Otro programa para mujeres que olvidó AMLO

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Al menos 15 trabajadoras del Centro Ciudad de las Mujeres en Tlapa, Guerrero, viajaron por más de cinco horas en carretera desde la montaña hasta la Ciudad de México, para protestar afuera de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu)

¿La razón?: un adeudo de 10 meses de salario por parte del gobierno federal y la incertidumbre sobre si continuará la Ciudad de las Mujeres, el único centro gubernamental de atención integral (psicológica, jurídica, de formación y de protección) para víctimas de violencia en esa región.

Desde el arranque, todo mal

La Ciudad de las Mujeres fue un programa que impulsó Rosario Robles, la exfuncionaria que hoy es investigada por mal ejercicio de la función pública, cuando era titular de la Secretaría de Desarrollo Social (antes Sedesol). Sin embargo, lanzó este plan sin un decreto oficial de creación, por lo que nunca existió una partida presupuestal para los gastos de operación.

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En 2015, la Sedesol y le Inmujeres firmaron un convenio para dar luz al proyecto de la Ciudad de las Mujeres, que se pensó inicialmente para varios estados, pero que en muchas no se concluyó. La única que inició operaciones fue la de Tlapa, Guerrero

Cuando Robles se fue de la Sedatu, el centro se encajó en el presupuesto y en líneas de operación del Programa de infraestructura y mejoramiento urbano; de esta forma, la Ciudad de las Mujeres tuvo dinero para operar en 2016, 2017 y 2018. Sedatu se hizo cargo de la infraestructura, pero dejó la operatividad al gobierno de los estados. 

Pero el Presupuesto de Egresos de 2019 no estableció ningún monto en ningún programa para el Centro Ciudad de las Mujeres, por lo que desde noviembre de 2108 se dejó de pagar sueldos a las trabajadoras y de suministrar recursos para su operación. 

Esto quiere decir que, en papel, este espacio de atención a mujeres dejó de existir, pero en la realidad se sigue sosteniendo de pie gracias al trabajo no pagado que realizan las 43 trabajadoras. 

Ellas exigen certezas

Eréndira González León, directora del Centro Ciudad de las Mujeres, explicó que durante estos meses se llevaron a cabo reuniones y llamadas telefónicas con personal de Sedatu y otras dependencias, pero que sólo les daban las largas para dar respuesta a su situación.

Mientras, 43 trabajadoras siguieron operando el centro con atención psicológica, asesorías jurídicas y otras acciones de apoyo, pero sin goce de sueldo. De acuerdo con datos recopilados por ellas, al menos mil 500 mujeres -varias de comunidades indígenas– que mensualmente acuden al centro, tienen pendientes sus procesos jurídicos.

El gobierno municipal pagó los servicios de luz eléctrica pero ante la falta de respuestas concretas por parte del gobierno federal, las trabajadoras decidieron trasladarse hasta la Ciudad de México, el 2 de septiembre de 2019, para tratar de hablar directamente con Roman Mayer Falcón, titular de la Sedatu.

Luego de horas de protesta, las trabajadoras obtuvieron una mesa de negociación en la que estuvo presente personal de la Secretaría de Gobernación, y aunque se les prometió el pago de su salarios, no les dieron una respuesta concreta sobre si el Centro Ciudad de las Mujeres podrá continuar.

¿Sedatu se lava las manos?

“En Sedatu no tenemos un conflicto en la materia (con las trabajadoras) ya que nosotros no tenemos las atribuciones ni tenemos normativamente la responsabilidad sobre el Centro Ciudad de las Mujeres”, explicó en entrevista para Cuestione, Mabel Rosa Alma Guerra, de la Unidad de Política de la Sedatu.

La funcionaria explicó que desde abril de este año se sostuvieron reuniones y llamadas telefónicas con las trabajadoras para explicarles que no existen fondos para continuar la operación del lugar; sin embargo, ellas “en un afán de continuar y de que también es necesario este programa y dar continuidad en Tlapa continuaron con las labores”.

Alma Guerrera reconoció que en los años anteriores la Sedatu aportó recursos pero que “no se pueden continuar con estas prácticas” porque no tienen ningún sustento jurídico

Y confirmó que, luego de la protesta, se va a revisar el pago de los salarios y que van a “encauzar reuniones con las otras dependencias que tengan las atribuciones y que tengas los mecanismos para dar continuidad al centro, pero eso ya se vería en un futuro con reuniones con las diferentes dependencias y los gobiernos estatales”. 

¿Quién pierde?

Martha Sánchez, presidenta del Consejo Directivo de la organización Mujeres Voz y Rostro de la Montaña A.C (con experiencia de ocho años en acompañamiento a mujeres en la región) criticó que se pretenda desaparecer al centro.

De acuerdo con la activista, de cara a la creación del centro (2015) algunas organizaciones de la región salieron a marchar en Tlapa para exigir que se les diera presupuesto propio.

A decir de Sánchez, la montaña guerrerense se caracteriza por ser una región indígena, con mujeres que hablan hasta tres lenguas originarias diferentes

Y el Centro Ciudad de las Mujeres es uno de los pocos espacios que brindan atención a las mujeres con traductoras,  quienes les explican en sus lenguas maternas.

A esto se suma que Tlapa fue uno de los ocho primeros municipios en los que se decretó la Alerta de Violencia de Género en la entidad, desde 2017. 

La situación de violencia contra las mujeres en la región es tan grave que ellas son violentadas en al menos 80% de las familias de Tlapa, de acuerdo con las estimaciones de Mujeres Voz y Rostro. 

La activista detalló que el narcotráfico es otra problemática que agrava  la condición de la población femenina que habita la montaña, por lo que se requieren de más acciones gubernamentales.

La especialista explicó que el Centro Ciudad de las Mujeres ofrece talleres de empoderamiento económico que ayuda a que conozcan sus derechos. 

Con esta fórmula, detalló, se ganaron la confianza de las habitantes de Tlapa, por lo que su desaparición sería un retroceso enorme en la Montaña de Guerrero.

“De por sí no tenemos instituciones en los que se brinden asesorías. ¿Dónde queda la credibilidad del gobierno de garantizar los derechos de las mujeres? Se perdería la confianza. Es muy difícil que las mujeres accedan a estos servicios y las trabajadoras del Centro se han ganado esta confianza”, dijo Martha Sánchez

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