Estancias infantiles: que siempre sí, ¿o no?

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Como recordarán, Andrés Manuel López Obrador anunció en su conferencia de prensa del pasado 8 de febrero que recortaría dos mil 28 millones 640 mil pesos del programa Estancias Infantiles del Programa Apoyo a Madres Trabajadoras, derivado de actos de corrupción que había encontrado.

“No queremos nosotros, entre otras cosas, cargar con la responsabilidad de la inseguridad y de riesgos de los niños (…) me llama mucho la atención que estén tan aferrados cuando le estamos dando como opción que no van a quedarse los niños sin apoyo, ni las familias, le diremos que estamos dando hasta más, pero ya no con intermediarios, eso se termina. Ahora va a ser apoyo directo”, dijo entonces el presidente.

Esto le trajo sendas protestas en diversos sectores, incluyendo manifestaciones en el Zócalo capitalino y en otras entidades del país. La más reciente fue en Sinaloa, donde un grupo de trabajadoras increpó en un evento público al mandatario sobre esta política. Luego de retratarse con niñas y niños en condición de discapacidad, López Obrador les respondió. “Ya, ya ya… ya dije. Ya hablé, hijita”.

A fin de aclarar la situación de las estancias infantiles, el gobierno de México emitió un comunicado, con fecha de 13 de febrero, en el que explicó que estos centros de cuidado seguirán operando, pero con nuevas reglas y ¿sin dinero?.

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¿Cómo funcionarán en adelante las estancias infantiles?

Estos son los puntos que serían diferentes del Programa de Apoyo a Madres Trabajadoras:

Primero: Las mamás y papás recibirán directamente mil 600 pesos bimestrales para el cuidado de sus hijos de uno a cuatro años de edad, y tres mil 600 pesos en caso de que la niña o el niño tenga alguna condición de discapacidad. Ellas decidirán –como dijo López Obrador en la conferencia– si destinan el dinero a las estancias o se la dan a un familiar para que realice la tarea de cuidados.

Según el comunicado, también habrá una simplificación de trámites y un sistema administrativo “acorde a la política de austeridad”, bajo el cual se reducirán los gastos “excesivos” de funcionamiento sin afectar la atención a niñas y niños. Sin embargo, el gobierno federal omitió aclarar cuánto dinero y de qué bolsa se asignará en adelante para el funcionamiento de esas estancias.

También dijo que aún se está trabajando con instituciones de salud, el Sistema DIF y los gobiernos locales para determinar una estrategia nacional que detalle nuevos lineamientos que habrán de normar el funcionamiento de estos centros de cuidado, ello a fin de que operen “bajo estándares de máximo cuidado y bienestar para las niñas y niños beneficiarios”.

En conferencia de prensa este 18 de febrero, Adriana Montiel, Subsecretaria de Bienestar, dijo que el programa cambia de nombre; en adelante será “Programa de Apoyo para el Bienestar de Niñas y Niños hijos de madres trabajadoras”, y que actualmente tiene un padrón de casi 330 mil niñas y niños, de entre 0 y 3 años 11 meses de edad –justo antes de cumplir cuatro, cuando pueden ser inscritos al preescolar–.

¿Qué no cambió?

Entre lo que se queda igual está el criterio de que las personas que no tengan seguridad social, que pertenezcan a comunidades indígenas, o que vivan en zonas con altos niveles de pobreza tendrán prioridad para recibir este ingreso. Aunque en el comunicado se presentó como un criterio nuevo, éste ya estaba estipulado en las reglas de operación del Programa de Apoyo a Madres Trabajadoras.

Otra cosa que no cambia es que los centros de cuidado seguirán adscritos a la Secretaría de Bienestar –antes era Sedesol–. Éstas seguirán reguladas en la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil.

La justificación de López Obrador para reducir el presupuesto de este programa es que la Auditoría Superior de la Federación encontró actos de corrupción, discrecionalidad y omisiones en la operación de este programa por parte de Sedesol, por ejemplo: no acreditó la admisión de 319 estancias en 2017; no priorizó localidades con las mayores desventajas en su situación geográfica, económica y social; y no acreditó la impartición de capacitación básica, inicial y complementaria, aun cuando reportó la capacitación de 22 mil responsables de estancias;

Esta auditoría también encontró que la Sedesol otorgó subsidios a nueve mil 399 estancias infantiles en 2017, aunque no acreditó que éstas cumplieran los siete criterios y 12 requisitos establecidos en las reglas de operación del programa, lo que no garantizaba que: personal con capacidades requeridas para brindar los servicios, ni inmuebles adecuados para la atención, cuidado y seguridad de niñas y niños.

¿Qué sigue?

Aunque no dijo fechas, el gobierno federal debe presentar la estrategia nacional que -dijo- está creando en coordinación con las dependencias competentes en esta materia.

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