No usar el avión presidencial cuesta a los mexicanos casi 44 mil pesos al día. No sólo eso, sino que en 2019 el gobierno Federal gastó 1845% más en la compra de boletos de avión para trasladar al presidente y otros funcionarios.
En 2019 el gobierno federal gastó en boletos de avión un millón 700 mil pesos; en 2018, fueron 60 mil pesos, un aumento real de mil 845 por ciento en solo un año. El “José María Morelos y Pavón”, que sólo se usó un par de años, transportaba al presidente, funcionarios públicos e incluso a la prensa, pero ya lleva poco más de un año guardado en un hangar de California, en Estados Unidos esperando sin éxito a un posible comprador.
El avión lo compraría cualquiera, decía el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando aspiraba a ser presidente, en 2017. Dos años después, de acuerdo con información de Reforma solicitada a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) vía transparencia, el gobierno mexicano ha pagado a Boeing 16 millones de pesos por el estacionamiento y mantenimiento del avión presidencial.
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Así, al sumar los 16 millones que cuesta tener el avión guardado, más lo que se gastó el gobierno federal en pasajes de avión, en 2019 se gastaron casi 18 millones. Poco más de los 17 millones que gastó el expresidente Enrique Peña en vuelos nacionales, según la publicación de Reforma.
Más caro el caldo que las albóndigas
Andrés Manuel López Obrador ha señalado que la venta del avión solucionaría proyectos prioritarios, pero nunca precisó cuáles; luego dijo que serían para definir una estrategia migratoria, y que también servirían para llevar agua a una comunidad en Hidalgo.
La realidad es que con la venta del avión, valuado por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos en 150 millones de dólares, es decir, unos dos mil 900 millones de pesos, no se obtendrían ganancias y solo se dejaría de pagar el adeudo que todavía existe por la compra, según informaba en abril de 2019 el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú.
El avión que se adquirió durante el sexenio de Felipe Calderón, pero que se entregó cuatro años después en el periodo presidencial de Enrique Peña Nieto, tuvo un costo total de cinco mil 213 millones de pesos y sería adquirido a un plazo de 15 años.
En 2018 se pagaron mil 622 millones de pesos, por lo que con la venta del avión, que al parecer no sale ni en rifa, apenas alcanzaría para pagar lo que aún se adeuda por el avión.
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López Obrador consideraba en septiembre de 2018 que el uso del avión era “una fantochería”. Pero hasta Cuba y Venezuela tienen una de esas “fantocherías” equipadas con tecnología que permiten tener a los mandatarios en comunicación durante todos sus viajes.
En octubre de 2019, cuando Culiacán ardía entre enfrentamientos de fuerzas armadas con grupos de crimen organizado, el presidente estuvo cerca de dos horas incomunicado. Viajaba de la Ciudad de México a Oaxaca en un vuelo comercial, así que no se enteró cuando su gabinete dijo que los enfrentamientos en Sinaloa eran parte de un patrullaje y no de un operativo.
También en febrero de 2019 perdió un vuelo de Veracruz a la Ciudad de México, pero el presidente del país insiste en que es mejor tener el avión guardado, aún cuando salga más caro el caldo que las albóndigas.
