¿Subir los salarios mediante decretos es una medida suficiente para resolver los problemas económicos? ¿O lo que realmente se requiere es un enfoque en el crecimiento económico sostenible y la promoción de un entorno propicio para la inversión y el desarrollo empresarial?
La pregunta viene al caso después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a anunciar un nuevo aumento, llevando el salario diario a $248.84 a partir de 2024, un incremento del 20%. Aunque positivo para el bolsillo de las y los trabajadores, no asegura la fortaleza de una economía.
Porque la clave no radica exclusivamente en los incrementos salariales, sino en la generación de un ecosistema económico que fomente la inversión. Esto implica garantizar estabilidad jurídica, ofrecer seguridad a las compañías para que puedan operar y expandirse sin riesgos excesivos. Asimismo, se debe incentivar la innovación y el desarrollo tecnológico para que las empresas sean más competitivas a nivel nacional e internacional.
Impactos del aumento
Históricamente, mantener el salario mínimo en niveles bajos se había usado como un mecanismo para controlar la inflación. La narrativa previa de gobiernos y empresas solía argumentar que aumentar estos niveles conduciría al desempleo y a crisis económicas.
Sin embargo, un estudio reciente publicado por la Conasami en octubre de 2023 revela que, a lo largo de estos años, “los aumentos en el salario mínimo no tuvieron un impacto significativo en el nivel de empleo, sólo en los ingresos laborales”.
Es decir, más salario mínimo no afecta los niveles de empleos solo el bolsillo de los trabajadores. Pero, en un universo mayor, esto no está generando riqueza para las y los mexicanos, ni fortaleciendo la economía del país.
El incremento salarial es políticamente rentable, pero no aborda integralmente las complejidades económicas. Para construir una economía sólida y próspera, es crucial fomentar la inversión, brindar seguridad a las empresas y promover un entorno propicio para la innovación y el crecimiento.
Crecimiento económico
Antes que nada, ¿qué es crecimiento económico? El crecimiento económico se refiere al aumento en términos reales del Producto Interno Bruto (PIB) y de la renta per cápita de un país. Este crecimiento se fundamenta en diversas causas, como el progreso tecnológico, la inversión y acumulación de capital (tanto físico como humano), la apertura a los mercados internacionales, y el mantenimiento de condiciones básicas como seguridad, estabilidad jurídica y libertad.
En la búsqueda de comprender la inquietud ante el estancamiento económico en América Latina, el periodista Peter Coy del New York Times conversó recientemente con destacados economistas de la región, incluyendo a Guillermo Ortiz, ex gobernador del Banco de México. Destacó que “a pesar de los activos de una economía abierta y una sólida base manufacturera alimentada por la proximidad con Estados Unidos, México ha mostrado un desempeño económico decepcionante”.
La respuesta es que presenta un “síndrome de bajo crecimiento” — presente en varias naciones. Según los especialistas, la economía mexicana está caracterizada por una asignación inadecuada de la productividad, disparidades regionales, narcoviolencia y deterioro institucional. Esta situación ha contribuido a un crecimiento más lento en comparación con países de ingresos per cápita similares.
La compleja realidad mexicana requiere medidas específicas que están lejos de interferir en los salarios. Por ejemplo, la necesidad de mejorar la seguridad, fortalecer el Estado de derecho e invertir para superar los obstáculos que obstaculizan el progreso económico.
La inversión en México, con potencial para hacer crecer la economía
La inversión se destaca como uno de los factores clave en la economía global. Estimular su crecimiento amplía las posibilidades para impulsar proyectos internacionales, crear empleos, fomentar la competencia empresarial mediante la apertura de mercados nuevos y ejercer un impacto sustancial en el crecimiento económico de un país.
Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México, explica en su artículo ¿Cómo va la inversión?, publicado en el periódico El Financiero, que a través de la inversión y la productividad se puede conocer la tasa de crecimiento potencial per cápita del PIB. Los datos de la inversión en 2023 muestran que existe crecimiento; pero aún hay meses con niveles por debajo de 2019, durante el comienzo de la actual administración. “Esto es sin duda preocupante porque el que la inversión no haya crecido en más de cuatro años resultará en un menor crecimiento económico en el futuro”.
El economista señala que existen dos razones por las cuales la inversión ha tenido un mal comportamiento. Primero, asevera que algunas de las políticas públicas del actual gobierno han causado cierta incertidumbre de cara a los inversionistas, al mandar un mensaje de que no existe respeto por los contratos y se pueden romper en cualquier momento pese a lo establecido previamente, algo que se ha visto con mayor claridad en el sector energético.
El otro argumento que ha impactado es el entorno que desde hace un año han tenido las tasas de interés reales restrictivas, es decir “mientras mayor sea la tasa, menor será la inversión que realicen las empresas”.
En última instancia, Serrano enfatiza la importancia de que las futuras administraciones evalúen los proyectos de inversión en obra pública considerando criterios de costo-beneficio, así como sus implicaciones ambientales y sociales, además de su financiamiento. Destaca que un buen comportamiento en inversión puede sentar bases sólidas para un mayor crecimiento económico en el futuro.
Salario mínimo como herramienta electoral
Estos aumentos, además de tener efectos aislados en las y los trabajadores, son noticias que siguen siendo insuficientes, aunque con mucho poder político y electoral.
Por ejemplo, a pesar del nuevo salario diario de $248.80, suficiente para alcanzar la línea de bienestar, resulta insuficiente cuando se considera el sustento de una familia con dependientes económicos. La realidad evidencia que aproximadamente el 44% de la fuerza laboral en México no percibe ingresos suficientes para salir de la pobreza si se tienen en cuenta los miembros dependientes.
Incluso con el incremento salarial proyectado para 2024, el salario mínimo no cubriría ni siquiera dos canastas básicas al mes ($4,387.22 en áreas urbanas y $3,166.06 en áreas rurales). Para lograr la meta propuesta por Coparmex (adquirir la canasta básica para cuatro personas con dos salarios), cada individuo debería recibir al menos $8,774.44 mensuales, equivalente a $292.48 diarios, 44 pesos más diarios.
El CONEVAL establece que una familia de cuatro personas se encuentra en situación de pobreza si sus ingresos mensuales son inferiores a $11,290.80, una cifra superior al salario mínimo proyectado para 2024, que sería de $7,464 mensuales.
Opinión va primero, la economía va después
Armando Regil Velasco, presidente fundador del Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora A.C. (IPEA), afirma que la economía de libre mercado se sostiene en el libre intercambio de bienes y servicios que constituyen la propiedad privada de las personas. Para que haya un intercambio libre que permita a ambas partes estar mejor, se necesita que exista y se respete la propiedad privada pues es la base para poder crecer, generar riqueza e intercambiar libremente.
Según el analista, no es casualidad que hoy en México, el gobierno atente contra la propiedad privada y economía a base de decretos. Y es que sin inversión y sin activos no se puede generar riqueza.
El crecimiento económico sostenible no se alcanza simplemente mediante ajustes al salario mínimo, sino a través de la creación de un entorno propicio para los negocios, donde se fomente la inversión, se promueva la competitividad empresarial y se aliente la creación de empleos de calidad. El énfasis debe estar en la creación de políticas que estimulen la inversión a largo plazo, generen confianza en los mercados y propicien un clima favorable para el desarrollo económico integral.
