Piden ayuda internacional
La Red de Casas de la Mujer Indígena y Afromexicana (REDCAMI) continúa su labor a pesar del recorte del 75% que sufrió el presupuesto en el gasto operativo que se le asignó para 2020. De hecho, su labor desde enero a junio de este año, se llevó a cabo sin recursos por parte del gobierno.
Nelsy Marisela Ku Chay, coordinadora de las CAMIs, nos platicó de qué manera han sobrevivido a la falta de fondos y qué es lo que sigue para estas instancias.
“Prácticamente sólo estamos cubriendo el mantenimiento de las CAMIs, agua y luz. Además, hemos trabajado de enero a junio sin recursos económicos. Realmente es una violencia hacia nuestros derechos como mujeres indígenas y también es una forma simbólica de discriminación”, dijo la coordinadora de las CAMIs.
El 3 de abril, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), pospuso la publicación de las convocatorias para los proyectos de las CAMIs y retuvo sus recursos bajo el argumento de la necesidad de recursos por la pandemia del COVID-19. En total, este modelo de refugio tiene 35 casas en el país, las cuales atienden casos de violencia de género, y vigilan derechos sexuales y reproductivos.
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El financiamiento de esta red, a través del Programa de Derechos Indígenas, fue cancelado formalmente el 22 de mayo, luego de una reunión entre el titular del INPI y la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Ante la persistencia de sus miembros y la demanda de este tipo de refugios y centros de ayuda en el país, el INPI logró negociar la entrega de sólo el 25% del total de recursos que le están asignados por ley a las CAMIs, informó la entrevistada.
“Por un momento, las compañeras habíamos dicho que no íbamos a aceptar este recurso, que es una ofensa a lo que nosotras hacemos. Sin embargo, los gastos de las CAMIs son muchos, muchas de ellas adquirieron deudas para continuar”, dijo Nelsy Marisela Ku Chay.
La coordinadora adjudica esta decisión a la ignorancia por parte del gobierno tanto de la labor de esta red, como de la necesidad que existe por parte de las comunidades indígenas y afroamericanas de este tipo de servicios.
“Lo que nosotras estamos buscando es que realmente se reconozca, y a través de ese reconocimiento, se designen recursos justos a las CAMIs. Porque el recurso que se nos está dando realmente es casi nada”, dijo.
De acuerdo con la entrevistada, los recursos que cada año son entregados a esta red suman alrededor de 30 millones de pesos.
“No es nada lo que están destinando para que nosotros podamos atender esa temática. En ninguna otra instancia hemos visto que se cubra esta demanda, la demanda de las mujeres indígenas directamente en sus comunidades”, detalló Ku Chay.
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Futuro incierto
El futuro para las Casas de la Mujer Indígena y Afromexicana, a decir de su coordinadora, es incierto, debido a que los recursos no son suficientes para la operación completa de 2020. Lo que hace muy difícil pensar en la planificación del siguiente año.
“Ya el siguiente año no sabemos lo que pase con las Casas de las Mujeres. Nosotras lo que hemos planteado es que lo que pasó este año no se debe repetir el próximo. No pueden seguir vulnerando los Derechos Humanos y los derechos de las mujeres, no se puede”, afirmó.
Aseguró que aunque no les den recursos han continuado “en pie de lucha”. Es por ello, que han recurrido a la búsqueda de más fondos a través de alianzas con diputadas, con la Secretaría de Hacienda y otras organizaciones aliadas, en las que esperan sean atendidas sus exigencias y reconocidas sus necesidades.
Sin embargo, estas instituciones son parte del mismo gobierno que decretó la reducción de su presupuesto, y saben que es difícil que se logre algún avance, a través de ellas. Por ese motivo han decidido también buscar ayuda internacional:
“La semana pasada, enviamos un comunicado a las Naciones Unidas, a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Hemos enviado cartas también a nuestras aliadas que incluyen desde organizaciones hasta comunicologas, para agradecerles el apoyo”, detalló Nelsy Marisela Ku Chay.
Sin certidumbre para el 2021 y la reducción paulatina de los recursos para apoyar a las mujeres, ¿será la ayuda internacional la que tenga que venir a hacer el trabajo del gobierno actual?
