Los sueños de Keith Raniere y NXIVM: influir en la política

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Con el propósito de contar con protección e impunidad para su organización, Keith Raniere había dado los pasos necesarios para relacionarse con gente en las altas esferas de la administración pública tanto en los Estados Unidos como en México.

Cuando en el juicio, que inició el martes 7 de mayo, surgió la idea de que el neoyorquino quería dominar el mundo teniendo como avanzada su empresa de cursos ejecutivos y el esquema piramidal de una secta con forma de sociedad secreta de mujeres esclavas, uno podría suponer que alguien le estaba inventando cargos.

Pero… al menos un par de testigos han confirmado las fantasías de grandeza y dominación global que rondaban la mente del acusado.

El primer paso de NXIVM en la política está debidamente documentado: la donación ilegal —por rebasar el límite personal permitido por donador y devolver dinero en efectivo— para apoyar la precampaña a la presidencia de Hillary Clinton en el 2008.

En su testimonio, rendido a mediados de mayo, Mark Vicente, quien durante muchos años fue miembro destacado de la junta directiva en los cursos de superación personal y empoderamiento femenino, reveló el plan en el que él y otra docena de empleados prepararon cheques hasta por tres mil dólares.  

La acusación contenida en el Documento 414, presentado por la fiscalía al juez Nicholas Garaufis, detalla que el dinero se le entregó a la campaña de Clinton con el fin de obtener influencia política y avanzar en su propia agenda. Esto incluía la detección de enemigos de Raniere.

En la acusación de la fiscalía se lee que “la evidencia de las contribuciones significa la existencia de la Empresa y el patrón de actividades de extorsión, debido a que es probable que los acusados ​​y co-conspiradores se hayan guiado por el acoso, la coacción y litigios abusivos para intimidar y atacar enemigos y críticos de Raniere”. No hay pruebas de que Clinton supiera ni de las donaciones irregulares ni de lo que pretendían pedirle luego sus donadores de Nexium.

Sueños Guajiros

En julio de 1998 Keith Raniere, quien se autoproclamó como el “hombre más inteligente del mundo”, fundó junto con Nancy Salzman la empresa Executive Success Program, renombrada como NXIVM en el 2002. Con éxito moderado en los Estados Unidos, la marca se fortaleció de manera exponencial en México luego de que Raniere se asociara con los hijos del expresidente Carlos Salinas de Gortari: Cecilia y Emiliano Salinas Occelli.

En su libro Captive: A Mother´s Crusade To Save Her Daughter From a Terrifying Cult, la actriz y autora Catherine Oxenberg —cuya hija India terminó como una de las esclavas marcada en su cadera con las iniciales KR—, cuenta que Raniere tuvo la intención de influir en la política en México, calculando que Emiliano Salinas sería un eventual candidato presidencial con amplias posibilidades de ganar.

La tesis de Oxenberg, desencantada alumna de NXIVM, se alimenta con las pruebas de la íntima relación entre Raniere y Emiliano, quien defendió al depredador sexual hasta el momento en que este fue detenido. Recientemente en el juicio, el juez Garaufis nombró a Emiliano Salinas co-conspirador. Hasta el momento se desconoce el alcance de la acusación.

Otra prueba de esa obsesión se escucha en una charla presentada como prueba por la fiscalía, en la cual el líder de la secta ordena a la mexicana Rosa Laura Junco que reclute a “Cecilia” (Salinas) al grupo de esclavas sexuales por tratarse de “alguien poderosa e influyente”.

Por cierto, el mismo ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, se enteró de lo que hacían con las mujeres de la secta DOS a través de Tony Zarattini, un empresario involucrado en los cursos que decidió renunciar y denunciar las obligaciones sexuales, los colaterales para chantajear y las marcas que ordenaba Raniere. La filtración enfureció a Emiliano Salinas, quien incluyó a Zarattini en una demanda por extorsión que ya habían presentado contra los “enemigos” de NXIVM.  

Las conexiones políticas le llegaron a funcionar a Raniere al arrancar la empresa. Se sabe de su afinidad con la senadora por el Estado de Nueva York, Kirsten Gillibrand, quien llegó a compartir mesa con Clare Bronfman en eventos de recaudación y cuyo padre, Doug Rutnik, fue abogado de la secta hasta que la relación terminó en los juzgados.

Atendiendo a sus aspiraciones presidenciales para el 2020, recientemente Gillibrand se instaló en la improbable versión de desconocer la existencia de NXIVM. Pero resulta sospechosa la protección policial y política de la que gozó la empresa en Albany, donde la senadora es representante.

En México la alcaldesa de Escobedo, Nuevo León, Clara Luz Flores, se involucró a tal grado con la empresa de desarrollo humano que llegó a ser entrenadora de la misma. Ella contaba con el grado Amarillo y era una entusiasta reclutadora. En declaraciones recientes, la alcaldesa Flores se ha quejado de que muchos políticos de distintos colores tomaron el curso pero que, sospechosamente, sólo a ella se le menciona.  

La funcionaria, que ha recibido varios atentados contra su vida en el ejercicio del poder, fue invitada a ESP por Jimena Garza, directora del Centro de Monterrey junto a su esposo Omar Boone. Jimena es de las esclavas de Raniere que, cuando fue marcada con un cautín en su región púbica, gritaba tanto que llegó a asustar a otras esclavas que esperaban su turno. Esto, según el relato otra de las acusadas, Lauren Salzman, durante su testimonio.

¿Hasta dónde habría llegado el poder Raniere en la política, de no haber albergado la perversa idea de construir una sociedad secreta de esclavas sexuales que terminó destruyendo su imperio?

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