Las revelaciones de Lozoya

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No está claro qué hacen Rafael Caraveo y Guillermo Gutiérrez Badillo con todo ese dinero. No hay conversaciones. Únicamente se escuchan cifras: “once”, “dieciocho”. Están contando la lana, para que después no haya malos entendidos.

El gobierno ha promovido una narrativa que inserta las imágenes divulgadas desde una cuenta de YouTube en el contexto de las revelaciones que Emilio Lozoya ha estado haciendo sobre la corrupción en la política mexicana. Lozoya, siendo director de Pemex, es acusado de haber recibido sobornos de la empresa Odebrecht.

Odebrecht es una constructora brasileña que se había acostumbrado a conseguir contratos gubernamentales mediante sobornos del más alto nivel. En países como Perú y Brasil, las investigaciones han afectado a los políticos más poderosos y de todos los partidos políticos. 

Con ellas, se ha atacado al centro del mecanismo por el que se unen el dinero y la política: la obtención de un trato privilegiado en la asignación de contratos de obra pública a cambio de dinero utilizado tanto para enriquecimiento personal como, más importante (y más caro), para el financiamiento de campañas electorales.

En México se está explorando otra vía. A cambio del derecho a disfrutar la luz del sol para él y sus familiares, Lozoya proporcionará información sobre las corruptelas en las que estuvo involucrado.

La diferencia con los casos antes citados es que esta información no atañe realmente a las operaciones ilegales de la empresa, a la que hasta el momento se ha dejado tranquila. 

El gobierno ha llamado la atención sobre un uso muy específico del dinero de Odebrecht: fueron los fondos con los que Enrique Peña Nieto sobornó a legisladores panistas para conseguir la aprobación de la reforma energética

No puedo ni siquiera imaginar una explicación convincente que dé razones perfectamente legales para que dos políticos se encuentren contando toneladas de billetes. Sólo falta la montaña de cocaína para ser una escena de Scarface. Como se trata de personajes de perfil bastante menor, lo más probable es que ellos en sí no estuviesen vendiendo nada que cueste tan caro. Cabe esperar que sean intermediarios de personajes más relevantes de su partido, Acción Nacional.

Sin embargo, el vínculo con el caso Odebrecht es difícil de digerir. Según la versión de la presidencia, esos billetes fueron precisamente los usados por la empresa para sobornar a Lozoya, quien a su vez (previa pellizcada, cabe presumir) los destinó para sobornar al PAN… Y eso es todo lo que nos da la investigación sobre Odebrecht

Dice López Obrador que la máxima difusión del video por sí misma servirá para “purificar” la vida pública. Yo no creo que baste con evidenciar la participación del partido más detestado por el presidente en la reforma más detestada por el presidente. 

Cualquiera que haya sido la relación de Lozoya con Odebrecht, su conocimiento de las operaciones de la empresa sólo puede ser parcial. 

Si realmente se desea proceder sobre la totalidad de la red, se le puede pedir a Lozoya información sobre los ejecutivos con los que trató. Si se arma un caso contra ellos, con seguridad estarán encantados de mencionar a todos los políticos con los que trataron además de Lozoya.

Esta fue la estrategia seguida en Brasil y Perú, y no veo razones para proceder de forma distinta en México.

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