Juicio del siglo, en la recta final

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“El juicio del siglo”, como llaman al proceso judicial en contra de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, está por terminar y ha tenido de todo: intriga, corrupción, traición, dinero -mucho dinero- e historias de amor. Y podría tener un final aún más catártico si la defensa del capo decide que éste suba al estrado para declarar.

¿Se acuerdan de la diputada panista que fue a visitar a Guzmán Loera al penal con un nombre falso? Pues ella ha sido una de las últimas testigos estelares en la Corte de Brooklyn. Su nombre real es Lucero Guadalupe Sánchez y expuso al fiscal, Anthony Nardozi, su confusión sentimental, mientras El Chapo con la mirada baja escuchaba a Sánchez declarar.

“Hasta el día de hoy estoy confundida porque creí que tenía con él una relación de pareja”, declaró la mujer que fue detenida en San Diego, California, el 21 de junio 2017 bajo los cargos de conspiración para traficar, distribuir y vender cocaína en Estados Unidos.

Al contrario de Guzmán, Emma Coronel se mostró segura, la mirada fija en Lucero Guadalupe, no era de una mujer herida o engañada, sino más bien de una mujer retadora, relataron medios.

Aseguró que conoció a El Chapo en 2011 y su relación inició recolectando mariguana en la Sierra de Durango y Sinaloa, aunque luego le ayudó, presuntamente, a establecer empresas fachada y, luego, terminaron involucrados de manera sentimental. Tan involucrados, que la exdiputada usó, en el año 2014, una credencial falsa para visitar al narcotraficante, mientras estaba recluido en el penal del Altiplano.

En una carta presentada en el juicio y que, presuntamente, El Chapo le mandó antes de esa visita en la cárcel, se refería a ella como: “amor”, “la mujer más hermosa” y la madre de sus hijos, uno de ellos en gestación.

Además, la testigo hizo referencia a que, en febrero de 2014, se movieron de una casa de la colonia Guadalupe en Culiacán, Sinaloa, a otro inmueble, en el que permanecieron hasta las cuatro de la madrugada, cuando El Cóndor, uno de los guardias de seguridad irrumpió para urgir la huida. “Tío, tío, ábranos, nos cayeron”.

Ese día, se escaparon por un túnel y El Chapo casi las abandona a ella y a su cocinera conocida como La Chaparra. O eso narró la exdiputada local del PAN en Sinaloa.

Fuga y muerte de periodista

El desfile de testigos llevó a Dámaso López Núñez, alias El Licenciado, a dar supuestos detalles de cómo Emma Coronel coordinó, en julio de 2015, la fuga del Chapo del penal de máxima seguridad del Altiplano.

Fue ella, aseguró López Núñez, quien se encargó de triangular los mensajes con él y los hijos del capo para planear la escapatoria, preparativos que fueron desde la compra del terreno cerca de la cárcel hasta el traslado a la Sierra de Sinaloa.

Mencionó también que, cuando recluyeron al presunto líder del Cártel de Sinaloa en el penal de Ciudad Juárez, el grupo delictivo pagó a la entonces directora del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social, Celina Oseguera Parrados millones de dólares, para gestionar el regreso del recluido al Altiplano, pero no se llevó a cabo porque antes ocurrió la extradición a Estados Unidos.

En otro orden de ideas, Dámaso López  indicó que los hijos del acusado supuestamente mandaron asesinar al fundador del periódico Rio Doce, Javier Valdez.

“Desobedeció las órdenes amenazantes de los hijos de mi compadre y por eso lo mataron”, sin embargo, el director de RíoDoce, Ismael Bojórquez Perea, calificó la declaración del Licenciado como ruido mediático para lograr reducir sus cargos.

Dámaso López expuso la guerra de poder entre El Chapo y los Beltrán Leyva, llevó a gente del primero al grupo contrario, así se dio la tortura y ejecución de los sicarios Gonzalito Araujo e Israel Rincón Martínez, El Guacho a manos de Guzmán Loera.

El lado sanguinario

A Joaquín Guzmán no le temblaba la mano si de acabar con el enemigo se trataba, ese fue el perfil que Isaías Valdez Ríos, alias Memín o Memo, reveló del capo.

Contó cómo el sujeto al que sigue llamando señor supuestamente ejecutó a un integrante de los Arellano Félix en 2004. A la víctima la había enviado Ismael El Mayo Zambada.

“Venía quemado con una plancha en toda la espalda, la playera que traía estaba pegada a la piel, traía marcas de encendedor de carro en todo el cuerpo, los pies también quemados”.

El Chapo ordenó mantenerlo atado de pies y manos en un gallinero. “El tipo ya apestaba”, relató Memín.

Tras dos interrogatorios del Patrón, tomó su pistola calibre .25 y le disparó. “¡A chingar a tu madre!”; pese a que aún respiraba, fue sepultado.

En otra de las ejecuciones, Memín expuso la de dos integrantes de los Zetas, a quienes después de “calentarlos”, los torturaron hasta romperles los huesos y no conforme con ello el narcotraficante los torturo con un tronco y luego les disparó con un rifle.

“Las personas estaban completamente sueltas, los huesos todos quebrados, no se podían mover. Y el señor Joaquín les seguía golpeando con el tronco y con el arma también”.

¿Qué sigue en el juicio del siglo?

Con el testimonio del Memín finaliza la primera parte del juicio, ahora será la defensa de Joaquín Guzmán quien entre en acción. Si El Chapo es hallado culpable, posiblemente pasará el resto de su vida tras las rejas.

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