Por: Áxel Chávez
“Se terminó la guerra del exterminio contra la delincuencia organizada”, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador el 1 de julio de 2019, en el Zócalo de la Ciudad de MéxicO. Y bueno, informes de inteligencia federal y de la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA), ya advirtieron sobre el crecimiento de cárteles, su reagrupación y avance territorial.
Llama la atención que los datos de la agencia estadunidense no cuadran con los de la inteligencia mexicana.
Los órganos de inteligencia de Estados Unidos denuncian el posicionamiento de células criminales, relacionadas con cárteles, que han logrado autonomía, dominio de plazas y capacidad de trasiego, por las que 23 estados están en pugna o bajo su dominio.
En su listado de organizaciones y células vinculadas al narcotráfico, la Fiscalía General de la República (FGR) reconoce al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como el de mayor presencia en el país, en ocho estados; sin embargo, la DEA lo ubica en 22.
Pero no es todo: informes de inteligencia a los que Cuestione tuvo acceso revelan una que ese cártel se dedica también a la perforación de ductos y el trasiego de combustible en Veracruz, Jalisco, Guanajuato, Puebla e Hidalgo.
Norte, centro y sur: territorio de guerra entre grupos
La diferencia entre el control de organizaciones que tiene la DEA y la Fiscalía se debe a que en México, el indicador para determinar la operación de un cártel es la movilidad y la presencia delictiva; “es decir, un cártel se posiciona de un territorio, lo domina, mientras que en Estados Unidos es el área de influencia que tiene”, dijo a Cuestione José Antonio Álvarez León, académico de la UNAM.
Esto significa que toma en cuenta su control físico del territorio y sobre otros cárteles, pero considera el sometimiento, conexión y negociaciones que logran cárteles menores con los que se alía; en otras palabras, “considera que se extiende hasta donde sus brazos y sus conexiones pueden estar generando delitos”, explicó Álvarez León.
Ejemplificó que México considera prácticamente desarticulada a la Familia Michoacana, y EU no, “porque van encontrando elementos activos de la Familia con otros cárteles en Los Ángeles o dentro del país, que siguen movimiento el mismo negocio que tenía la organización… Sigue teniendo una presencia, aunque no se enfrenta a un dominio territorial”, dijo el experto.
Mientras el gobierno mexicano insiste en la disminución de la violencia y en un proceso de pacificación exitoso, la DEA advierte que los cárteles se reagrupan, tienen escisiones que derivan en nuevos grupos criminales, los cuales se involucran tanto en la droga como en el huachicol. En esta pugna, la disputa armada por el resto de territorios no cesa.
