidad ya que la actual administración decidió echar para atrás esa reforma y antes de que pudiera hacer su propio planteamiento se atravesó la pandemia de COVID-19.  

La pandemia resultó ser una verdadera catástrofe no solo en materia de salud sino también en lo que se refiere a la educación ya que millones de estudiantes estuvieron sin clases durante meses. 

Además, tuvo un impacto importante en la deserción escolar, como lo muestra la encuesta realizada por el INEGI que reportó que 5.2 millones de personas de entre 3 y 29 años no se inscribieron en el ciclo escolar 2020-2021 por COVID o por motivos económicos [1]. Estamos hablando de un número significativo de alumnos que simplemente no pudieron seguir estudiando.

Por otra parte, la SEP aplicó una encuesta sobre la Pérdida de Aprendizajes, Abandono Escolar y Necesidades de Formación para docentes en la que 46% de ellos reportaron que la pérdida de aprendizajes a raíz de la pandemia fue baja o muy baja[2].

Y a partir de esta respuesta, la Secretaría de Educación de alguna manera ha determinado que el problema no es tan grave, sin embargo, dicha encuesta no puede considerarse un diagnóstico ya que se trata de un instrumento que mide la percepción de los docentes y por lo tanto no aporta información objetiva. 

De acuerdo con el Banco Mundial el rezago educativo en América Latina es de 1.3 años de escolaridad y estimó que en el caso de México el rezago asciende a dos años.


[1] https://www.inegi.org.mx/contenidos/investigacion/ecovided/2020/doc/ecovid_ed_2020_nota_tecnica.pdf p. 13

[2] https://educacionbasica.sep.gob.mx/wp-content/uploads/2022/04/6.SUBSECRETARIiA-DE-EDUCACIOiN-BAiSICA_CORR_A.pdf p.30

Otro título de la autora: México, entre los cinco países más violentos del mundo

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