La crisis migratoria en la frontera, secuestrada por intereses políticos

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En diciembre de 2023 la policía fronteriza de Estados Unidos detuvo a más de 302,000 migrantes en la frontera con México, una cifra récord que alarmó tanto a demócratas como a republicanos sobre la crisis migratoria que está atravesando la región.

Al interior de Estados Unidos los conflictos alrededor de la frontera llevan años dividiendo al país, pero a principios de febrero parecía que por fin se había llegado a un acuerdo sobre como lidiar con el tema. Con ayuda de algunos republicanos, el presidente Joe Biden mandó al congreso una ley para controlar la migración, además de mandar dinero a sus aliados en guerra: Ucrania e Israel

Esta propuesta de ley pretendía ser la gran reforma que tiene pendiente este país respecto a la migración, tema que desde la pandemia por COVID-19 en 2020 se ha vuelto insostenible.  

Entre las nuevas políticas que se proponían destacaba un nuevo mecanismo de emergencia que restringía la entrada de quienes pedían asilo y cerraba la frontera si las entradas diarias durante una semana superaban las 5,000 o si en un solo día se registraban 8,500. La ley agilizaba el proceso para pedir asilo, pero también aumentaba los requisitos para que se otorgara. Así mismo incluía $20,000 millones de dólares para mejorar la capacidad de acción en su frontera sur. 

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Sin embargo, este proyecto de ley fue rechazado el 7 de febrero por republicanos fieles a Trump que se rehúsan a darle una victoria a Biden en año electoral, así como por demócratas que consideraban que este proyecto iba demasiado lejos en restringir la migración. 

El senador republicano Ted Cruz declaró que esta ley “no resuelve el problema” ya que simplemente “codificaba la política de Joe Biden de abrir las fronteras”.

Cooperación con México

Por meses ya, el gobierno mexicano se ha mantenido en constante diálogo con el de Estados Unidos para tratar de mitigar esta situación, sin embargo, no ha sido fácil. En primer lugar, porque hoy la mayoría de los migrantes que intentan cruzar no son mexicanos. 

Cada vez son más los migrantes centroamericanos y sudamericanos dispuestos a arriesgar sus vidas para huir de sus lugares de origen. El acuerdo entre los vecinos ha sido intentar contenerlos en territorio mexicano, sin embargo, son millones las personas que salen de su lugar de origen y se prevé que esta cifra irá en aumento conforme vayan empeorando la violencia, los desastres naturales y el cambio climático.

Organizaciones de la sociedad civil han denunciado las malas prácticas de oficiales migratorios y miembros de las Fuerzas Armadas en México alrededor del tema. Las denuncias por violaciones a derechos humanos son incontables y se acusa a las autoridades de detener a migrantes y trasladarlos a los estados del sur, donde los abandonan sin ayuda. En México no existe ni la infraestructura, ni el personal para procesar a tanta gente, según la misma Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ni una sola estación migratoria en México “es adecuada”. 

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La Fundación para la Justicia -una organización civil- ha registrado que el 36% de las personas que pasan por México son víctimas de tráfico de personas y un 54% de desaparición. 

Un tema electoral 

A menos de nueve meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el ya de por sí dividido país está más polarizado que nunca. Por una parte la mayoría de los republicanos –tanto del electorado como miembros del partido– apoyan ciegamente al ex presidente Donald Trump a pesar de sus problemas legales. 

Por otro lado, los demócratas se han formado detrás del actual presidente Joe Biden para convertirlo en el presidente más viejo de la historia estadounidense, a pesar de su impopularidad entre sectores clave del electorado.

Desde 2015 que Donald Trump anunció por primera vez su tirada a la presidencia, algo que en ese momento parecía imposible, ha utilizado la migración para apelar al nacionalismo y la xenofobia de millones de votantes. La infame promesa de construir un muro en la frontera con México –cosa que nunca logró en sus cuatro años como presidente– lo llevó hasta la Casa Blanca. 

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Ya como presidente en 2020, el argumento de que solo él podía detener la migración fue más difícil de vender, y la ansiedad que vino con la pandemia por COVID-19 contribuyó a un retorno al status quo y la elección de Biden, un político tradicional. 

La migración seguirá sin respuesta

La realidad es que ni Trump ni Biden lograron regular la migración a Estados Unidos porque ni los muros, ni los agentes solucionan los problemas en los países de orígen que llevan a tantos a emigrar. 

La ley propuesta por Biden fue muy criticada por Donald Trump, quien alegaba que esta permitía la entrada de 5,000 personas diarias, lo cual es falso. La realidad es que el ex presidente necesita recuperar la coalición que ganó en 2016 y la promesa de una reforma migratoria de mano dura puede ser la forma de lograrlo. 

El ex congresista republicano Will Hurd, así como múltiples demócratas incluidos el presidente y el líder de la mayoría en el Senado, acusaron a Donald Trump de estar utilizando la migración como una “herramienta política” para tenerlo como problema al cual apuntar durante la campaña 

Solo un tonto o un democrata radical de izquierda” votaría por esta ley, dijo el ex presidente; sin embargo, la ley tampoco fue bien recibida entre los congresistas más progresistas, quienes acusaron a esta propuesta de ser demasiado dura. 

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Se requerían 60 votos para que la legislación avanzara, pero con 49 votos a favor y 50 en contra la ley murió en el piso del Senado. Cuatro republicanos votaron a favor y cinco demócratas en contra. Algunos de estos demócratas se opusieron a las nuevas medidas migratorias, pero otros votaron en contra del dinero que esta ley también otorgaba a Israel para continuar la guerra en Gaza. 

Que me condenen si le doy otro centavo al gobierno de Netanyahu para continuar esta guerra contra el pueblo palestino“, dijo en X el senador independiente Bernie Sanders

La representante demócrata al frente del Caucus Hispano, Nanette Barragán, denunció que esta ley representaría un retroceso de hasta 15 años en materia migratoria. También reclamó el hecho de que no se incluyera a congresistas hispanos en la redacción de la ley y que la cooperación de la Casa Blanca se diera con los republicanos.

Al día siguiente en el Senado pasó con 67 votos a favor una versión de esta propuesta que solo conservaba el financiamiento a los aliados de Estados Unidos que se encuentran en conflicto, ahí otorgaron $14,000 millones de dólares a Israel.Mientras tanto la crisis en la frontera crece. ¿Tendrán que pasar las elecciones para que se tomen cartas en el asunto?

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