La pandemia afectó más a las mujeres que a los hombres, al menos en el mercado laboral, así lo demuestran los datos que reporta el INEGI: el número de mujeres que perdieron sus empleos en 2020 fue mayor que el número de hombres.
En cuanto a la deserción escolar, los datos del INEGI reflejan que los hombres fueron los más afectados. Sin embargo, las mujeres ya se enfrentaban a retos antes de la pandemia. Ellas desertan por diferentes razones que los hombres, como embarazos y porque sus familias no las dejan continuar con sus estudios.
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Las mujeres perdieron en el mercado laboral
Para empezar, México fue de los países que menos recursos destinó para mantener la situación laboral estable, así lo expone el estudio Mercado laboral en México post pandemia de la organización México, ¿cómo vamos?, un colectivo que se dedica a la investigación en desarrollo económico en el país.
De acuerdo con el informe, la respuesta del gobierno fue tardía. Mientras otros países reaccionaron desde los primeros meses de la pandemia, la ayuda en México comenzó hasta octubre de 2020.
Encima de todo esto, el gobierno siguió implementando medidas de austeridad, como el recorte de 75% del gasto corriente, es decir, el gasto de bienes y servicios.
En general, el panorama económico y laboral no contaba con mucho apoyo para las más de 4 millones de personas que perdieron su empleo. De esas personas, las mujeres fueron las que más padecieron los efectos de la pandemia.
Ya existía una brecha entre mujeres y hombres ocupados en la fuerza laboral, sin embargo, la pandemia la agudizó todavía más.
Entre el primer y tercer trimestre de 2020, el número de mujeres ocupadas se redujo en 12%; la reducción en hombres fue de 5.1%. Porcentualmente, la cantidad de mujeres que dejaron de trabajar fue más del doble comparada con los hombres.
La pandemia tampoco ha tenido el mismo efecto en todos los sectores económicos. Los más afectados han sido el comercio, los restaurantes y los servicios de alojamiento, según el informe de México, ¿cómo vamos? Estas actividades, además, tienen una sobrerrepresentación femenina.
Los hombres perdieron en la educación, pero las mujeres ya padecían desigualdades
En abril de 2021, el INEGI publicó la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED). El objetivo era conocer las consecuencias de la cancelación provisional de las clases presenciales en la experiencia educativa de las personas en edad escolar.
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En términos generales, la pandemia afectó ligeramente más a los hombres que a las mujeres. Más de 400 mil personas de la ECOVID-ED respondieron que dejaron de estudiar en el ciclo escolar pasado (2019/2020) por razones relacionadas a la pandemia. De esas, el 55% eran hombres y el 45% eran mujeres. Para el ciclo escolar actual, la proporción es la misma.
Sin embargo, resalta la diferencia entre hombres y mujeres en cuanto a otras razones por las cuales desertaron. Al responder que la razón es por asuntos familiares, más de la mitad de las personas son mujeres.
¿Cómo reparar el daño de la pandemia y el que ya existía?
El informe de México, ¿cómo vamos? explica que el costo de que las mujeres no trabajen es alto. La falta de representación en espacios de la vida pública impide que toda la sociedad pueda beneficiarse del talento que ofrecían.
Para reparar el daño no solo a ellas, sino a la población que estuvo más expuesta a los efectos de la pandemia, es necesario atender a las personas de los sectores económicos más afectados. Para ello, una propuesta es capacitar a aquellos trabajadores y trabajadoras y colocarlos en otras actividades.
Sin ayuda del Estado en esta situación, el impacto de la pandemia sobre las mujeres implicaría un retroceso de una década en los avances que habían logrado en cuanto a la representación en el mercado laboral, según este informe de la CEPAL.
Con respecto a las diferencias entre hombres y mujeres en educación, México había mostrado avances. Así lo establecen en este estudio Giovanna Ramírez, Maricruz Guerrero y Jesús Montenegro, investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana. Las brechas entre niños y niñas en educación primaria son prácticamente inexistentes, pero todavía queda trabajo por hacer para asegurar la asistencia escolar en el resto de los grados.
Para ello, las políticas de la UNICEF sugieren hacer un esfuerzo para diagnosticar las razones específicas por las cuales cada mujer deserta y apoyarlas con recursos económicos desde la infancia para así garantizar la terminación de sus estudios.
La pandemia golpeó a las mujeres en lo laboral y resaltó problemas ya existentes. El diagnóstico ya está hecho, solo falta la disposición para ayudarlas.
