Suena a argumento de mecánico: “ya no hay piezas”. Eso nos dijo el gobierno al explicar por qué se cayó el sistema Compranet, agregando que “nadie está obligado a lo imposible”, según un comunicado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Si uno hace memoria, la frase “se cayó el sistema” tiene un famoso antecedente: el fraude electoral de 1988, cuando Manuel Bartlett suspendió la entrega de datos sobre los votos por supuestas fallas técnicas. Para cuándo lo habían resuelto, los datos habían cambiado, y Cuauhtémoc Cárdenas fue derrotado por Carlos Salinas de Gortari.
Ahora, en pleno 2022, parecen haber reciclado el argumento -como reciclaron a Bartlett mismo- y al gobierno de México le resulta “imposible” resolver un problema de un servidor de internet. Sinceramente es difícil de creer. Cualquiera que sepa un poquito de computación sabe que ir a la Plaza de la Computación en el Centro Histórico les resuelve el problema; y dirán que así no funcionan las compras del gobierno. Seguro que no. Pero si algo nos ha demostrado esta administración es que las compras y contratos funcionan como les da la gana. La caída de Compranet es quizá el último paso en este largo camino de opacidad que estamos recorriendo.
Ahora, ¿por qué es esto importante? ¿Por qué debemos de hablarlo? Puede sonar como un tema burocrático o de periodistas, pero es algo que afecta a toda la gente. Porque hoy no podemos saber ni cómo, ni porqué, ni a quién le están dando el dinero de los impuestos de la ciudadanía.
Por primera vez en 26 años esta plataforma ha dejado de funcionar, y según nos informan no podrán arreglarla hasta agosto. Este sistema de transparencia no existe por accidente ni fue un favor de ningún gobierno. Fue una demanda de transparencia a la que México se comprometió a través de tratados internacionales.
Pero primero: ¿para qué sirve Compranet? En breve, es el sistema que nos permite conocer en tiempo real a quién y qué están contratando. Ha sido clave en la revelación de muchos escándalos políticos, desde el gobierno de Fox hasta el actual.
Es la plataforma de compras del gobierno federal más importante del país en la que se realizan transacciones electrónicas de contratos públicos.
Compranet registra y almacena información de las compras públicas y permite que estas se realicen de manera electrónica para asegurar un seguimiento puntual de cada contratación. Ahora se tendrán que hacer de forma presencial, lo que dispara el riesgo de opacidad y corrupción.
Según fuentes con las que hemos hablado, hay al menos dos verdaderas razones por las que se cayó la plataforma.
Una es sencilla: el gobierno se quedó sin dinero y no puede hacer más contratos. El dispendio y desorden ha sido tal que tuvieron que suspender operaciones para poder terminar el año. Ya habíamos tenido una señal de esto el 15 de mayo, cuando se anunció la “pobreza franciscana” del gobierno y se cancelaron las contrataciones de personal. Esto podría ser un nuevo paso de radicalización en ese sentido.
Lo que nos dicen otras fuentes es diferente: hace un par de meses removieron a Alberto Olivas, que era el responsable de esta plataforma. Según nos cuentan, él permitió que una mafia se colara en el sistema para manipular las ofertas y los procesos para ayudar a ciertos competidores. Ahora, deshabilitaron la plataforma para hacer una auditoría forense y borrar toda la información comprometedora.
Es decir, no es para buscar responsables, sino para ocultar información. Y es curioso, porque parece que en México el sistema “se cae” siempre cuando le conviene al gobierno.
Pero no se preocupen, porque en México “ya se acabó la corrupción”.
