Las playas de Oaxaca y el larguísimo sueño de una súper carretera que las ponga más cerca

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¿Será Alejandro Murat el gobernador que por fin entregue la súper carretera que nos lleve desde la capital de Oaxaca hacia las playas?

En el año 2001 llegué a la Ciudad de México para estudiar en la UNAM. Me adoptó un grupo de amigos y ese mismo verano me los llevé a Oaxaca capital para que conocieran de primera mano todo lo que les contaba sobre mi ciudad natal.

Uno de estos amigos empacó un traje de baño. En algún momento de la visita me preguntó cuándo iríamos a las famosas playas de Oaxaca y que si podíamos ir y regresar el mismo día. No era el único que tenía pensado una escapada al mar en ese viaje. 

Les expliqué que tanto las bahías de Huatulco como la zona de Puerto Escondido estaban como a seis horas de la capital de Oaxaca, más o menos lo mismo que ellos habían hecho desde la Ciudad de México.

Pero no se preocupen, les dije, esa dificultad está por acabarse. Tal vez la próxima vez que vengan ya tengamos súper carretera y nos hagamos solamente un par de horas de Oaxaca a las playas. Lo dije con mucha confianza porque desde entonces ya existía un plan, nada más faltaba construirla, ¿y eso cuánto podría tardar?

Con el paso de los años, la promesa de agarrar el auto desde la Ciudad de México y en siete u ocho horas visitar a las tortugas en Mazunte o admirar el atardecer en Zipolite, se convirtió en una burla, una broma recurrente. 

Cada vez que alguien de ese grupo de amigos me presentaba una persona, decían algo así como: por cierto, no hagas planes para esta Semana Santa, que según Andrei ya habrá nueva carretera para las playas de Oaxaca.

En 2004 se terminó el sexenio del priista José Murat –padre del actual gobernador– y no pasó nada. Vino el gobierno del priista Ulises Ruiz y tampoco ocurrió el sueño. Entró la oposición de entonces –todos contra el PRI– al poder con Gabino Cué al frente, y tampoco sucedió el milagro. 

Según el gobernador Alejandro Murat –que deja el cargo este diciembre– y el mismísimo presidente López Obrador, este año 2022 es el bueno. Por ahí de julio o tal vez agosto –o en una de esas septiembre– comenzará a operar la súper carretera Barranca Larga-Ventanilla, con la cual se harán dos horas de Oaxaca a Puerto Escondido y unas siete desde la Ciudad de México. ¿O permitirá que el proyecto lo inaugure la próxima persona que gobierne el estado?

No veo la hora de que podamos darnos una escapada de fin de semana a Zicatela o Huatulco. O desconectarnos por completo en alguna playa tranquila como Roca Blanca o Cerro Hermoso, y volver al lunes con todo.

Pero entre más cerca está ese momento, parece que está más lejos. Como en la paradoja de Aquiles y la tortuga, cuando todo indica que ya alcanzamos la fecha, falta tantito más, al grado de que la distancia es en realidad una ilusión. 

No será en esta Semana Santa que agarremos el auto desde la Ciudad de México y lleguemos a la costa oaxaqueña ocho horas después, pero quizá ahora sí podamos decir que ocurrirá en la siguiente. 

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