Salir del clóset es de viejitos

Compartir:

- Advertisement -

En lo que va de este año, tres de mis amigas me han “anunciado” que un@ de sus hij@s es gay.

Entiendo que, aparte de en mi círculo de amigos -que por cierto no es que sea taaan grande-, esto ha estado pasando en todos los círculos, con ello me refiero al hecho de que haya muchos chavos y chavas saliendo del clóset.

Y es que el último año, no le tengo que decir a nadie, nos puso a todos en el límite de absolutamente todo.

Estar en bola, y lleno de actividades, es una manera de protegerte y de pasar un poco desapercibido, sumando que veían poco a sus papás, porque todos andábamos siempre en chinga y eso, pues facilitaba que cualquiera -ellos, o nosotros- pudiéramos hacer como que no pasaba nada o esconder cualquier tipo de situación.

Que haya tantos chavos anunciándole a sus papás que son gays no es porque “está de moda” de la misma manera que no “está de moda” divorciarse o que tantas amistades se hayan distanciado. Lo que sucede es que la pandemia vino a sacar a flote todas esas cosas que llevábamos años guardando abajo del tapete y nos las vino a reventar en la cara.

Ya no hubo escapatoria, ni manera de ocultar nada.

Unos se dieron cuenta de que les pintaban el cuerno, otros que sus amigos eran covidiotas -probablemente ya eran idiotas, pero el covid hizo que se hiciera público-, algunos que su relación ya era insostenible y sí, unos más, entendieron que no había manera de seguir ocultando quiénes son en realidad. Todas esas decisiones marcan un antes y un después en la vida de una persona.

A ver, antes de meterme al tema quiero hacer una aclaración muy importante:

Yo no creo, de ninguna manera, que ser gay sea algo que se elige. O se decide. No creo que nadie pueda escoger sentirse atraído sexualmente por nadie. Lo que te gusta te gusta y punto en la misma medida que lo otro, o el otro, no te gusta. Y punto.

Pero sí creo que actualmente los chavos están viviendo una época muy distinta a la nuestra, en donde cuestionarse su sexualidad es parte del proceso de la adolescencia -cosa que la gran mayoría de nosotros ¡jamás hicimos!

El hecho de que haya tanta información. Tanta apertura. Tanta lucha en pro de los derechos de todas las personas -totalmente a favor de todo eso- hace que estén hiper conscientes del tema como nosotros jamás lo estuvimos. Es un hecho que el mundo ha cambiado y que este es un tema recurrente en la sobremesa de todas las familias- o tendría que serlo-.

También creo que el hecho de que tengas una preferencia sexual, no quiere decir que en otro momento de tu vida puedas sentirte atraído por una persona del sexo contrario y eso no necesariamente quiere decir que seas gay o ya no seas gay, sino que a lo que nos sentimos atraídos, es a las personas.

Y sí, sí creo que nuestros hijos están cableados diferente: de entrada, sin los prejuicios que a nosotros nos hicieron favor de poner en el disco duro. Y que, al haber más información y más tema, evidentemente, habrá más oportunidades para ellos de manifestarse al respecto y de tratar de definirse en toda esa gama de posibilidades.

A veces, tanta información puede hacerlos un poco bolas y por eso es taaaan necesario mantener las conversaciones en marcha, los oídos atentos, la mente abierta y sobre todo los prejuicios amarrados con candado y la boca cautelosa porque si cuando nuestros chavos hablan nosotros juzgamos o nos escandalizamos de inmediato, lo único que va a suceder es que nos van a cerrar la puerta en la cara, cuando precisamente lo que queremos es poderlos acompañar en cualquiera de sus procesos.

Sin embargo, hay una gran diferencia entre “estar abrumados de información y hacerse bolas” cuestionándose ellos qué serán -sin haber tenido media experiencia de nada- a un chavo, o chava, casi adulto que sabe ¡porque sabe! que le gustan otros chavos. O chavas.

Y no sé a ustedes, pero a mi me parece que es una extraordinaria noticia que alguien que no tiene la menor duda que le gustan las personas de su mismo sexo pueda decirlo abiertamente a los 17 años y no pasarse la vida siendo “el raro” o “la solterona”, viviendo a escondidas o, peor aún, casándose y teniendo hijitos para quedar bien con la sociedattt y paralelamente escapándose a bares gay los miércoles en la noche (true storie).

Mi imagino que, como papá y mamá, que tu hijo te de una noticia como esta debe de ser uno de esos momentos muy trascendentes en la vida y que, dependiendo de tu trabajo personal y el tipo de apertura mental que manejes, puede causar un mayor o menor impacto, pero definitivamente no es un evento que pase desapercibido en la vida de una familia.

Yo, por ejemplo, pienso que el hecho de que a mis hijos les guste cooperar con quieén les guste cooperar, francamente ya no es mi departamento ni me corresponderá a mi tener ningún tipo de injerencia. Lo único que a mi me importa en ese tema es que sepan construir relaciones íntimas, respetuosas y lo menos tóxicas posibles en donde se sientan libres y felices de ser quiénes son.

Pero por supuesto que me causaría estrés pensar que a veces tendrán que enfrentarse a momentos y eventos dolorosos que me gustaría que no tuvieran que pasar. Cualquier papá o mamá del mundo quiere siempre ahorrarle a sus hijos cualquier tipo de dolor.

Y creo que salir del clóset debe ser -antes de llegar a la parte donde debe de ser muy liberador- para algunos muy doloroso, para otros algo extremadamente difícil y en general un acto que implica muchísimo valor dadas las circunstancias inciertas de las reacciones ajenas. Y eso sin hablar del  tremendo proceso personal que debe de ser podértelo decir a ti primero, antes que a nadie más.

Lo que les puedo decir, desde mi perspectiva, es que cuando un hijo sale del clóset, la familia entera sale del clóset. O así debería de ser, digo yo.

Ahí es cuando uno ve el tipo de familia, de pareja, de personas, que forman ese núcleo. Pienso que, como papás, debería de dar el mismo orgullo que el retoño acabe la carrera de arquitectura con mención honorífica a que decida anunciarle al mundo su preferencia sexual que no es la que todos esperaban porque, al hacerlo, comprueba que hemos hecho bien nuestra chamba formando a una persona congruente con ella misma y con la capacidad de enfrentar lo que la vida le ponga.

Mis amig@s lo han hecho de una manera sorprendente. Admirable. Amorosa. Acompañando en el respeto y en la apertura para tener todas las conversaciones que una noticia así tiene que abrir. Lidiando de la mejor manera posible con sus esques, sus opiniones, y sus miedos que comprendo deben de abrumarlos por momentos.  Y dando un pasito a la vez como familia en ese nuevo mundo que irán descubriendo juntos.

Me parece que la primera reacción del núcleo cercano a esta noticia es determinante y absolutamente crucial en el futuro de la vida del hij@ en cuestión y me pongo de pie ante estas tres familias que antes que cualquier otra cosa se ocuparon de dejarle bien claro a cada uno de sus chav@s, que el amor que sienten por ellos va más allá del que ellos sientan por alguien más y que así seguirá siendo siempre.

Entiendo que recibir una noticia así debe de tener un grado de dificultad -para unos más que para otros- y que en algunos casos para algunas personas “así no era el plan” pero then again… ¿cuál plan podemos tener en cualquier momento de la vida, en lo que a nuestros hijos se refiere?

No son nuestros, son de ellos.

Y no están aquí para hacernos felices, sino para ser felices ellos.

Probablemente también debe de haber un momento en el que “el qué dirán” tenga un peso y sea un motivo de preocupación.

Hay gente que no está lista para abrir la mente. Y hay que dejarla ir. Quien no sume, déjalo ir. No importa si es el papá, la abuela, o el tío favorito. Hay gente que necesita tiempo para procesar. Hay gente que simplemente nunca va a poderlo hacer.

Nuestro único plan debe de ser, ser lo suficientemente inteligentes para poder estar siempre lo más cerca posible de nuestros hijos y tener la fortuna de que quieran compartir su vida con nosotros.

Hacerlo todo mal, en un momento así, puede ser el punto de quiebre de por vida y yo francamente pienso que lo único que tenemos que pensar como papás, es asegurarnos de poder estar cerca, que sepan que son siempre bienvenidos con quién quieran querer y que cuentan SIEMPRE con nosotros.

Eso, y que los queremos exac-ta-men-te como son.

PD –  Me dijeron mis amigas y asesoras preferidas en esta materia que decir “salir del clóset” y “chavos” es de viejitos y pues…¡amigas dense cuenta!

Otro título de la autora: Los esques y los miedos

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.