La sorpresa demócrata

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Al momento de escribir esta columna, el partido demócrata en los Estados Unidos de Norteamérica había alcanzado 48 escaños en el Senado, igualando con ello el número de asientos obtenido por los republicanos.

Se trató de una verdadera sorpresa ya que muchos analistas en aquel país pronosticaban que el partido republicano arrasaría en las elecciones intermedias. Este tipo de situaciones se dan, precisamente cuando hay un clima tan polarizado que es imposible saber con claridad qué es lo que realmente está ocurriendo con los electores.

De acuerdo con los medios estadounidenses, la novedad fue el voto de los jóvenes entre 18 y 29 años que fueron quienes le dieron el empujón que necesitaban a los demócratas.  Gracias a este empujón, el partido de Biden logró el mejor resultado electoral para un partido gobernante desde el 2002.

Sin duda, hay múltiples razones por las cuales se están dando estos resultados, pero definitivamente parece que la sorpresiva participación de electores jóvenes respondió en gran medida a la decisión de la Suprema Corte de aquel país de echar para atrás una ley que protegía el derecho al aborto, decisión que fue respaldada notoriamente por el partido republicano. Y es que si bien hay muchos jóvenes que simpatizan con el partido conservador, el número de personas que están a favor del derecho al aborto en ese país alcanza al 62% de la población según el Pew Research Center.

Por otra parte, es un hecho que la economía y sobre todo, el impacto de las decisiones económicas en los bolsillos de la gente pesa mucho más que las cuestiones ideológicas o partidistas. De acuerdo con la Casa Blanca, desde que el presidente Biden asumió la presidencia se han creado 10,000,000 de nuevos empleos.   Esto por supuesto, influye de manera importante en la percepción de los electores respecto a la gestión gubernamental.

Hace solamente unas semanas, numerosas voces expresaban preocupación por la enorme influencia que el ex presidente Trump seguía teniendo sobre su partido y sobre todo, en una parte importante de la población de su país, sin embargo, los resultados de estas elecciones han dejado ver que se trataba de una percepción muy bien alimentada por el ala más radical de ese partido y que no necesariamente es una realidad.

El hecho es que, si bien el partido republicano sigue teniendo una enorme fortaleza, este revés electoral está provocando algo que parecía improbable: que el liderazgo de Trump se derrumbara. Hoy, ese liderazgo no solamente está en duda, sino que muchos republicanos empiezan a desmarcarse de él porque ya no es el activo electoral que se creía y principalmente porque hay cada vez más señales de que el ex presidente podría enfrentarse a la ley tarde o temprano.

Sin duda, estos resultados representan un triunfo importante para el presidente Biden que sale fortalecido para buscar la reelección. El gran reto, es su edad ya que sus oponentes se han encargado de convertirla en su principal debilidad política y lo cierto es que Biden, de 80 años ha demostrado tener una energía impresionante y un enfoque enorme para conducir a su país en la ruta que él mismo ha trazado, sin embargo, el desgaste de otra campaña electoral es algo que bien puede estar más allá de su capacidad física.

Los demócratas tendrían que estar pensando ya en un plan B, es decir, en construir una candidatura alterna a la de Biden, por si por alguna razón el actual presidente decide no presentarse a la reelección.   Los siguientes meses serán cruciales para este partido y veremos si son capaces de tomar decisiones de largo plazo.

Por lo pronto, para el mundo entero, la gran lección es que en la política nada está escrito y que las tendencias no son irreversibles. Lo acabamos de atestiguar en Brasil y ahora, en los Estados Unidos de Norteamérica.  

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