¿Libertad de expresión o discurso de odio?

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La libertad de expresión también tiene límites.

Feminazi, maricón, indio, negro, judío… así comienzan o terminan muchas expresiones hostiles que no sólo lastiman, sino que incitan a la violencia y la discriminación. 

Expresarnos es un derecho constitucional, pero si es para acosar, perseguir o negar derechos, entonces es un discurso de odio. Esta semana vimos claras expresiones de este discurso, como con el hoy famoso cuadro de Zapata. La clave no está solo en la palabra, sino en las desigualdades que estas acentúan.

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Proceso, ¿la revista consentida del gobierno?

Una de las grandes promesas de AMLO fue terminar con los amiguismos entre el gobierno y los medios. No más chayote, ha dicho muchas veces, pero la realidad es que hay dos medios consentidos para el gobierno: La Jornada es uno y Proceso, otro. Solo en julio de este año, en un solo número, se gastaron un millón y medio de pesos en ese semanario, lo que no había sucedido en mucho tiempo. Al parecer, la austeridad no se aplica con los amigos, ¿verdad?

Son necesarios tantos diputados y senadores?

De los 628 legisladores del Congreso de la Unión, 364 están ahí por voto ciudadano y 264 por la vía plurinominal. Esto, para balancear un poco el peso de la oposición y que haya expresiones políticas de todos los partidos. Puede sonar atractivo gastar menos en representantes, pero no si eso sacrifica contrapesos y diversidad política. Como dicen los expertos: los excesos deben terminar, pero no a costa de una saludable oposición.

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