La gacela que cuidó a AMLO por nueve años

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Si alguna vez Polimnia Romana se vuelve a encontrar de frente con Andrés Manuel López Obrador, lo primero que le daría sería “gracias”, junto a un abrazo.

“Aún me preocupo por su salud, todos sabemos que tiene problemas de hipertensión, el otro día vi que subió una foto de unos frijoles puercos y me preocupó”, recuerda Romana, quien se incorporó al equipo de seguridad del entonces Jefe de Gobierno del DF, en 2003, cuando ella tenía 26 años.

En ese entonces, su sueño de ser veterinaria pasó a segundo plano, cuando se dio cuenta que la seguridad de un mandatario y probable presidenciable estaba en sus manos. Se convirtió en la líder de Las Gacelas, un grupo de mujeres encargadas de la seguridad de López Obrador, cuando gobernaba el entonces Distrito Federal.

Las Gacelas estaba conformado por seis mujeres, de entre 25 y 35 años de edad, fueron entrenadas en el Instituto de Formación Profesional y, después, en Israel, en donde aprendieron tácticas de inteligencia y a manejar armas.

Pero la formación más ruda no fue en los institutos del país israelí, sino en la calle. Y es que López Obrador no seguía ningún protocolo de seguridad: viajaba en la parte delantera del carro (en lugar de la trasera, que es más segura), “se bajaba del coche como Juan en su casa”, e “improvisaba recorridos, si una persona lo invitaba a su casa, él iba”, “cuidarlo era muy complicado”, recuerda.

El equipo de Las Gacelas se deshizo en 2006, cuando López Obrador se lanzó como candidato a la Presidencia (por primera vez). La única que siguió al frente de su seguridad, de coordinar todo sus viajes, pagar las casetas, trabajar todos los días  con él, de siete de la mañana a 11 de la noche.

En esos largos recorridos por carretera aprendió a dormirse en el coche y a acostumbrarse a comer barbacoa a las siete de la mañana. “Le encantaba comerla”.

Seguridad, un reto del nuevo Presidente

Durante una gira de campaña que realizó a Tierra Caliente, Michoacán les tocó un retén de narcos. “En ese entonces el país no tenía el grado de violencia e inseguridad que hay actualmente”.

De ahí que Romana esté preocupada por el cuerpo que va a cuidar del nuevo Presidente de México los próximos seis años.

Apenas en septiembre, López Obrador anunció que 20 ciudadanos desarmados y “cercanos a él” serán los encargados de su seguridad. “Está convencido de que el pueblo lo cuida, nunca tuvo miedo”.

“Voy a tener un equipo de profesionales. No necesariamente en el tema de seguridad, sino profesionales porque todos ellos van a tener un nivel académico de cuando menos licenciatura y 10 serán hombres y 10 mujeres, muy cercanos a nosotros”, dijo Obrador.

Aunque desde hace siete años no tiene ningún tipo de contacto con López Obrador, Polimnia siente nostalgia al recordar los casi 10 años, en los que fue la “mano derecha” del futuro presidente de México.

El distanciamiento de la gacela

En 2011, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) invitó a Romana a ser candidata para una diputación en la entonces Asamblea Legislativa: “Cuando le comenté a López Obrador que quería irme, él no me dejó”.

Polimnia se encontró en una disyuntiva: seguir prácticamente toda su vida con él o trabajar como diputada. “Aunque para mí fue una figura paternal estaba dejando de lado mi trabajo y todo lo que había aprendido de él”.

Pero el López Obrador que Romana conoció en 2003, ya no se parece tanto al que este 1 de diciembre fue investido con la banda presidencial. “Ahora lo veo más sereno, y me da nostalgia que la Mafia del Poder (como él decía) ahora forme parte de su futuro equipo de asesores”.

Ahora, desde su trabajo en la alcadía de Milpa Alta, como asesora, dice que ve con nostalgia aquella época donde “vivió” para López Obrador y tiene una pregunta, ¿volverán Las Gacelas?

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