Este lunes 11 de marzo de 2024 fue el primer día del Ramadán, la festividad religiosa más sagrada para el Islam. En este que debería ser un mes de oración e introspección para el mundo islámico, más de dos millones de creyentes en Gaza continuarán bajo el fuego israelí y si todo continúa como hasta ahora, miles más morirán.
Un alto al fuego humanitario permanente en Gaza se ve cada vez más lejos mientras que las tensiones entre Estados Unidos e Israel siguen creciendo. Por una parte, el presidente Joe Biden había declarado que su gobierno estaba negociando un alto al fuego antes del Ramadán; por otra, Benjamin Netanyahu –primer ministro israelí– amenazó con una invasión terrestre a Rafah en este mes sagrado si los rehenes no eran devueltos a Israel.
Rafah es una pequeña ciudad al sur de la franja de Gaza donde más de un millón de palestinos se encuentran refugiados. Al inicio de la guerra cientos de miles de personas en ciudades y poblados en el norte de la franja fueron desplazados hacia esta ciudad fronteriza con la promesa de que en el sur estarían seguros. Conforme han ido avanzando los meses ha quedado claro que no hay lugar seguro en Gaza. Los ataques aéreos en Rafah han sido constantes ya por semanas, pero una invasión a pie tendría un costo en vidas aún mayor.
El dilema de Biden
Joe Biden se encuentra en un momento crucial en su carrera política. Con la nominación demócrata ganada el mandatario está en plena campaña para reelegirse como presidente. En noviembre se enfrentará de nuevo al ex presidente Donald Trump, quien también ha asegurado la nominación republicana y busca regresar a la Casa Blanca para 2025.
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A pesar de la recuperación económica que ha liderado el demócrata, la estabilidad que ha traído al país después de los años caóticos de pandemia y la multitud de problemas legales en los que se está ahogando su contrincante, la carrera por la presidencia parece estar cada vez más reñida.
Joe Biden ha perdido apoyo significativo entre grupos clave de la coalición ganadora que formó en 2020. Entre quienes dudan apoyar al también ex vicepresidente están los votantes más jóvenes, muchos de los cuales se sienten desconectados del líder por su edad avanzada de 81 años, pero otros planean abandonarlo por su apoyo a Israel en el conflicto en Gaza.
En Michigan una iniciativa de votar “no comprometido” para presionar a Biden por un cese al fuego ganó 100,000 votos en las elecciones primarias demócratas. Aunque a nivel nacional no son muchos los votantes demócratas dispuestos a no votar o anular su voto en noviembre en protesta a la situación en Gaza, en una elección tan cerrada como se prevé que sea esta, un puñado de votantes que abandonen a Biden en estados clave podrían darle el triunfo a Trump. Esto sería un gran riesgo para la causa, ya que el ex presidente está mucho más alineado con la derecha Israelí y en contra del mundo árabe que el actual presidente.
Joe Biden ha criticado las acciones de Israel en las últimas semanas en lo que parece ser un intento por moderar su apoyo y no alienar a los grupos más progresistas entre los demócratas. Sin embargo, su administración no ha logrado cumplir con el alto al fuego que aseguran están tratando de negociar. Por el contrario, Netanyahu ha dicho que lejos de frenar los ataques, pretende proseguir con los planes de invadir Rafah a pesar de las presiones internacionales.
Una catastrofe humanitaria
A los bombardeos y el desplazamiento forzado de civiles en Gaza se le suma la hambruna, un riesgo del que la ONU advertía desde principios de 2024 ya es una realidad, sobre todo para quienes se encuentran en el norte.
Decenas de personas han muerto ya de hambre y malnutrición, entre los principales afectados están los niños y niñas palestinos. En las últimas cinco semanas, tan solo en el Hospital Emirati en Rafah 16 bebés prematuros han muerto a causa de malnutrición. La falta de alimentos ha hecho imposible que madres amamanten a sus hijos recién nacidos y familias completas sobreviven de comida para animales que mezclan con agua para hacer algo como pan.
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El pasado 29 de febrero un convoy israelí entró a la Ciudad de Gaza para entregar ayuda humanitaria –según Israel 30 camiones, según testigos en Gaza menos de 20– y terminó abriendo fuego en contra de los civiles hambrientos que corrieron hacia los automóviles para agarrar un costal de harina. Autoridades israelíes explicaron que los soldados se sintieron amenazados por los palestinos que se les acercaron, por lo cual les dispararon. Por lo menos 118 civiles fueron asesinados en lo que se ha nombrado la “Masacre de la harina”.
Ante la negativa de Israel de permitir la entrada de ayuda humanitaria a la franja conforme han ido intensificando su ofensiva, la comunidad internacional resolvió lanzar ayuda humanitaria desde aviones. Estas entregas no solo son insuficientes y muy costosas, también han resultado ser peligrosas. El pasado viernes 8 de marzo, por lo menos cinco niños murieron y 10 personas resultaron heridas a causa de estas operaciones.
El siguiente paso ha sido abrir una ruta marítima entre Chipre y Gaza para entregar alimentos y agua a civiles. Este 12 de marzo salió de Chipre el primer cargamento de ayuda humanitaria a Gaza. La organización española detrás de estos esfuerzos aseguró que se han coordinado con grupos palestinos para recibir y distribuir los alimentos, pero dado el estado de los caminos en este territorio falta ver si esto se logra. Estados Unidos se ha comprometido a crear un puerto temporal en Gaza, pero apenas este martes zarpó de Virginia el barco militar que llevará a cabo este proyecto.
Sin embargo, se ha criticado esta iniciativa por ser una distracción de la realidad que la única forma de entregar la cantidad necesaria de ayuda a Gaza es por tierra, pero Israel la está bloqueando.
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“Parece ser simplemente otro esfuerzo para desviar la atención del verdadero problema aquí, que es que 700,000 personas están pasando hambre en el norte de Gaza ahora, e Israel no permite que les llegue ayuda humanitaria a ellos ni al resto de la Franja de Gaza“, dijo Mustafa Barghouti, el secretario general de la Iniciativa Nacional Palestina.
Durante los primeros cuatro meses de la guerra en Gaza más de 12,300 niños han muerto, más que todos los niños muertos en conflictos en los últimos cuatro años en el mundo.
¿Alto al fuego?
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo estar trabajando en un cese al fuego de por lo menos seis semanas para aliviar un poco la catástrofe humanitaria que están atravesando en Gaza. Por su parte Qatar también ha estado haciendo un esfuerzo por mediar las negociaciones entre Israel y Hamas, sin embargo, oficiales del gobierno de Qatar advirtieron que un acuerdo sigue lejos de alcanzarse.
¿Por qué es tan difícil alcanzar un cese al fuego? Porque el gobierno israelí se ha comprometido con que no pararán hasta destruir completamente a Hamás. La reputación y el gobierno de Benjamin Netanyahu cuelga sobre esta promesa que es prácticamente imposible de cumplir a corto plazo.
Un reporte de inteligencia estadounidense advirtió que a Israel le esperan años de resistencia por parte de Hamás y erradicar al grupo por completo no será una tarea finita. Netanyahu tendrá que mantener la opinión pública –que desde antes de la guerra no lo favorecía– de su lado, no solo al interior de Israel, sino al exterior también si desea mantenerse en como Jefe de Estado y lejos de los problemas legales que le esperan de caer del gobierno.
Las imágenes e historias que salen de Gaza tienen el potencial de cambiar el rumbo de la guerra si las demandas ciudadanas de un alto al fuego humanitario siguen creciendo e incomodando a los gobiernos del mundo, pero el hambre y las bombas se mueven más rápido que la política.
¿Cuánto sufrimiento le espera todavía a los palestinos en lo que el mundo ordena sus prioridades?
