Candidaturas independientes, un camino lleno de trampas

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México modificó su constitución en 2012 para que la ciudadanía no afiliada a partidos políticos pudiera contender por un puesto de elección popular, por ejemplo, a la presidencia del país. ¿Cómo ha funcionado esta medida? ¿Cumplió su objetivo?

Aunque esta reforma se defendió con el argumento de que ampliaría las posibilidades de participación ciudadana, hasta el proceso electoral presidencial de 2018, las candidaturas independientes en México sólo funcionaron para que militantes de partidos políticos, que no fueron designados al interior de sus organizaciones, encontraran otra vía para contender por un cargo de elección popular.

Por ejemplo, en la contienda por la presidencia de México, en 2018, se registraron cinco candidaturas independientes, pero sólo tres llegaron a la contienda final: Margarita Zavala,  quien renunció al Partido Acción Nacional para convertirse en candidata independiente; Jaime Rodríguez, El Bronco, gobernador de Nuevo León (primero en México en llegar por la vía independiente y militante del Partido Revolucionario Institucional durante 33 años); y Armando Ríos Piter, quien ocupó en el pasado distintos cargos en el Partido Democrático Revolucionario (PRD).

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En el caso de Zavala, su candidatura independiente vino después de que el PAN le cerrara la puerta para designar a Ricardo Anaya, y no a ella, como su candidato presidencial.

En la primera fase del registro de candidaturas independientes, también participó María de Jesús Marichuy Patricio, integrante del Consejo Indígena de Gobierno (CIG), una organización de comunidades, barrios y pueblos indígenas de todo el país. Esta fue la primera vez que una mujer indígena buscó contender por la presidencia del país.

Sin embargo, Marichuy Patricio -quien participó con recursos propios del CIG y de simpatizantes- no consiguió recolectar las firmas necesarias, equivalentes al 1% de la lista nominal de electores en el país, en al menos 17 entidades federativas con igual porcentaje en cada una de ellas. Esta fue una de las restricciones que impusieron los partidos políticos a las candidaturas independientes. 

En esa jornada, el INE exigió además que las firmas fueran recaudadas a través de una aplicación que se descarga en teléfonos celulares, pero el costo por aparato era de más de tres salarios mínimos y su uso se dificultó en zonas de poca conectividad. 

En contraste, Ríos Piter, Zavala y El Bronco contrataron promotores que recogían firmas en oficinas, sindicatos y ventanillas donde se pagan sueldos, ya que esos candidatos contaron con el apoyo de actores del sector privado. 

Aún así, durante la revisión de las firmas, el INE detectó varias irregularidades, como credenciales de más o firmas falsas. A estos indicios de fraude -que en el caso de Zavala rebasaron 45% de sus firmas totales, según el INE-, Jaime Rodríguez las llamó “travesuras”. 

En cambio, 93.2% de las firmas para Marichuy fueron válidas, la cuota más alta de honestidad entre todos los candidatos. Aún así el INE no avaló su registro. 

Tras no poder convertir a Marichuy en candidata, el Subcomandante Galeano –antes Subcomandante Marcos y vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), dijo en un evento público que el sistema electoral premió a los candidatos que violaron las leyes, por lo tanto, “lo que Marichuy hizo fue exhibir, desnudar el sistema político electoral en México”.

Las trampas

¿Realmente cualquier persona puede ser candidata independiente a la Presidencia ? Este es el proceso y los requisitos para participar:

Fase 1: Manifestar al INE sobre la intención de participar como candidato independiente con un acta constitutiva de una Asociación Civil que le respalde, y un documento que acredite el registro deesta ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT). También se necesita comprobante de apertura de cuenta bancaria a nombre de la asociación.

Fase 2: Recabar apoyo ciudadano en los porcentajes y conforme a plazos. Por ejemplo, el INE pide que para convertirse en candidatos a la Presidencia se reúna una cantidad de firmas de apoyo equivalente al 1% de la lista nominal de electores en el país, distribuido en al menos 17 entidades federativas con igual porcentaje en cada una de ellas. En 120 días.

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Si las y los candidatos independientes reúnen el apoyo ciudadano pueden pasar a la siguiente fase, que consiste en presentar su solicitud de registro. Si cumple con los requisitos, el Consejo General del INE le otorga una Constancia de Registro como Candidato Independiente y a partir del día siguiente puede iniciar su campaña electoral.

Tampoco en recursos, el piso está parejo

Cada aspirante puede realizar actos para recabar el apoyo ciudadano, utilizar financiamiento privado para el desarrollo de sus actividades y nombrar un representante para asistir a sesiones del Consejo que corresponda.

Como candidata o candidato, puede tener acceso a tiempo en radio y televisión, obtener financiamiento público y privado, realizar actos de campaña y difundir propaganda electoral, replicar y aclarar la información que generen los medios de comunicación, y designar representantes ante los órganos del Instituto. 

Para estas actividades, el INE otorga 33.3% de su presupuesto (para el cargo de Presidente), el cual se distribuye de manera igualitaria entre todos los candidatos independientes al cargo. En 2018, el órgano electoral aprobó distribuir 42.9 millones de pesos para 39 candidaturas independientes (para el Congreso y la Presidencia). 

Esto dio como resultado que, por ejemplo, Zavala tuviera 7.1 millones de pesos para su campaña, mientras que el partido político Morena tuvo más de 650 millones de pesos

“Así, una persona que sin ser miembro de un partido político desee participar como candidato en elecciones federales deberá estar consciente de que deberá de disponer de una buena cantidad de recursos para conseguir las firmas necesarias para participar, no tendrá el mismo trato en medios de comunicación para hacerse propaganda y, seguramente, por la falta de infraestructura electoral con la que sí cuentan los partidos consolidados, perderá la elección”, explicó la experta en Derecho y Ciencia Política, Solange Márquez Espinoza, en su análisis Elecciones 2015: candidaturas independientes y sus riesgos.

Este análisis explica que más de 80 países tienen consideradas las candidaturas independientes, por ejemplo Alemania, Portugal, España, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Finlandia, Estados Unidos, Japón, Suiza, Chile, Albania, Hungría, la República Checa, Rusia, Ucrania o Polonia.

Pero un componente esencial para hacer factible esa posibilidad (ampliar la participación ciudadana) y que no se quede como letra muerta -observó Márquez Espinosa- tiene que ver con la reglamentación de las candidaturas y la facilidad para poder presentarlas. 

Por ejemplo, en algunos países, como Chile, el requisito de obtener firmas ciudadanas comprobables para el registro va desde un 0.5% del padrón electoral, detalló la experta.

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En México, las candidaturas independientes tienen como contexto que los partidos políticos ya no tienen la confianza de la ciudadanía. Según datos de una encuesta de 2019 de El Universal56% de la población ya no confía en los partidos políticos, por lo que las candidaturas independientes les vinieron bien a esas instituciones y sus militantes como estrategia para mantenerse en la contienda electoral, ¿pero dónde queda el derecho de la ciudadanía sin afiliación partidista a participar en el sistema político?

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