La vida en los países latinoamericanos después del COVID

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Latinoamérica es la región más desigual del mundo de acuerdo con el reporte “Cómo es la vida en América Latina en 2021” de la OCDE y la causa principal tiene que ver con la inequidad en los ingresos. En esta región coexisten pocas personas con los niveles de ingresos más altos del mundo, junto con muchas personas que viven por debajo de la línea de la pobreza.[1] [2] 

Otro dato muy revelador es que prácticamente la mitad de los trabajadores en América Latina son informales, lo que significa que no cuentan con ingresos fijos ni acceso a seguridad social.

Por otra parte, tres de cada cinco personas están preocupadas por perder sus empleos en comparación con Europa en donde una de cada cinco personas tiene esta preocupación.

Los latinoamericanos trabajan más que el resto de los países que forman parte de la OCDE, por ejemplo, 1 de cada cinco empleados trabaja más de 50 horas a la semana y en el caso de México el panorama es aún peor ya que, de acuerdo con este mismo estudio, 45.8% de los empleados trabajan más de 60 horas a la semana y esto se debe a que muchos cuentan con más de un empleo.

Si bien no es posible decirlo de manera categórica, no parece descabellado afirmar que la inseguridad laboral sea la causante de que los trabajadores latinoamericanos tengan que trabajar muchas más horas que en el resto de los países que forman parte de la OCDE.

Los problemas de Latinoamérica son estructurales y si bien según lo propia OCDE han habido avances en todos los indicadores en la mayoría de los países del año 2000 a la fecha, la pandemia de covid-19 demostró la fragilidad en la que se encuentran estas economías ya que, a partir de 2019, todos los indicadores de bienestar cayeron.

Uno de los problemas estructurales que comparten los países latinoamericanos es el bajo nivel educativo, que no necesariamente tiene que ver con los índices de alfabetización. 50% de los estudiantes de América Latina no alcanzan el nivel mínimo de habilidades requeridas para participar de forma productiva en la sociedad, es decir, habilidades que tiene que ver con la comprensión lectora, matemáticas y ciencias. 

México está un poco mejor que el resto del subcontinente ya que el promedio de estudiantes que no alcanzan el nivel mínimo de habilidades es de 45%, [3] [4] sin embargo, se trata de una cifra muy elevada que explica en gran medida el rezago económico y social.

La violencia y la inseguridad son otro factor determinante en el rezago social de los países latinoamericanos, las tasas de homicidios son 5 veces más altas que el promedio de los países de la OCDE y México es el país con mayor número de homicidios por cada 100 mil habitantes. Brasil y Colombia también tienen datos desalentadores en este sentido, pero la diferencia es que en el caso de Colombia por ejemplo, del año 2000 a la fecha, la tasa de homicidios bajó 42 puntos[5]  mientras que en nuestro país se ha incrementado de manera sostenida.

Al hacer un análisis de estos datos se entiende por qué los gobiernos supuestamente de izquierda tienen tanta aceptación entre la población.

En una región en donde la inequidad y la baja educación campean, los líderes populistas llegan al poder ofreciendo soluciones simplistas y dádivas que para personas que viven al día pueden representar un verdadero alivio, pero que en el mediano y largo plazo solamente tienden a perpetuar las desigualdades y a frenar el desarrollo social.

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