Si hay libertad económica… hay progreso

Compartir:

- Advertisement -

Ante la discusión de si somos ricos, de clase media o pobres, vale la pena recordar que la prosperidad de la ciudadanía es una de las máximas aspiraciones de toda nación. 

Lograr que cada persona tenga acceso a trabajo, bienes de consumo básicos, propiedades y la posibilidad de emprender o innovar es crucial para el crecimiento económico de cualquier país y para el bienestar de sus habitantes.

Cuando decimos que México es una sociedad económicamente libre, asumimos que las personas pueden trabajar, producir, consumir e invertir en la forma que lo deseen, siempre que lo hagan respetando las leyes. Además, la libertad económica es un derecho fundamental de todas y todos para controlar nuestro propio trabajo y propiedad.

La realidad de las clases sociales varía en cada país. Esto tiene que ver con que cada nación ha tenido distintos modelos de desarrollo a lo largo de su historia y también por las diferentes crisis políticas y económicas que han atravesado.

Por eso es importante que el debate se concentre en que los gobiernos fortalezcan el progreso económico y social de su población, esto siempre a favor del bien común y no solo de unos cuantos. Porque cuando un gobierno toma decisiones caprichosas o a modo lo único que provoca es un retroceso o estancamiento, sin duda da pie a un descontento general.

Las clases medias en nuestro país no solo están compuestas por personas con un alto grado de escolaridad, como simplificó el presidente, también hay comerciantes, pequeños empresarios, burócratas, emprendedores y personas que se dedican a dar servicios y generar empleos. 

Así lo plantea el economista francés Thomas Piketty en su texto El capital en el siglo XXI cuando señala que la norma general de la evolución económica ha sido que la redistribución de los patrimonios aumenta en tiempos de crecimiento.

Hay que recordar que estamos viviendo una pandemia en que la ciudadanía no ha recibido mucha ayuda del gobierno, el cual además ha dado pocos incentivos para la iniciativa privada, lo que no solo afecta a las y los dueños de los negocios, sino a la gente que directa o indirectamente depende de su funcionamiento. Por ello, el gobierno tendría que pensar de manera integral y no en partes.

Hace unos años el INEGI hizo una investigación que se llamó “Cuantificando a la clase media en México”. Entre lo que encontraron destaca que este sector de la sociedad no se distingue exclusivamente por su nivel de ingresos, sino por otra serie de atributos como la posibilidad de adquirir distintos bienes o interesarse por manifestaciones culturales.

Entonces, ¿está mal buscar un mejor nivel de vida y un crecimiento personal y familiar? Claro que no. Cada persona tiene el derecho de buscar sus propios medios de superación, la posesión de determinada cantidad de bienes y el interés por algún tipo de cultura y entretenimiento. Incluso se vale tener una visión aspiracionista. 

Después de conocerse los resultados de las elecciones intermedias del 6 de junio, cuando un amplio sector del electorado de la Ciudad de México no apoyó al partido oficial en la mayoría de las alcaldías, la respuesta fue estigmatizar a las clases medias y, por ende, avivar la polarización y la división de la sociedad mexicana. 

No hubo autocrítica de las decisiones que ha tomado el gobierno de la Ciudad de México ni cuestionamiento sobre la manera en que la llamada 4T se relaciona con aquellos que no comparten su visión de país. 

Pero la realidad es que en lugar de descalificar a cualquier clase social, se debería fortalecer y promover que más familias mexicanas superen la línea de la pobreza con empleos mejor pagados y con derechos laborales plenos.

Hoy las sociedades son complejas y pluriculturales y es difícil comparar a la clase media con la burguesía, como parece que intenta el presidente. El problema está en que el gobierno no tiene programas ni acciones dirigidas a estos sectores de la población.

Creemos que para que exista un México con menos desigualdades y pobreza, la libertad económica es fundamental. La libertad para crear negocios, para competir, para participar en la generación de riqueza es algo que debería estar garantizado en toda sociedad actual.

Por eso, esta semana en Cuestione estaremos explicando cómo se crean y transforman las clases sociales, cuáles son los beneficios de la libertad económica en las naciones, los desafíos que enfrenta la economía mexicana y los casos que han llevado a construir países más justos y prósperos.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.