Suicidio feminicida: la triste salida de víctimas de violencia

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En algunos países ya se considera un delito

Los golpes, amenazas y abusos que vivía Irma Julia Gracia, de 44 años, por parte de su esposo, Héctor Danilo Leonor, la orillaron a salir del laberinto en el que vivía, de la peor manera: en febrero de 2018 se suicidó en el cuarto de su casa.

El de Julia Gracia es el primer caso que se tipifica como suicidio feminicida en El Salvador, el país pionero de Latinoamérica que lo reconoce como delito, y que algunos expertos consideran debería también tipificarse en México.

Julia vivió 19 años en un matrimonio violento, tanto sexual como psicológica y físicamente, confirmó la Fiscalía General de ese país. Esta violencia la aisló y la llevó a caer en depresión crónica, eventualmente Julia llegó a creer que la única forma de escapar de su matrimonio era la muerte.

El suicidio feminicida es una modalidad de la violencia de género, es importante discutirlo porque, en muchas líneas de investigación, los causantes de que las mujeres decidan terminar con su vida, después de vivir violencia, son los agresores y ellos quedan exonerados”, dice en entrevista para Cuestione la magistrada de Yucatán, Mayra González Solís.

El 80% de las mujeres que viven violencia de género en sus relaciones han pensado alguna vez en suicidarse, asegura Noemí Díaz, experta en violencia de género de la Facultad de Psicología de la UNAM: “Las mujeres no llegan al suicidio para quitarse la vida sino para terminar con el sufrimiento”, asegura.

Actualmente el Código Penal Federal reconoce como delito el suicidio inducido y lo castiga con cárcel (de uno y hasta cinco años). Para que en México se reconociera el suicidio feminicida, dice la magistrada Mayra González, habría que añadir como agravante la violencia de género como antecedente del delito.  “Se debería exigir una línea de investigación que determine las causas de un suicidio inducido cuando fue en un contexto de violencia de género”.

González Solís se ha pronunciado por reconocer el suicidio feminicida en el país, preocupada por las alarmantes cifras: diario son asesinadas nueve mujeres en nuestro país.

La violencia que lleva al suicidio

El camino que tiene que pasar una mujer para optar por el suicidio es tortuoso. La violencia de género (la violencia contra las mujeres por el simple hecho de serlo) puede generar en ellas baja autoestima, ansiedad, miedo y depresión, hasta llevarlas a pensar en el suicidio.

El principal factor de riesgo que lleva a una mujer a intentar suicidarse es no tener redes de apoyo, como amigos, amigas o familiares. “Cuando se sienten aisladas tienen menos posibilidades de salir adelante”, explica Noemí Díaz.

La depresión en estos casos –dice Díaz– llega a las mujeres como consecuencia de vivir maltratos constantes, desde psicológicos (los insultos, el menosprecio, el chantaje, etcétera) hasta físicos (golpes, empujones) y sexual (abuso, tocamientos y violaciones).

A la depresión también la acompaña la indefensión aprendida, que es cuando una mujer está en  un círculo de violencia del que le es difícil salir y se da por vencida. Ha intentado todo para escapar pero no lo logra, explica Díaz.

El problema del suicidio feminicida en México

Aunque no se puede comprobar la relación directa entre un suicidio y la violencia de género que sufren las mujeres, cabe resaltar que los suicidios por mujeres cada vez son más frecuentes. Mientras que en 2010 se cometieron 921, en 2017 fueron mil 233, es decir, se registró un aumento de 33.8%, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Para María Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), en México no es viable tipificar el suicidio feminicida como delito, porque ya existe una dificultad para que se reconozcan los feminicidios y se investiguen como tales. Activistas y familiares de víctimas señalan que muchas veces un feminicidio se investiga como un suicidio, con lo cual el feminicida quedaría libre.

De 2014 a 2017 –explica Estrada– se asesinaron a más de ocho mil mujeres en el país y sólo el 24% de los casos se investigaron como feminicidios. Más aún, de esos, el gobierno mexicano no ha logrado aprobar 300 sentencias en las que ya se reconoció. “Las autoridades no toman con perspectiva de género los feminicidios y no pueden reconocerlos, agregar otro término sería más complicado”.

Un claro ejemplo es el caso de Lesvy Berlín Rivera Osorio, la joven que fue asesinada en 2017 en las inmediaciones de Ciudad Universitaria. Según los primeros dictámenes las autoridades de la CDMX, Lesvy se habría suicidado con el cable de una cabina telefónica que se encontraba cerca, frente a su novio, Jorge Luis Hernández González. Es decir, se había determinado que Lesvy habría decidido terminar con su vida.

Pero casi un año después –tras la presión de activistas y la sociedad civil por reclasificar el caso–, las autoridades determinaron que se trató de un feminicidio, pues Jorge Hernández Luis González, asfixió a Lesvy hasta matarla.

¿Qué sigue?

La primera propuesta legal en México llegó de la mano del diputado Pedro Carrizales Becerras, mejor conocido como El Mijis, quien habló el año pasado de presentar una iniciativa en su estado, San Luis Potosí, para reconocer el término.

Aunque aún está preparándola, Carrizales dice que se trata de “castigar a quien induzca o ayude a una mujer a suicidarse en condiciones de violencia de género”, explicó a Cuestione.

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