Políticos sin principios

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Nuestra clase política rara vez se ha distinguido por poner los principios antes de los intereses. Desde siempre vimos cómo nuestros representantes cambiaban de bando o de ideales sin mayor pudor con tal de ascender en la escalera del poder.

Tristemente, en esta supuesta nueva era política, las cosas no han cambiado. Lo vimos con claridad en la votación del Congreso en que se avaló ampliar hasta 2028 la presencia de los militares en las calles. 

Ese proceso mostró cómo todo un sector de la bancada del PRI, bajo la presión de los famosos audios de Alejandro Moreno exhibidos por la gobernadora Layda Sansores, empezó a quebrarse. Después vendría el Senado, y tras sospechosas demoras terminaron quebrando a varios representantes de la oposición, en particular del PRD y del PRI

El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, confirmó sin dudarlo el giro que ha logrado darle a una parte de la oposición. Ha descubierto que el llamado “bloque opositor” no es sólido y puede jalar suficientes votos para volver a intentar aprobar la reforma eléctrica y también una reforma electoral, que por un buen tiempo parecían haber quedado anuladas.

Es importante entender esto: la política es negociación. Es buscar acuerdos, lograr consensos. Es el ejercicio de ceder un poco, pedir un poco, encontrar puntos medios. Es legítimo y pasa en todos los países del mundo.

Y eso está bien. Nadie tiene toda la verdad ni toda la razón, y por eso se inventó un sistema que nos permitiera resolver las diferencias en democracia y sin violencia. Sin embargo, lo que estamos viendo no es eso.

Lo que estamos viendo en el México de hoy es un juego de chantajes, presiones y manipulaciones para imponer una sola visión: la del gobierno. ¿Debería sorprendernos que se anunciara una investigación contra el senador Miguel Ángel Mancera justo el día que se votaría la reforma constitucional de las Fuerzas Armadas? ¿Nos sorprende que tras su voto a favor nunca se volvió a hablar de ello?

Este es solo un ejemplo, pero hay muchos más. Y de lo que nos habla esto es de que a pesar de las llamadas transformaciones, de los nuevos tiempos, la gente que hace política sigue funcionando exactamente igual que antes.

Fuentes nos han informado sobre cómo los votos de diputados y diputadas fueron intercambiados por apoyo a reformas en los estados, por ejemplo. Según sabemos, hubo gobernadores que entregaron los votos de sus legisladores para apoyar la militarización buscando que Morena les apoye en reformas en sus propios Congresos locales.

Esto no solo nos habla de la fragilidad de la alianza opositora, que un día se aglutina y poco después se desbanda. Nos habla de que si bien no les faltan ganas de volver al poder, les falta algo fundamental para lograrlo: un proyecto de nación, o simplemente ideas.

Porque es normal que una persona en particular ceda ante tentaciones, presiones o chantajes. Lo preocupante es que la oposición en su conjunto sea incapaz de articular un discurso que vaya más allá de su rechazo al gobierno y que pueda construir opciones para un futuro diferente.

Porque criticar es fácil pero proponer no tanto. Hay que tener una visión de país que vaya más allá de las consignas, de las fobias y lugares comunes. 

Mientras la oposición siga arrastrando a los fantasmas de la corrupción del pasado, y siga sin poder construir un verdadero discurso sobre el país que quiere construir, seguirá desangrándose ante el enorme poder del oficialismo.

Y nuestra clase política seguirá haciendo lo que mejor hace: brincar de lado a lado según sus intereses personales, económicos o sus temores legales.

Aquí es dónde como sociedad tenemos que aprender a distinguir entre las personas y los partidos. Porque en todos los partidos hay personas con principios, pero no hay partidos con ideales. Nuestra responsabilidad será aprender a distinguir a las personas de los colores que cargan, y saber quienes realmente están comprometidos con las ideas y quienes con el poder.

No es un desafío fácil. Pero, por el bien de nuestra democracia, vale la pena intentarlo.

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