El inicio de las primarias Republicanas

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El pasado martes 16 de enero se llevaron a cabo las elecciones primarias del Partido Republicano en el estado de Iowa. Con estas elecciones inicia la serie de éstas que definirán al candidato presidencial de ese partido. 

En la boleta aparecieron finalmente, tras la depuración realizada durante los últimos tres meses, sólo cuatro candidatos: Donald Trump, Nikki Haley, Ron DeSantis y Vivek Ramaswamy. Chris Christie detuvo su campaña definitivamente justo en el último debate llevado a cabo, y Asa Hutchinson suspendió su campaña y es probable que no la reactive de nuevo.

No es para nada sorpresa que Donald Trump haya ganado esta primera elección primaria. El ex presidente terminó llevándose arriba de 51% del total de los votos. Haley y DeSantis se repartieron casi equitativamente 40% y Ramaswamy colectó el resto.

La primera consecuencia es que Vivek Ramaswamy suspendió definitivamente su campaña y refrendó su apoyo al ex presidente Trump; ya había explicado en otro lugar que la campaña no tenía suficiente espacio para dos personajes de perfiles similares. Ahora queda uno solo.

Lo que me parece sorpresivo es que la cobertura noticiosa, en general, parece sobredimensionar el triunfo de Trump. No es que las elecciones primarias de Iowa no sean relevantes, sino que hay elementos que indican que el éxito de Trump no es ni extraordinario ni asombroso.

Primero: la participación en la elección del martes fue reducida. En la misma elección primaria de 2016 participaron un total de 140,000 personas y ahora en 2024 solo lo hicieron 100,000. Si bien es cierto que Trump ganó esta vez más del 50% de los votos, solo obtuvo 10,000 más que en 2016.

Segundo: en estas elecciones Trump obtuvo 60% del voto evangélico –efectivamente una proporción considerablemente mayor a la de 2016 (25%)–, pero el poder del voto evangélico se diluye en las elecciones generales (y si no que le pregunten a Ted Cruz, quien ganó todos los distritos con mayoría evangélica en 2016 en el mismo estado de Iowa).

Tercero: considero importante tomar en cuenta algo que llamaría el “efecto Trump” y que consiste en que, a pesar de su “enorme popularidad”, casi el 50% de los electores republicanos en un estado tan conservador como Iowa decidieron no votar por él.

Esto no quiere decir que Donald Trump no vaya a ser electo candidato republicano, sino que es probable que los republicanos que han decidido votar por otro candidato que no sea Trump no se presenten en masa a votar por él en las elecciones generales de noviembre

Así que podemos anticipar que Trump podría obtener muchos menos votos que en las elecciones de 2020 y esta fragmentación del voto republicano abriría la puerta a una competencia electoral más competitiva de lo que se prevé el día de hoy.

Otra colaboración del autor: La batalla de Donald Trump por mantenerse en la boleta electoral

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