La desigualdad es un problema aún vigente en el mundo. El ejemplo más claro de esto es que, por primera vez en la historia de Estados Unidos (EU), las 400 familias más ricas pagaron en 2018 una proporción de impuestos menor que los 62 millones de hogares que conforman la clase trabajadora de ese país.
Con su libro más reciente, El Triunfo de la Injusticia, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman, economistas de la Universidad de California en Berkeley, muestran que el año pasado la tasa de impuesto promedio pagada por las familias más acaudaladas se redujo a la mitad de lo que pagaban en 1960 (56%).
Mientras que la clase trabajadora pagó en promedio el 24.4% de sus ingresos en impuestos federales, estatales y locales, las 400 familias con más recursos solamente lo hicieron con 23% de los suyos.
Esto quiere decir que los multimillonarios norteamericanos pagaron un tasa de impuestos menor que los maestros de escuela, jubilados y obreros.
Saez y Zucman destacan que es necesario poner este tema en la mesa de discusión pues en esta situación, las 400 familias con más dinero gozan de más riqueza que el 60% del resto de los hogares del país.
Las causas
En su investigación, los economistas atribuyen a tres factores esta situación: la evasión fiscal, reducciones al impuesto sobre las propiedades y sobre el ingreso y, finalmente, al plan fiscal de Donald Trump, aprobado en 2017, el cual beneficia a las personas con más recursos y las grandes empresas.
De acuerdo con los investigadores, la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos provocó la mayor baja de impuestos en las tres últimas décadas, que trajo la reducción de la tasa impositiva en los sectores más ricos así como un recorte de la tasa de impuesto que se le cobra a las empresas.
En palabras de los autores, esto representa un riesgo porque “la riqueza es poder” y “una concentración extrema de riqueza significa una concentración extrema de poder”, por lo que el objetivo de su texto es poner en la mesa la importancia de las decisiones del gobierno en materia fiscal, pues terminan dando forma a todas las instituciones de una sociedad.
Como algunos expertos han explicado a Cuestione en notas previas, los gobiernos democráticos sólo obtienen recursos para brindar servicios públicos a través de dos vías: impuestos y deuda, por lo que un gobierno que decide recortar el cobro de impuestos reduce el espacio que tiene para gastar y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
¿Y en México cómo estamos?
Revisamos el estudio Distribución del pago de impuestos y recepción del gasto público 2019, elaborado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para observar cómo se distribuye el pago de impuestos federales entre la población mexicana que trabaja en la formalidad divida entre deciles.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto 2016 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las personas con mayores ingresos destinan entre 18% y 27% de su ingreso al pago de Impuesto sobre la Renta (ISR) e Impuesto al Valor Agregado (IVA).
A pesar de que el 10% más rico de nuestro país paga una proporción similar a la observada en los 400 hogares con más recursos de Estados Unidos, la proporción del ingreso pagada por el 50% de la población con menos recursos (deciles I al V) es mucho menor a la observada del otro lado de la frontera norte.
La diferencia entre los porcentajes destinados a impuestos del decil X y los cinco deciles más bajos, es similar a la diferencia en puntos porcentuales observada en Estados Unidos hace dos décadas.
Con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ¿cómo cambiarán estas proporciones?
