Hace unos días sostuve algunos debates sobre el tema de las cuotas de género en materia electoral. El principal argumento de mis interlocutores era que los puestos deben ganarse por capacidad y no por imposición. Pero primero vale la pena explicar de dónde y por qué surgió el debate.
El INE, a través de las comisiones unidas de Prerrogativas y Partidos Políticos e Igualdad de Género y No Discriminación, presentaron un anteproyecto con el que buscan hacer efectiva la paridad de género en las gubernaturas que se van a renovar en 2024. Es importante tener claro que en ese proceso nueve estados elegirán gobernador o gobernadora, incluyendo la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México; el objetivo de la autoridad electoral es que sea obligatorio que de esas nueve sean cinco para mujeres y cuatro para hombres.
Para lograrlo los partidos políticos tendrían que postular cinco candidatas mujeres y cuatro hombres. En caso de incumplimiento de este requisito deberá haber una sustitución, podría rechazarse el registro o el INE podría sortear en cuál de las candidaturas presentada encabezada por un hombre debería cambiarse el género de la postulación.
Este asunto ha mantenido entrampados en una complicada discusión a los partidos y al INE. Los partidos acusan que el INE se ha extralimitado en sus funciones porque esas modificaciones le competen solo al Poder Legislativo.
¿Es eso cierto? Sí y no, déjame explicarme: en 2019 fue justamente en el Legislativo federal y los locales que se aprobó una reforma constitucional conocida como “Paridad en todo” y aprobaron la modificación de 10 artículos de la Constitución para que “la mitad de los cargos de decisión sean para las mujeres en los tres poderes del Estado, en los tres órdenes de gobierno, en los organismos autónomos y en todas las candidaturas de los partidos políticos a cargos de elección popular”.
A partir de esa aprobación los Congresos de los estados debían adaptar sus legislaciones locales y no lo hicieron. Fue hasta finales del 2020 cuando la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial ordenó al Congreso de la Unión y a los Congresos locales regular la paridad en gubernaturas antes del inicio del proceso electoral inmediato posterior al proceso 2020-2021, cosa que el Congreso de la Unión no ha hecho y la gran mayoría de los Congresos locales tampoco.
Así es: son omisos y han mantenido el desacato al mandato judicial. Es por eso que el INE interviene con este anteproyecto que busca obligar a los partidos políticos a cumplir lo que ellos mismos aprobaron. Ahora que ya tenemos todo el contexto retomo el punto del debate sobre si es justo que se “imponga” a partidos postular mujeres.
¿Has escuchado hablar de las acciones afirmativas? Te cuento qué son: una acción afirmativa es una medida de carácter temporal que garantiza un escenario de igualdad a grupos en posición de desventaja. Las acciones afirmativas en razón de género han contribuido a avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres. Lamentablemente en muchas ocasiones han tenido gran reticencia de los grupos tradicionalmente favorecidos y se han tenido que aplicar incluso sanciones a su incumplimiento.
Leía hace unos días un estudio del Centro de Capacitación Judicial Electoral sobre el tema que citaba justo cómo en los años 90 y principio de los 2000 que dice que “mientras el cumplimiento de cuota de género era únicamente de carácter indicativo sólo 15% de los curules de la Cámara de Diputados eran ocupados por mujeres y fue solo cuando la Sala Superior del Tribunal Electoral que en 2011 ejerció control judicial que la participación se incrementó a 37%.
Sin las acciones afirmativas o imposiciones no habríamos avanzado como lo hemos hecho. En el caso de gubernaturas no les parece indignante que solo 15 mujeres han sido gobernadoras en los últimos 26 años y por lo menos la mitad de ellas pudo ocupar el cargo luego de la implementación de medidas afirmativas por la paridad.
El 2021 fue un año de importantes logros para las mujeres en la vida política cuando en una sola elección seis mujeres se llevaron las gubernaturas. Las brechas de género han sido una realidad invisibilizada, quizá en algunos no sea un tema de machismo o falta de voluntad, sino la perspectiva formada a través del privilegio de no verse rechazados e imposibilitados a pesar de sus capacidades.
Urge abrir los ojos y reprogramarnos, a reaprender desde una perspectiva más justa. Solo así podremos desde la sociedad obligar a las dirigencias partidistas a dar pasos hacia una verdadera justicia e igualdad entre hombres y mujeres.
Pero hoy se resisten todos: Morena, Movimiento Ciudadano, PAN, PRI y PRD. Acusan y denuestan a la autoridad electoral porque quizá en ese adelanto a los tiempos planearon designaciones discrecionales amparadas en amarres políticos y el anteproyecto de la autoridad electoral les descuadraría sus planes. Avanzar es un tema de actores políticos claro, pero también de nosotros, la sociedad. ¿Tú qué opinas de las cuotas de género y de las medidas afirmativas? ¿Imposición o justicia?
