La senadora de Morena, Soledad Luévano, provocó una pequeña y pasajera ola de indignación en redes sociales y medios de comunicación. A doña Soledad se le ocurrió que es buen momento para modificar el principio legal que mantiene separadas a las iglesias del Estado mexicano.
La interpretación que hizo la senadora para presentar su propuesta es, curiosamente, correcta: busca armonizar las leyes mexicanas con tratados y convenciones internacionales en materia de derechos humanos avalados por el gobierno mexicano. También, busca regular de mejor manera la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público aprobada en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.