El 3 de julio pasado se conmemoró en México el aniversario del voto de las mujeres en nuestro país. Fue hace 68 años que las mexicanas obtuvieron el derecho de ejercer su voto, un logro trascendental que marcó un punto de inflexión en nuestra democracia.
Por primera vez, la mitad de la ciudadanía podía influir en la toma de decisiones políticas en este país. ¿Pero quiénes fueron las mujeres que se dieron cuenta que no era normal que no pudieran participar y exigieron ser tomadas en cuenta? ¿Que adoptaron posiciones innovadoras y rompieron con las normas de su época e incluso se expusieron a ser agredidas o perseguidas?
Entre muchas, destaca el papel fundamental de Elvia Carrillo Puerto, una mujer valiente que encabezó la lucha por conquistar este derecho.
Conocida como La Monja Roja, fue una prominente líder feminista y política a principios del siglo Veinte. Nació en Yucatán en 1878, en una época en la que las mujeres eran relegadas a un segundo plano en la sociedad. Sin embargo, Carrillo Puerto desafió los roles y estereotipos de género de su tiempo y se destacó como una incansable defensora de los derechos de las mujeres.
En su lucha por el derecho al voto femenino, Carrillo Puerto abogó por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres con respecto a la educación para las mujeres y el acceso a una gama más amplia de oportunidades laborales.
Esto no solo para las mujeres sino para todas las personas en condiciones de desigualdad. Como cofundadora del Partido Feminista de Yucatán en 1912, Carrillo Puerto trabajó incansablemente para sensibilizar y empoderar a las mujeres mexicanas en la lucha por sus derechos políticos.
Su visión vanguardista y su compromiso con la causa fueron fundamentales para sentar las bases de una sociedad más igualitaria y continúa siendo relevante hasta ahora.
No podemos pasar por alto el hecho de que las mujeres que lucharon por el voto también tuvieron que enfrentar una oposición feroz. Carrillo Puerto y sus compañeras de lucha Rosa Torre, Nelly Aznar, Susana Betancourt, entre otras, fueron criticadas, ridiculizadas e incluso perseguidas por algunos sectores conservadores de la sociedad.
Sin embargo, su valentía y determinación superaron las barreras y allanaron el camino para el reconocimiento de los derechos de las mujeres.
Hoy en día, en un contexto en el que la democracia aún enfrenta desafíos y obstáculos, es crucial tomar inspiración de la valentía y el coraje de mujeres como Carrillo Puerto. Necesitamos más jóvenes pensando en nuevas formas de expresar y validar la democracia. De hacer política, cuando todas y todos estamos cansados de los políticos. Debemos reconocer que la innovación y la ruptura de normas son elementos fundamentales para lograr una sociedad más justa y acorde a los tiempos.
