Asfixiadas por múltiples deudas, varias universidades públicas del país expresaron su enérgico rechazo a las políticas de reducción presupuestal del gobierno federal encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La respuesta del mandatario es que no cederá a chantajes, “aunque se pare el país”.
El 9 de octubre, sindicatos de 25 universidades se unieron a un paro de labores en apoyo a nueve instituciones que enfrentan los problemas más severos. La situación llegó al grado de que no tienen dinero para pagar los salarios de sus trabajadores.
Se trata de las universidades autónomas de Nayarit, Zacatecas, Morelos, Tabasco, Oaxaca, Michoacán, Estado de México, Sinaloa y Chiapas.
El 14 de octubre, la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (Contu) exigió, de manera urgente, el pago de nómina de los últimos meses del actual ejercicio fiscal 2019 y el pago de aguinaldo para las nueve instituciones, a las que se refirió como “universidades en crisis”.
De acuerdo con Animal Político, las nueve instituciones tienen un déficit de 18 mil 600 millones de pesos (mdp) en conjunto. Lo anterior pese a que tuvieron ampliaciones presupuestales por casi 10 mil mdp entre 2010 y 2017.
Una explicación del déficit que arrastran está en el incremento de su plantilla laboral, plazas que no fueron reconocidas por las secretarías de Educación Pública (SEP) ni de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
“Algunas universidades públicas que ya no cuentan con los recursos suficientes para pagar la nómina de los trabajadores (…) Hemos privilegiado el diálogo para hacer notar a las autoridades que la falta de recursos de estas nueve instituciones del país pone en riesgo el pago de salarios de los trabajadores, que ya lo devengaron”, afirmó el dirigente de la Contu, Enrique Levet.
Menor presupuesto, mayor matrícula
Por su parte, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) señaló, con base en un análisis interno, que entre 2000 y 2019 la matrícula (el número de alumnos que son atendidos) en este sector creció 122%, mientras que el presupuesto federal lo hizo 75%.
Esto significa, señaló, que la inversión por alumno se redujo en 21.3%, de acuerdo con la ANUIES. A ello habría que agregar la propuesta del presidente de la República de que los planteles eliminen los exámenes de admisión y garanticen un lugar a universitarios.
Bajo este escenario, la ANUIES solicitó a la Cámara de Diputados un incremento de presupuesto a las universidades públicas de 17 mil 230 millones de pesos en 2020, pero eso aún está en veremos.
Gobierno dice que no cederá
En Palacio Nacional ven las cosas distinto. El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que las universidades tendrán presupuesto actualizado, pero que no recibirán recursos extraordinarios cuando la deuda sea de los estados.
En la mañanera del 9 de octubre, dijo que la autonomía no puede ser argumento para justificar una mala administración con dinero público.
El mandatario afirmó que si las protestas no tienen razón, aunque se pare el país no cederá, porque lo contrario sería aceptar chantajes.
Bajo la lupa. El secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, dijo el 3 de octubre al comparecer ante la Cámara de Diputados, que ya se establecen los mecanismos de transparencia y rendición de cuenta con las universidades para el seguimiento de los recursos y evitar cualquier tipo de desvíos.
Universidades de AMLO, con viento a favor
Contrario al panorama que enfrentan las universidades autónomas públicas, el Programa de Universidades para el Bienestar Benito Juárez, que impulsa López Obrador, comenzó a operar en mayo.
En principio, abrieron 83 universidades de 100 que se tienen previstas en todo el país, una o más por entidad, dijo Raquel Sosa, responsable de la estrategia.
Las Universidades del Bienestar están ubicadas en poblaciones de hasta 45 mil habitantes, lejos de capitales estatales y donde la opción educativa es escasa, de acuerdo con el Programa. “Es otra UNAM”, afirmó López Obrador en la mañanera del 28 de mayo.
Son las dos posiciones del presidente respecto a unas y otras universidades: las autónomas en crisis y las que él impulsa, viento en popa. En el caso de las instituciones con deudas, el problema lo heredó, pero ha decidido no cargar con él. Pero, ¿a alguien le importan docentes y estudiantes?
