¿Sobrevivirán 34 mil escuelas privadas a la contingencia sanitaria?

Compartir:

Hay dos grupos de papás y mamás: por un lado están quienes tienen empresas que se quedaron sin dinero, empleados que perdieron sus trabajos, comerciantes que ya no venden nada y no pueden pagar colegiaturas; por el otro, están quienes se niegan a pagarlas, porque sus hijos ya no utilizan las instalaciones del colegio. Esto, ante la emergencia sanitaria por el COVID-19, nos explica Ximenamaestra de una escuela privada en el Estado de México.

La escuela en la que trabaja Ximena atiende a poco más de mil estudiantes de educación básica, y desde que comenzó la contingencia por el COVID-19 en el país, las autoridades escolares ofrecieron descuentos de entre 20% y 30% en el pago de los cinco mil pesos que pagan al mes. “Aún así, no creo que todos los papás puedan pagar las mensualidades”, explicó la maestra en entrevista con Cuestione.

Mientras que en algunas escuelas padres y madres de familia buscaban acuerdos con las autoridades escolares para tener facilidades de pago, los dueños de los centros de estudio se truenan los dedos: no saben cómo harán para pagar los sueldos de los maestros, tampoco el mantenimiento de las instalaciones, además de que muchos las rentan. 

Pedir descuentos y flexibilidad de pagos en las colegiaturas aliviaría la preocupación de las familias de los casi tres millones de niños, niñas y adolescentes que asisten a escuelas privadas en todo el país, (casi el mismo número de habitantes que Puebla), pero a la vez, podría representar retrasos en los pagos de los 183,537 mil maestros que trabajan para esas escuelas, según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP). 

Escuelas privadas, en el limbo

Las dudas sobre los pagos de las colegiaturas que deberán hacer los padres y madres en tiempos del coronavirus son el cuarto motivo de las llamadas que recibimos ahora, explica Víctor, operador telefónico de la línea de quejas en la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). 

Cuestione llamó a dicha dependencia para saber si habría penalizaciones para los padres de familia que retrasaran los pagos de colegiaturas o no las pagaran. Víctor sólo confirmó que lo único que les quedaba a los padres de familia es llegar a acuerdos con las administraciones escolares.  

Y es que el 1 de abril pasado, la Profeco se lavó las manos. Según el procurador, Ricardo Sheffield, tendrían que ser los padres y madres de familia quienes deberían buscar acuerdos y otras opciones para pagar colegiaturas, y no la dependencia a su cargo, que es la encargada de proteger a los consumidores de productos y servicios en el país.

Este escenario no fue el mismo en el terremoto del 19 de septiembre de 2017, cuando el entonces procurador Rogelio Cerda, señaló que los padres de familia no estaban obligados a pagar las colegiaturas en las escuelas afectadas por el sismo y que por lo tanto, permanecían cerradas en la Ciudad de México.

Tras el sismo de septiembre de 2017, la Profeco explicaba que atendería las quejas de padres y madres ante posibles abusos de escuelas privadas, también hizo un análisis jurídico de la Ley Federal del Consumidor y un decreto presidencial de 1992 que establece bases de operación para colegios particulares.

En ese análisis, la Profeco concluyó que: “El prestador de servicios únicamente podrá exigir el pago cuando haya cumplido la obligación de proporcionar los servicios a los que se comprometió y en caso de que no se hayan brindado, el consumidor no tendrá la obligación de efectuar dicho pago”.

Pero este año, en el que las escuelas privadas estarán cerradas al menos hasta el 30 de mayo próximo, al parecer nadie se ha tomado el tiempo para hacer el análisis jurídico que se hizo el año del temblor para eximir a los padres y madres del pago de colegiaturas. Mucho menos se ha elaborado un plan de apoyo para las escuelas privadas, que dan trabajo a 367,387 personas (más de tres veces el Estadio Azteca), y que podrían estar en riesgo de perder sus trabajos.

¿Por qué la educación privada? 

Son menos los niños y niñas que asisten a escuelas privadas (14.5%), que a públicas (85.5%), según cifras de la SEP. Pero la realidad es que se trata de aproximadamente más de dos millones de familias que pagan por educación privada con la esperanza de ofrecer una educación de calidad a sus hijos e hijas. 

Aún cuando escuelas públicas y privadas tienen que cumplir con el mismo programa educativo, lo que supondría que todos los niños y niñas del país deberían tener el mismo desarrollo académico, la elección de escuelas particulares responde a la idea de que al egresar, los hijos e hijas tendrán más posibilidades de trabajo bien remunerado. Esto, en comparación con el que perciben quienes egresan de escuelas públicas, de acuerdo con información del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Además,  las escuelas particulares por lo general ofrecen educación bilingüe, computación y servicios de alimentos, así como de estancia o guardería después del horario escolar. También otorgan clases extracurriculares deportivas y culturales, así como planteles educativos mejor equipados. Es decir, cubren las necesidades que no pueden atender las escuelas públicas, que apenas se dan abasto en la cobertura de los servicios educativos y que están en una lucha constante por contar con los materiales mínimos necesarios para impartir clases, según el INEE.

Con la promesa de un mejor futuro para sus hijos e hijas, o de que construyan redes con estudiantes de su clase social, los padres de familia pueden llegar a pagar colegiaturas de hasta 21 mil pesos al mes, como en The American School Foundation, uno de los más caros de la Ciudad de México, de acuerdo con un listado de Chilango. 

Pero no todos los padres y madres de familia que pagan por educación privada desembolsan cantidades tan onerosas y hay colegiaturas que pueden ser de mil pesos mensuales, lo que refleja que hay familias con menores ingresos que se esfuerzan por pagar por educación privada.

 La mayoría de las escuelas particulares ofrecen clases virtuales en tiempos del COVID-19 para así justificar el cobro de colegiaturas, y los maestros que trabajan en estas instituciones han tenido que aprender nuevas formas de trabajo a distancia para también justificar los sueldos que perciben. 

La realidad es que no se sabe si las más de 34 mil escuelas privadas que hay en el país sobrevivan a la pandemia.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.