Casi cuatro menores se extravían cada día
La última vez que Maribel vio a su hija fue en septiembre del 2010, cuando era una bebé de 11 meses. Hoy, un software le ayuda a imaginar cómo luciría su rostro con nueve años. En la imagen, María José Monroy Enciso tiene el cabello castaño, una nariz pequeña y las cejas abultadas.
Han pasado ya nueve años desde que un hombre, identificado como Geyser Crespo García, entró a la óptica en donde Maribel trabajaba –ubicada en Tecámac, Estado de México–, haciéndose pasar por un cliente. La hirió con una navaja directo en el cuello. Inconsciente y en medio de un charco de sangre, la dio por muerta y huyó con la pequeña Marijo. Sin embargo, Maribel sobrevivió y desde entonces no ha parado en la búsqueda de su hija.
Igual que María José Monroy, más de seis mil niños, niñas y adolescentes han desaparecido desde enero de 2010 a abril de 2018, fecha de la última actualización del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED).
Año con año, el número de menores extraviados o desaparecidos aumenta. Mientras que en 2010 se perdió el rastro de 267 niños y niñas, en 2017 (último año del registro completo) eran 1,353. Un promedio de casi cuatro menores desaparecidos cada día.
El panorama es aún peor para las niñas, pues en tres de cada cinco casos de desaparición, ellas son las víctimas.
El negro destino
Pero, ¿qué pasa con estos niños y niñas? En el caso de las mujeres –por su género– es probable que sean víctimas de explotación sexual o comercial. En el caso de los hombres, es común que sean reclutados por grupos criminales o sean víctimas de esclavitud, según explicó a Cuestione Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), una coalición conformada por más de 70 organizaciones civiles que trabajan por los derechos de la niñez.
“Una epidemia”, es como Martín Pérez García define la desaparición de menores en México, pues de cada 100 carpetas de investigación por desaparición, sólo una alcanza alguna sentencia. Es decir, 99% de los casos quedan impunes.
Y esto sin contar que existe una cifra negra, pues no todas las personas denuncian la desaparición de menores de edad por temor a represalias.
Además del género y la edad, la geografía también marca el destino de los miles de niños, niñas y adolescentes. Hay cinco estados del país que concentran casi el 60% de los casos de desaparición, según los mismos datos del Registro, de 2010 a abril de 2018.
A principios de año y con la entrada del nuevo gobierno, Maribel Enciso grabó un video dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador: “Usted creó una Comisión de la Verdad para los 43 estudiantes de Ayotzinapa, pero quiero decirle que María José también necesita ser encontrada, así como a los miles desaparecidos de este país”, dice en el video.
En el caso de Marijo, el responsable de raptar a la pequeña fue detenido por la entonces Procuraduría (hoy Fiscalía) General de Justicia del Estado de México. Ahí confesó haber asesinado a Marijo y dijo que arrojó el cuerpo a un canal de aguas negras. Por ello y el intento de homicidio en contra de Maribel, fue sentenciado a 82 años de cárcel.
Sin embargo, Maribel sostiene que su hija fue víctima de adopción ilegal y la sigue buscando incesantemente, como miles de madres y padres en el país, que no pierden la esperanza de encontrar a sus seres queridos. El desafío de la administración actual será cambiar la realidad de estas miles de familias.
