El cura que se puso “rápido y furioso”

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Se lleva en el cofre a un joven al que chocó

“¡Oríllate, me acabas de chocar! ¡Oríllate! No te vas a ir”, se escucha el grito de una persona tratando de impedir que el sujeto evada su responsabilidad tras provocar un accidente vial en la zona de Santa Fe.

En un video compartido en redes sociales por usuarios, como el periodista Joaquín López Dóriga, se ve a un joven retando a un sacerdote a que lo atropelle, mientras se escucha a otra persona preguntar: “¿Qué pasó?”.

-Me acaba de chocar y no sé qué. Está borrachísimo, responde el afectado en el video.

Horas más tarde se supo la identidad del religioso. Se trataba del padre Carlos Luján Valladolid, director del Instituto Cumbres de México, quien se llevó sobre el cofre al afectado, quien trataba de impedir su huída.

De acuerdo al nuevo Reglamento de Tránsito de la CDMX, Luján Valladolid violó el Artículo 54, que en su inciso I señala:  “Los involucrados deberán detenerse inmediatamente en el lugar del incidente o tan cerca de él como sea posible, y permanecer en el sitio hasta que algún agente o Elemento de Seguridad Pública tome el conocimiento que corresponda”.

Además, podría haber violado el Artículo 50 del mismo reglamento, en el que se indica:

“Queda prohibido conducir vehículos motorizados cuando se tenga una cantidad de alcohol en la sangre superior a 0.8 gramos por litro o de alcohol en aire espirado superior a 0.4 miligramos por litro, así como bajo el influjo de narcóticos, estupefacientes o psicotrópicos al conducir”.

En caso de haber sido detenido en ese momento, el director del instituto podría haber sido trasladado al “Torito”, donde, al determinar su nivel de alcohol en la sangre se le sancionaría y el vehículo siniestrado podría haber terminado en el corralón.

Luego de que se hiciera viral el video en redes sociales, Luján Valladolid emitió una carta en la que afirma no haber conducido en estado de ebriedad, además de reconocer su falta y solicitar el apoyo de la ciudadanía para localizar al afectado y así, hacerse cargo de los gastos y ofrecer una disculpa por “la graciosa huída”.

¿Crees que con la disculpa es suficiente? ¿El clérigo debería de enfrentar a la justicia? ¿Tú te hubieras subido al cofre del coche de un padre católico?

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