¿Es 2020 el peor año del siglo?

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2020, la serie, tiene los peores guionistas

2020, la serie, tiene los peores guionistas de la historia de la televisión. Realmente creen que se pueden salir con la suya con cualquier cosa, en una historia que es cada día más delirante.

Empieza así: casi se viene la Tercera Guerra Mundial, después de ataques de Estados Unidos a líderes de Irán. Ahí parecía que iba a ser una serie de guerra

Pero de pronto cambia y se trata de que Australia está incendiándose entera. Así, creímos que era una especie de aventura con trasfondo ecológico

Sin embargo, casi de inmediato las dos historias se desvanecen y por fin entramos en la verdadera trama: un virus que comienza en China. Y aquí vemos todos los clichés de guionista clásico. Los chinos tienen la culpa por comer murciélagos, típico. No solo eso, también su gobierno trata de ocultar la verdad, miente al mundo, hasta que un médico, que es el que denuncia, primero es castigado por su gobierno y termina muerto por la enfermedad que trató de detener. Primer mártir.

De ahí brincamos de un episodio a otro directo una crisis global que nadie quiere ver. Como en todas las series de catástrofes, la ONU advierte que esto es grave y que hay que tomar todas las medidas preventivas. Como siempre, los políticos no hacen caso, dicen que es todo una mentira, y la enfermedad empieza a consumir Europa. Así, ahora ya parece que es más bien una serie apocalíptica.

Pero es el apocalipsis más aburrido: todo mundo está encerrado en su casa, con depresión y ansiedad. Parece película de Tarkovski.

Y lo más ridículo es que, país tras país, van todos cometiendo los mismos errores. Ya tienes a Italia en ruinas, y Francia hace una reunión masiva de gente disfrazada de Pitufos. ¿En serio es esto un guion o están todos en drogas?

Para seguir con los clichés, la gente de Italia sale a sus balcones y cantan “Bella Ciao”. No podría ser más cursi y predecible, hasta que repiten la fórmula en México con la alta burguesía cantando “Cielito lindo”. Cualquier cosa.

Entonces, los guionistas no pueden evitar meter sus subtextos políticos. Primero, que cuando los humanos no están el mundo se cura, las aguas se limpian, típico discurso de ecologistas y hippies. Pero van más allá: también aprovechan para meter toda una reflexión sobre el capitalismo rapaz, la desigualdad en el mundo, los servicios de salud superados en todas partes. La urgencia de un Estado fuerte.

Así que la serie ya no es apocalíptica, ahora es política. Nos están dando una lección sobre todo lo mal que lo hemos hecho y los horrores de nuestro sistema, como si no lo supiéramos. ¿A poco una serie nos tenía que demostrar que el sistema está roto? Pues estos guionistas piensan que sí.

Y claro, no puede faltar el mensaje de género: las mujeres lo hacen mejor. Los países que mejor la libran son los que son gobernados por ellas, mientras los hombres van dando tumbos, minimizando el peligro. Tan predecible.

Aquí meten el giro del petróleo, porque ya se está agotando la historia. ¿Cómo le explicas a la audiencia que el hidrocarburo más importante ya vale menos de 37 dólares? Están tratando de meter tantos temas que ya ni saben de qué se trata su historia.

Llega el episodio de México, y estos guionistas nos odian. Crean un protagonista, el subsecretario de Salud, que parece ser el salvador y la voz de la razón. Pero su jefe, el presidente, insiste en salir a morderle el cachete a niñas. ¿En serio?

No felices con eso, dice que se protege con santitos que trae en su billetera, mientras las autoridades de Salud no tienen de otra que empezar a dar cifras que son cada vez más difíciles de creer. 

Y claro que toda historia necesita cameos de famosos, ¿verdad? Uno esperaría a Bono o Sting, pero en este episodio las voces que llaman a la prevención y denuncian la falta de insumos médicos son Thalía y Eugenio Derbez. Ya es cualquier cosa. Nadie se creería esa historia

Le suma que el presidente de México acusa a estas celebridades de ser parte de una conspiración golpista, arriesgando la poca credibilidad que le queda a la serie. Ya no es ni apocalíptica ni de política, es una comedia de errores.

Pero los guionistas, desesperados, deciden que el presidente de los Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, recomiende tomar cloro. Completamente inverosímil. Y peor: hay gringos que lo hacen, siguiendo el cliché de que son un país de ignorantes. 

Y cuando parecía que ya no se podía poner más absurdo este guion, ¿qué tal unos extraterrestres? Una buena distopía necesita aliens. Así es: el Pentágono libera videos oficiales de OVNIS filmados por sus aviones de combate. Esta serie es lo más ridículo del mundo.

Pero, lamentablemente, no es una serie. Es nuestra realidad. Un 2020 para la historia.

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