La seguridad y los homicidios dolosos fueron temas pendientes de resolver para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en 2019. No solo se convirtió en el año más violento desde que se tiene registro, sino que fuimos testigos de tragedias como el asesinato de nueve miembros de la familia Lebarón -incluidos seis menores de edad– en noviembre pasado, así como la masacre de 13 policías estatales de Michoacán en octubre.
En 12 meses, las fiscalías y procuradurías estatales registraron 35 mil 588 víctimas de homicidio doloso (mil seis clasificadas como feminicidios) en casi 30 mil 400 carpetas de investigación -una carpeta puede incluir varias víctimas- de acuerdo con registros del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Esto convierte a 2019 como el año más violento desde, al menos, 1997 -primer año de cifras disponibles del gobierno de la República a través del SESNSP.
A pesar de que, desde 2015, la violencia ha repuntado y no ha dejado de crecer en el país, lo único que no es una mala noticia es que el último año (a pesar de aún mostrar incrementos) registró el crecimiento porcentual más bajo respecto a las cifras de un año previo.
Esto quiere decir que, a diferencia de 2018 cuando las víctimas por homicidio aumentaron 15.7% respecto al 2017, en el registro de este año solo crecieron 1.7%.
¿Qué estados sufrieron más la violencia?
Utilizando el criterio de tasas de homicidios por cada 100 mil habitantes -método que permite comparar los niveles de violencia entre estados con diferentes números de habitantes- podemos observar las cinco entidades que más violencia sufrieron en 2019.
Colima, Baja California, Chihuahua, Guanajuato y Morelos presentaron cifras hasta 3.3 veces mayores que la tasa promedio nacional de 29.6 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Colima -entidad que gobierna el priista José Ignacio Peralta– presentó los niveles más altos de violencia en 2019, con una tasa de 98.3 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Esta cifra no solo es mucho más alta que la tasa promedio nacional, sino que muestra niveles de violencia más altos que en países como El Salvador (61.8 homicidios) y Honduras (41.7 homicidios), de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
En este conteo negativo le siguieron Baja California -durante los gobiernos de Francisco Kiko Vega (de enero a noviembre de 2019) del Partido Acción Nacional (PAN) y de Jaime Bonilla de Morena (entre noviembre y diciembre)- con una tasa 2.7 veces mayor (80.6) que el promedio nacional (29.6).
En tercer y cuarto lugar se encuentran dos entidades con (otra vez) gobiernos panistas: Javier Corral en Chihuahua y Diego Sinhué, en Guanajuato. Estos estados registraron tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes de 68.7 y 57.6, respectivamente.
Finalmente, la entidad gobernada por el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco del Partido Encuentro Social, registró una tasa de 52.4 homicidios, o sea 77% más que el promedio nacional.
¿Qué estados fueron los menos violentos?
En el otro extremo, seleccionamos a las cinco entidades con los niveles de violencia más bajos del año pasado.
En primer lugar, está Yucatán gobernada por Mauricio Vila Dosal, del PAN– que tuvo una tasa de 1.6 homicidios por cada 100 mil habitantes, es decir, un nivel 18 veces menor que la tasa promedio del país.
Le siguen Aguascalientes -con Martín Orozco Sandoval, del PAN, en el gobierno– que en 2019 registró una tasa de 7.6 homicidios por cada 100 mil habitantes; Campeche -que tuvo dos gobiernos (PRI) en 2019: Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” de enero a junio y Carlos Miguel Aysa, ambos del PRI, durante el resto del año- con una tasa de 8.3 homicidios.
Y cierran la lista Querétaro, gobernado por el PAN, igual que Durango, con tasas de 9.1 y 9.8 homicidios por cada 100 mil habitantes, respectivamente.
¿Cómo le irá al país en 2020 en el tema de seguridad?
