La década de la lucha de las mujeres

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Había una vez un país en el que las mujeres caminaban con miedo, nunca alzaban la voz, aceptaban en silencio todo lo que vivían porque, como era algo que les pasaba a todas, pensaban que era normal. En este país se asesinaban a 10 mujeres cada día y la policía no levantaba ni un dedo para buscarlas.

“No somos ni dos ni 10, somos miles de mujeres que estamos saliendo a la calle a gritar por las nuestras, porque nos queremos libres, nos queremos vivas, nos queremos seguras y plenas”, dice Abril, alumna de la UNAM. “Me siento muy orgullosa con lo que hemos logrado, en la universidad se están abriendo espacios para que las compañeras que estudiaron o estudiamos ahí y las futuras generaciones se sientan seguras”. 

Esta década (2010-2019) será recordada como el despertar más visible del feminismo. Década en la que miles de mujeres tomaron las calles para pintarlas de violeta, verde y brillantina –mucho glitter–. 

Armadas con brillantina

Las principales plazas del país se han visto bañadas de brillantina, uno de los símbolos de batalla d las movilizaciones feministas. Pero también de paliacates verdes (pro legalización del aborto) y violetas (símbolo del feminismo). Mareas verdes y violetas de mujeres han tomado las calles para exigir más seguridad, protestar contra la violencia de género y exigir la interrupción legal del embarazo. 

En 2014, por ejemplo, en la Ciudad de México se llevó a cabo la Marcha del Silencio, en contra de los feminicidios. En 2016, bajo la consigna #VivasNosQueremos, cientos de mujeres salieron desde Ecatepec y llegaron al Ángel de la Independencia exigiendo capacitación en materia de género para el personal de las instituciones de procuración de la justicia. 

Las redes sociales han sido cruciales para la organización de las movilizaciones feministas. Otro ejemplo de ello sucedió en agosto de este año que termina, cuando a principios del mes se dio a conocer del presunto caso de violación de una menor de edad a manos de policías en la alcaldía Azcapotzalco. Bajo el hashtag #NoMeCiudanMeViolan, las mujeres convocaron a marcha y miles tomaron las calles, no solo de la capital sino del país.

Pero el movimiento feminista no es exclusivo de México. En Chile surgió un nuevo himno de denuncia contra la violencia de género: El violador eres tú, un performance creado por el colectivo Las Tesis, que dio la vuelta al mundo. 

“Existen los ecos de una serie de  reivindicaciones que fundamentalmente tienen que ver con el papel de las mujeres. Esto hace sentido a muchas mujeres jóvenes pues  están en una posición histórica que las hace pensarse como sujetas de su propia vida”, dice el investigador Leonardo Felipe Olivos Santoyo. 

A inicios del año las mujeres adoptaron el hashtag de protesta #MeToo, que nació en Estados Unidos para denunciar acoso sexual por parte de hombres en espacios de trabajo. 

“Las redes sociales ponen en común lo que antes se vivía como una vergüenza individual”, dijo Leonardo Felipe Olivos Santoyo, especialista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, en entrevista con Cuestione.

La década de las alertas

Existe una ola de feminicidios en aumento desde 2015, cuando se registraron 426 casos. La cifra que evidencia la falta de políticas para frenar la violencia de género ha registrado 916 nuevos casos este año (con corte a noviembre), de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

La violencia y las condiciones de desigualdad han dejado de verse como algo normal para comenzar a tratarse como un problema de salud pública, y en que todos estos elementos han creado la atmósfera de hartazgo y rabia de las mujeres. “Este es el continente del feminicidio y la desigualdad, parece que su normalización ha empezado a tocar fondo y las mujeres están hartas de esta situación”, sentencia Olivos Santoyo. 

Como respuesta a la violencia de género, distintos gobiernos locales han instaurado el mecanismo de alerta de género, que consta de un conjunto de acciones de seguridad y políticas de emergencia, que permiten hacer frente a la situación crítica que enfrentan las mujeres.

Hasta el momento hay alertas de género en diferentes municipios de Veracruz, Estado de México, Morelos, Michoacán, Chiapas, Veracruz, Sinaloa, Colima, Guerrero, Quintana Roo y Ciudad de México.

Mujeres toman universidades

El 3 de mayo de 2017, la estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Lesvy Berlín Osorio, de 22 años, fue encontrada muerta, atada por el cuello en una caseta telefónica en Ciudad Universitaria. 

En menos de un día, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ) resolvió que Lesvy se había suicidado y la revictimizaron al decir que consumía drogas y alcohol. La indignación por el caso levantó el hashtag #SiMeMatan y fue gracias a la presión social que el caso se reabrió, para ser reclasificado como feminicidio.

Cuando la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entregó los videos de seguridad, justamente el momento del asesinato de Lesvy no fue grabado o presentado. 

Tras dos años de lucha, el homicidio de Lesvy fue clasificado como feminicidio y su exnovio, Jorge Luis González, fue encontrado responsable y sentenciado a 45 años en prisión.

El asesinato de Lesvy despertó la llama no solo en la UNAM, sino en diferentes universidades en donde las estudiantes denunciaron el acoso por parte profesores y compañeros, como en el ITAM, CIDE, UAM, Ibero, la Escuela de Periodismo Carlos Septién, la Universidad Autónoma del Estado de México, entre muchas otras en toda la República, se unieron en contra de la violencia que sufren las alumnas. 

Contra la violencia digital

Entre 2018 y 2019 se aprobó la Ley Olimpia en 18 estados del país, entre los que destacan Puebla, Estado de México y Ciudad de México, para castigar, hasta con seis años de cárcel, la violencia sexual digital, es decir, compartir videos y fotos íntimas de personas sin su consentimiento ahora es un delito. 

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Los pañuelos verdes conquistan Oaxaca 

Entre lágrimas y gritos de alegría, las mujeres gritaron “y tiemblen y tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista”, cuando el Congreso de Oaxaca aprobó la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación, en septiembre de 2019. Con eso, Oaxaca se convirtió en la segunda entidad (después de la Ciudad de México) en permitir la interrupción del embarazo. 

Este mismo año la Suprema Corte de Justicia de la Nación avaló la Norma Oficial Mexicana (NOM-046), con la cual todos los hospitales públicos están obligados a interrumpir el embarazo a una víctima de violación sin tener que presentar una denuncia previa.

Poco a poco los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres se han ido reconociendo en México, sin embargo aún hay mucho trabajo en materia legal por hacer. Las mujeres continúan buscando formas seguras de abortar, algunas se han organizado en colectivos que ayudan a abortar con misoprostol, otras recurren a las amigas o a los conocimientos de sus abuelas, pero muchas gritan ¡la maternidad será deseada o no será!

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“El feminismo mexicano viene incluso antes de que se le nombrara así. El boom del feminismo no es un hecho aislado, por el contrario, se viene trabajando desde toda la historia de México”, declara Margarita Mancilla Chavez, socióloga y parte del colectivo feminista de la UAM Xochimilco.

Un buen cierre de década

El recuento de la década nos muestra que las mujeres han luchado por cada uno de sus derechos, han agotado todos los recursos a su alcance y buscado más si se les niegan. Las manifestaciones con vidrios rotos y paredes rayadas, las largas horas en los juzgados, la toma de planteles, las denuncias en redes sociales, son sólo algunas de las maneras que han encontrado para exigir sus derechos.  

“Lo central es que nos organizamos, mientras nosotras nos sigamos organizando se va a seguir transformando la realidad social”, concluye Margarita Mancilla Chávez, socióloga y miembro del Colectivo feminista de la UAM Xochimilco. 

“Me siento orgullosa de todo lo que hemos logrado, aunque sé que nos falta mucho por recorrer. Todo lo que hemos conseguido es la prueba irrefutable de que somos mujeres que hemos decidido alzar la voz porque ya no tenemos miedo y nunca más nos vamos a quedar calladas. Somos mujeres fuertes y valientes que vamos a resistir mientras nos tengamos las unas a las otras, lo último que diré es México será feminista”, dice Adriana, estudiante universitaria.

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