¿Quién gana con la nueva canasta básica?

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Segalmex, el negocio de los alimentos

Andrés Manuel López Obrador anunció el pasado 29 de enero en un evento público que aumentaría de 23 a 40 productos la canasta básica de Diconsa, pero ¿esto cómo ayuda a nuestro bolsillo?… ¿y qué otros bolsillos salen ganando? También dijo que esta ampliación de la canasta se trataba de “un programa muy humano que busca combatir el hambre”.

Peeeeeero… también reveló que un nuevo organismo llamado Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) estaría a cargo de coordinar la adquisición en el mercado nacional y en el extranjero de las cosechas y los productos necesarios para integrar las reservas que garanticen el abasto nacional; así como promover la comercialización de excedentes en diversas entidades y en el exterior.

Entonces, este organismo administrará -por medio de proveedores y la red de tiendas comunitarias de Liconsa y Diconsa- los alimentos… suena a ¿negocio redondo?

El presidente puso al frente de este nuevo organismo a Ignacio Ovalle Fernández, quien presidió la extinta Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) -más o menos con las mismas funciones que Segalmex- de 1988 hasta 1991, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Parece que el mandatario no se acuerda que Ovalle Fernández fue uno de los funcionarios que la Cámara de Diputados investigó, en su momento, por actos de corrupción (como pagos irregulares y desfalcos) vinculados con el declive de esa dependencia, que desapareció por completo en 1998. Esta investigación derivó en que el daño patrimonial que llevó a la desaparición de la Conasupo fue superior a los 163 mil millones de pesos, y se efectuó durante los gobiernos de Miguel de la Madrid y Salinas de Gortari.

Ahora ¿qué es la canasta básica?

La ampliación o reducción de la canasta depende de la composición de la familia promedio; monto de un salario mínimo; hábitos alimentarios predominantes de la población, a través de la revisión de la Encuestas Ingreso-Gasto de los Hogares; y las recomendaciones de las distintas instituciones de nutrición, en cuanto a la cantidad de calorías y nutrientes que deben de consumir los individuos.

La Constitución mexicana dice que el salario debe ser suficiente para satisfacer las necesidades de “un jefe de familia”, pero ¿cómo sabemos si un sueldo es suficiente?. La respuesta del gobierno fue establecer un catálogo con los productos alimenticios indispensables para una familia. Si el salario mínimo alcanza para comprar estos artículos, entonces el salario es suficiente.

Así, la canasta básica es el conjunto de bienes y servicios indispensables para una familia. Hay otra versión más amplia de la canasta que incluye productos de vestido, calzado, y otros. Además de ser un referente para la determinación del salario mínimo, la canasta es importante porque el Gobierno federal debe garantizar la disponibilidad en el mercado de cada uno de estos productos que la integran y -especialmente- debe monitorear su costo.

Si el precio de estos productos aumenta, la canasta también y, por lo tanto, la inflación sube. Esto afecta, primero a las personas que no pueden pagar por la canasta y al incremento de la pobreza alimentaria, que es la incapacidad de un hogar para comprar los alimentos indispensables.

Con más productos… ¿la canasta básica sube su costo?

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el costo de la canasta básica ha aumentado año tras año pero con los mismos productos. En 2018 tuvo un costo de mil 556 pesos mensuales por persona; hace siete años, de mil 20 pesos.

Al pasar de 23 a 40 productos, el costo global de la canasta básica también aumentará pero, contrario a lo que pasó en 2018, no será -por ahora- porque subió el precio de los productos sino sólo porque éstos aumentaron. A esto se suma que el salario mínimo para 2019 subió a 102 pesos, lo que es igual a tres mil 60 pesos mensuales. ¿Será suficiente para pagar los alimentos de nuestras familias?

La expectativa de las familias de que los precios aumenten -además de otros factores-  produce la inflación, lo que afecta directamente la economía de un país.

La tasa de inflación en 2018 fue de 5.51%, ya que el salario mínimo promedio del centro del país se mantuvo en 88 pesos; es decir, dos mil 640 pesos mensuales, y el grueso de la población ganó hasta dos salarios mínimos.

Para entender la inflación: si hoy traes 60 pesos en la bolsa -tu presupuesto para gastar cada día- te alcanzan para un litro de leche que cuesta 23 pesos y un kilo de huevos que está en 30, pero si pasado mañana el precio de la leche sube a 25 y el huevo a 40, ya no te alcanza aunque traigas exactamente los mismos billetes en la bolsa; es decir, nuestro dinero pierde su poder adquisitivo.

El costo de cada producto se deriva de qué tan fácil sea conseguirlo en las tiendas y mercados; y, como reacción en cadena; esto depende de la distribución y producción de cada artículo.

En la administración pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) fue quien recopiló y publicó la variación de costos de cada producto en el Índice Nacional de Precios al Consumidor para que las instituciones pudieran monitorearlos mejor, y la Secretaría de Desarrollo Social era la encargada de garantizar la suficiencia alimentaria para toda la población.

¿Cómo se modificó la canasta?

Existen diversas listas de productos que son considerados indispensables; sin embargo, la que amplió López Obrador fue la de Diconsa, que originalmente tenía lo siguiente:

1) maíz, 2) frijol, 3) arroz, 4) azúcar, 5) harina de maíz, 6) aceite vegetal, 7) atún, 8) sardina, 9) leche en polvo, 10) chiles, 11) café soluble, 12) sal de mesa, 13) avena, 14) pasta para sopa

15) harina de trigo, 16) chocolate en polvo, 17) galletas, 18) lentejas, 19) jabón de lavandería, 20) jabón de tocador, 21) papel higiénico, 22) detergente en polvo, 23) crema dental.

Los que se sumaron con esta nueva política alimentaria son:

1) res, 2) pollo, 3) puerco, 4) huevo, 5) pescado seco, 6) agua purificada, 7) deshidratados de jamaica y horchata, 8) garbanzo, 9) chícharos, 10) frutas, 11) verduras, 12) gelatina, 13) cacahuate, 14) ajonjolí, 15) amaranto, 16) chía, 17) complementos alimenticios.

Otras instituciones que enlistan productos y servicios básicos de consumo (como de vestido, combustibles, etc.) son el Instituto Nacional de Estadística y Geografía; la Procuraduría Federal del Consumidor; el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, entre otras.

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