Xavi: ¿el salvador del Barcelona?

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El Fútbol Club Barcelona vive una de las etapas más oscuras en su historia, esto, en contraste con la época dorada de su pasado reciente, hace que el presente luzca más desolador. En este clima la llegada de Xavi –leyenda de la época dorada del club– como DT parece la luz al final del túnel. Todo es esperanza y alegría entre los culés, la pregunta es: ¿están justificadas las expectativas?

Xavi Hernández está llamado a ser el sucesor de Pep Guardiola, desde su retiro de las canchas los aficionados blaugranas han inundado los foros de internet con imágenes Guardiola “preparando” a Xavi tal como Cruyff lo hizo con Pep. ¿Qué tan justificada está esta narrativa?

Grandes esperanzas.

Parte de la algarabía es que Xavi parecía estar destinado a ser entrenador del Barcelona desde que era jugador. Su visión de campo, su forma de juego, el respeto por la “filosofía Barca”, son conceptos que se esperaba pudiera transmitir a sus pupilos cuando le tocara estar en el banquillo. Incluso Pep llegó a declarar que tenerlo dentro del campo era como tener un entrenador en la cancha, todo sumaba a esta historia, que hoy se va a empezar a encontrar con la realidad. 

El problema con cualquier historia que descansa sobre una suposición es que no contempla todas las variables que la realidad presenta. Una vez que dejamos fuera la euforia y la emoción podemos encontrar esas variables que nos dan una vista más clara sobre lo que puede deparar el destino en esta situación. 

Manejando las expectativas.

La realidad es que el Barca cambió de entrenador pero no de plantilla y en el fútbol el segundo es más determinante que el primero. Aquí Xavi es más parecido a Rijkaard que a Guardiola. Un entrenador de transición. Si bien la plantilla parece tener un futuro brillante con jugadores como Ansu Fati, Pedri y Gavi, también hablamos de un presente no tan lúcido con una delantera que en lugar de tener a Messi, Suárez y Neymar, se conforma con Luuk de Jong, Braithwaith y Depay. 

Con una plantilla lejos del equilibrio, tenemos jóvenes promesas, jugadores no es su máximo nivel y cracks en la curva descendiente de su carrera, este Barcelona deberá jugar “con lo que hay” mientras recupera algo de su esencia dentro del terreno de juego. Aquí es donde Xavi puede tener la mayor injerencia para el equipo, en su moral, en el ánimo, en que no se olviden que están jugando en el equipo que deslumbró por su juego, por su magia y por su dominio en Europa. 

Una nueva esperanza. 

No sabemos lo que pasará a partir de hoy, pero podemos mesurar nuestros ánimos, el tiquitaca no nació de la noche a la mañana, el Barca de Guardiola no se construyó en un día, y el Barcelona no necesita un salvador, pero sí necesitaba un símbolo, de lo que significa jugar en este equipo. Un recordatorio de lo que enseñó Cruyff, de lo que perfeccionó Pep, de lo que jugó Messi. Para que el día de mañana pidan el balón, lo cuiden, lo apapachen, de aquí en adelante, en lo que pasa la tormenta. 

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