Los repelieron con gases lacrimógenos
“¡Cuidado! ¡Van niños!”, fueron los gritos que por un momento detuvieron a los agentes de la patrulla fronteriza de Estados Unidos, quienes lanzaban gases lacrimógenos a los migrantes que intentaban cruzar el cerco en busca de un nuevo año y una nueva vida del otro lado de la valla.
Durante la pasada Navidad, unos 400 migrantes lograron cruzar de Tijuana, México, a Estados Unidos. En víspera de Año Nuevo, entre 200 y 300 migrantes centroamericanos intentaron repetir la hazaña, pero no tuvieron suerte… los estaban esperando.
Desde las 10 de la noche comenzó el arribo de migrantes a la zona de Playas, cerca de la frontera; del otro lado, había unos 15 agentes fronterizos, más unos 10 elementos de la Guardia Nacional de EU, listos para repelerlos.
Solamente cuatro niños lograron cruzar, sin embargo, fueron recibidos por agentes y militares. Algunos migrantes trataron de aprovechar este momento para intentar cruzar, pero los gases lacrimógenos los replegaron.
Entre los centroamericanos se encontraban, también, activistas y periodistas que registraron cada minuto. Los activistas repartían crema para proteger la piel del gas. Y aunque la temperatura alcanzó el gélido número de tres grados centígrados, los migrantes no se dispersaron sino hasta las primeras horas del día de hoy, cuando la oscuridad ya no podía ser una aliada en su intento por cruzar.
En Tijuana permanecen unos cuatro mil centroamericanos, que llegaron ahí con la Caravana Migrante que salió en octubre pasado de Honduras y quienes no pierden la esperanza de poder llegar a Estados Unidos.
Si esto pasó en un solo punto de cruce, ¿habrán quedado otros descubiertos? ¿Qué posibilidades tienen los migrantes de cruzar y alcanzar el sueño americano? ¿Valdrá la pena?
