Esta semana se ha hablado mucho de las libertades que genera el Gobierno. Algunas veces parecen muy dudosas.
Algunas veces, el presidente miente para continuar con su discurso.
Otras amedrenta.
Y otras solo se enoja.
Y de vez en cuando, toma decisiones que piensa que pasarán desapercibidas.
Él solo se ríe. Y se ríe también de que se ríe.
Ojalá que alguien esté escribiendo un libro con todas estas incongruencias.
Porque incongruencias hay muchas, como ejemplo esta serie de conferencias que da su equipo.
O una Claudia Sheinbaum detenida en su proyecto porque la Claudia del pasado se lo impidió.
Aún así, el presidente se atreve a pedir obediencia ciega a su equipo.
Y felicita a los periódicos que así se comportan.
Con tanto desorden hasta los que estaban desaparecidos creen tener una oportunidad.
Y es que oportunidades hay, lo malo son las opciones que aparecen.
A ver cuánto tiempo puede ganar tratando a la gente como mascota.
Les dejo una noticia de última hora, es útil usar cobrebocas.
