Hacia un Sistema Nacional de Cuidados

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En noviembre de 2020 la Cámara de Diputados aprobó una reforma para crear el Sistema Nacional de Cuidados que consiste en una serie de acciones, políticas y programas para garantizar el derecho al cuidado.

De acuerdo con México ¿Cómo vamos?, en promedio, las mujeres en México dedicamos 43 horas a la semana al cuidado de otras personas, ya sea de los hijos, ancianos o personas que tienen algún tipo de discapacidad, ese trabajo no es remunerado y deja fuera a quienes lo realizan del sistema productivo y de la seguridad social.  

Un Sistema Nacional de Cuidados implica la creación de una red de instituciones dedicadas a proveer cuidados a niños, personas mayores y enfermas de tal forma que las mujeres puedan dedicarse a actividades productivas como el estudio o el trabajo.  

De acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, 63% de las mujeres que provienen de los hogares más pobres supera su origen socioeconómico cuando en su entorno cuenta con servicios de cuidado infantil. 

Por otra parte, la igualdad de oportunidades es el factor más relevante para promover la movilidad social.  Sin protección social no hay igualdad de oportunidades, mientras que para toda la población no tener esa protección determina el 11% de la desigualdad, para las familias más pobres representa el 38%.

Actualmente, más de 14 millones de mujeres no pueden buscar un empleo porque su tiempo está dedicado al cuidado no remunerado de otros. La poca disponibilidad de tiempo obliga a las mujeres a aceptar trabajos precarios que no cuentan con seguridad social y que ofrecen salarios muy bajos que no les permiten salir de la pobreza.

La Ley propuesta por la Cámara de Diputados aún no ha sido aprobada por los Senadores y no contempla la creación de nuevas instituciones, ni dota de presupuesto al Sistema, de esta forma, corre el riesgo de convertirse en letra muerta.  

La actual administración ha señalado que, para evitar la corrupción, prefiere entregar recursos económicos directamente a las mujeres para retribuir el tiempo que dedican al cuidado de otros, sin embargo, esta medida lejos de empoderar a las mujeres y ofrecerles alternativas de desarrollo las condena a seguir ejerciendo labores de cuidado sin tomar en cuenta sus deseos y aspiraciones.

No solo eso, las condena a seguir en la pobreza porque los recursos entregados por el gobierno solamente son suficientes para subsistir y no otorgan seguridad social ni oportunidades de crecimiento que sí se tienen en un empleo formal.  

Para evitar la corrupción no es necesario hacer a un lado a las instituciones, al contrario, hay que fortalecer los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.  

Al sustituir esa red institucional por redes informales de apoyo se coloca a las mujeres trabajadoras en una posición vulnerable porque dependen de la voluntad de otros para continuar trabajando.  

Por otra parte, las mujeres que no cuentan con redes familiares de apoyo tienen que recurrir a guarderías o asilos improvisados que no solo no cuentan con una infraestructura adecuada y personal capacitado, sino que están al margen de cualquier supervisión lo que representa un riesgo para la población vulnerable que está a su cuidado.

La creación de un sistema nacional de cuidados tiene un impacto directo en la movilidad social de las mujeres y sus familias y al mismo tiempo, representa una oportunidad indiscutible para el desarrollo económico del país ya que el producto interno bruto podría incrementarse en 17% para 2030 si se incorpora a 8.2 millones de mujeres a la economía.  

Si el Senado aprueba y dota de recursos al Sistema Nacional de Cuidados, se estará dando un paso decisivo para sacar de la pobreza a millones de familias en México.

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