Van 15 meses y el programa Bienestar de AMLO aún no llega a las comunidades

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“Las becas no llegan”; “Nos dicen que es por sorteo”; “Las oficinas, que antes eran de Oportunidades, ahora están vacías”; “Antes podía estar segura que mis niños tendrían zapatos al iniciar el año escolar, ahora ya no”. Estas son algunas de las quejas de diferentes mujeres, cuyos hijos tuvieron becas de Prospera y hoy no reciben nada. 

“Lo que yo compraba con la beca era zapatos para la escuela, sus útiles y le podía comprar un poco más de fruta, para que fuera mejor alimentado a aprender”, dice Marisela, habitante de Chapa de Mota, un pueblo del municipio de Jilotepec, Estado de México. Su esposo –como la mayor parte de los hombres de la comunidad– se dedica a la albañilería, normalmente fuera de su localidad, pues en Chapa de Mota “no hay trabajo”, dice. 

Ella se queda al cuidado de sus hijos. La menor tiene 12 años y cursa el sexto de primaria: “Tuve la beca cuatro años seguidos y, este año, dijeron que ya no. Nos dijeron que la otorgarían por sorteo, pero no sabes a quién le hayan dado”, dice en entrevista con Cuestione

En 2018 se creó el Sistema de Información Social Integral (SISI), para concentrar los padrones de beneficiarios de distintos programas sociales. Sin embargo, este sistema fue olvidado tras la llegada del nuevo gobierno y sustituido por el Censo de Bienestar, que levantaron los “Servidores de la Nación” creados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero que aún no es público. “Ya pasaron a registrarnos (estos funcionarios), pero no volvimos a saber de ellos”, dice Carmen, una mujer de 25 años de la misma comunidad. 

Mientras eso ocurría, las oficinas de atención del hoy desaparecido Prospera se esfumaron, por lo que las personas de bajos recursos no saben a dónde acudir para aclarar su situación como beneficiarios. 

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Presupuesto 2020, no dan las cuentas

La Secretaría de Educación Pública (SEP) obtuvo, para 2020, 30 mil 475 millones de pesos de presupuesto para becas de educación básica, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación. Si lo quiere repartir entre los siete millones de personas menores de 15 años que asisten a escuelas públicas -lo que presumió el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera del 25 de febrero- les tocaría en promedio, a cada uno, cuatro mil 315 pesos al año. 

Sin embargo, la Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez asegura que las becas son de 800 pesos al mes, es decir, nueve mil 600 pesos al añoel doble de lo que se tiene en la bolsa para ese fin.

En esto radica la importancia de padrón de beneficiarios, advierte Fátima Masse, coordinadora de Proyectos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en entrevista con Cuestione. Y es que si no se sabe exactamente cuántas personas se beneficiarían, las proyecciones del presupuesto necesario no funcionan. 

De los siete millones de niños y niñas beneficiarias, dos entidades concentran al 24%: Chiapas (10.5%) y Estado de México (13.5%).

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Desarticulando lo bueno de Prospera

El programa Oportunidades (2002-2014) fue reconocido por la ONU y el Banco de México, por su combate a la pobreza. Además, fue inspiración para el entonces alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien lanzó su programa Opportunity NYC: Family Rewards

Más tarde, cuando Oportunidades se convirtió en Prospera (en 2014), las becas ayudaron a que los niños y niñas de familias de bajos recursos permanecieran más tiempo en el sistema escolar, al pasar de 2.15 a 3.62 años escolares, entre 2012 y 2017, de acuerdo con el Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Una de las razones para este éxito consistía en que el programa no solo daba dinero para que los niños se mantuvieran en la escuela, sino que también tenía otros componentes: alimentario (apoyos económicos mensuales); salud (los beneficiarios debían participar en charlas de prevención y consultas de revisión médica periódica); vinculación, el programa apoyaba la conformación de grupos, que contaban con “vocales” –especie de líderes de la misma comunidad– que fomentaban la inclusión social, laboral, financiera y productiva.

“El éxito de Prospera era que hacia este triángulo para compensar rezagos, carencias, que inciden en el desarrollo de una persona. Todo eso desapareció con Bienestar”, apunta Masse. “En vez de tener programas mejor estructurados, hay una tendencia de dar apoyos monetarios. Prospera se desarticuló y se convirtió en un programa de becas”. 

La especialista reconoce que Prospera no era perfecto y tenía áreas de mejoras, sin embargo, considera que lo positivo también se eliminó: “A corto plazo los resultados eran positivos, pero a largo no necesariamente los egresados de Prospera tenían mejor oportunidades, lo cual podría ser por un menor crecimiento del país, pero también a que los servicios educativos no eran tan buenos, por tanto continuaban con desventajas para conseguir un empleo”.

Por el otro lado, un aspecto negativo que trascendió a Bienestar “es que sigue privilegiando el acceso (a la educación), pero no la calidad o las capacidades que tendrían que estar desarrollando, y eso es un drama”, dice Masse. 

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Las becas de Bienestar para universitarios tampoco llegan

Cuestione constató que decenas de alumnos de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez tampoco reciben sus becas. Los atrasos van de uno a cinco meses. 

Luis estudia Ingeniería Forestal en el plantel de Magdalena Contreras, Ciudad de México, desde septiembre de 2019. En todo este tiempo no ha visto ni un peso de los dos mil 400 pesos mensuales que le prometieron, a manera de beca, al inscribirse. 

“Este es un riesgo de no contar un padrón transparente, no existe la transparencia ni el control de ver cómo y cuándo van los recursos”, dice Masse. 

La especialista también apunta que la falta de transparencia en los padrones genera una posible fuente de corrupción y de ineficiencia, y aunque el presupuesto crezca para apoyar a los más pobres, no se tendrá certeza de realmente a quién beneficiará.

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