¡Cierren las puertas, señores! Hacia las elecciones estadounidenses

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Es cierto, el disparo de salida en las elecciones estadounidenses –especialmente las primarias del Partido Republicano– se realizó hace ya varios meses con la incursión paulatina de suspirantes a la candidatura presidencial. 

La estampida, medio salida-en-falso, la inició prácticamente el gobernador de Florida, Ron DeSantis, al ganar su reelección el día 7 de noviembre del año pasado mostrando su viabilidad como contendiente a la presidencia. Mucho ha ocurrido desde entonces y por ello pareciera que ya estamos muy entrados en la carrera.

Sin embargo apenas se han estado calentando motores (y las bolsas de algunas de los comités de campaña) ya que será la próxima semana cuando se realice el primer debate entre los precandidatos Republicanos en la ciudad de Milwaukee, Wisconsin. 

Será hasta el próximo 23 de agosto que en verdad inicie el careo del ex presidente Donald Trump –favorito según las encuestas con 53% de las preferencias entre republicanos– ante la decena de personajes que intentarán arrebatarle la ventaja.

Los contendientes de Trump tienen perfiles variados y pueden ser acomodados en tres grupos para una mejor comprensión de la competencia. El primero incluye a Mike Pence, Nikki Haley y Chris Christie, quienes fueron sus cercanos colaboradores durante su campaña en 2016 y su administración de 2017 a 2021. 

En este grupo destaca el ex vicepresidente Pence quien ha decidido desafiar directamente a Trump acusándolo de tratar de violar la Constitución y declararse ganador de las elecciones de 2020; sin embargo, Pence cuenta con una popularidad de tan sólo 3%. 

El segundo grupo se define por localidad ya que tanto el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el alcalde de Miami, Francis Suárez, usarán sus bases locales como trampolín en búsqueda de expandir su popularidad. En este grupo destaca DeSantis quien ha sido tímido en su desafío y crítica al ex presidente y se caracteriza por tener una agenda profundamente conservadora; las encuestas colocan al gobernador en un lejano segundo lugar con un 17% de preferencias. 

El tercer lugar es una colección de suspirantes de poca monta que incluye a un empresario, Vivek Ramaswamy, los ex gobernadores de Arkansas y Dakota del Norte, Asa Hutchinson y Doug Burgum, y a una nueva figura con un futuro promisorio entre Republicanos, el senador Tim Scott de Carolina del Sur. De este grupo lo único destacable es que ninguno parece tener la mínima probabilidad de competir en serio.

Uno esperaría que los miembros del tercer grupo sirvan como punching bag durante el debate del próximo 23 de agosto ya que teniendo casi nada que perder podrían lanzar parte de su arsenal en contra del ex presidente Trump. Sin embargo, en detrimento del espectáculo que un debate así debe brindar, Trump ha anunciado que probablemente no asista.

Tanto los cuatro casos criminales abiertos en su contra, dos de carácter estatal y dos de federal, como la amplia ventaja con la que cuenta entre las preferencias son las posibles razones de la decisión estratégica de su campaña. Si Trump no se presenta al debate el disparo de salida de las primarias republicanas no sólo será de salva sino inaudible y sin chispa. 

Nos dejará esperando el verdadero inicio de la competencia en toda su plenitud.

Más del autor: La xenofobia y sus alcances políticos en la política estadounidense

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