¿Hay una vuelta hacia el autoritarismo en América Latina?

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El compromiso de la ciudadanía con la democracia en América Latina es cada vez más frágil, según el Latin American Public Opinion Project (LAPOP, por sus siglas en inglés), una herramienta que sirve para conocer lo que piensa la gente en esta región del mundo. 

De acuerdo con el informe de LAPOP para 2021, si bien las personas afirman su deseo de tener voz en la política, también son escépticas sobre la capacidad de la democracia electoral para cumplir con sus expectativas. 

Como respuesta, son más tolerantes a que sus líderes tomen el poder por vías no democráticas o actúen al margen de ley siempre y cuando gobiernen con firmeza. 

Según V-Dem, una organización internacional dedicada a estudiar la democracia en el mundo, el avance del autoritarismo es notorio en regiones como la de Asia del Pacífico, Europa del este, Asia central y América Latina. ¿En qué países de Latinoamérica es más evidente?

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Preferencias por gobiernos centralizados 

El informe de LAPOP de 2021 señala que el escepticismo en torno a la democracia persiste, pues hay personas que no están de acuerdo con que la democracia representativa sea el mejor sistema político disponible. 

Hay quienes dudan que sus voces estén siendo escuchadas en las elecciones y se inclinan más por un sistema de democracia directa, es decir, sin instituciones electorales de por medio como el Instituto Nacional Electoral.

Avances y retrocesos

El reporte de V-Dem señala que en América Latina hay avances democráticos, tal como el de Chile. Tras un estallido social y político en 2019, el Congreso de Chile optó por reescribir su Constitución. 

Sin embargo, según el reporte de la organización, la democracia en la región retrocedió en algunos países, mientras avanzaban los regímenes autoritarios. 

Destaca el caso de El Salvador, donde gran parte de la ciudadanía apoyó al presidente Nayib Bukele, quien ha mantenido el apoyo público a pesar de ordenar a las fuerzas de seguridad intimidar físicamente a la legislatura y de centralizar el poder en torno a su persona. 

También el de Brasil, donde Jair Bolsonaro se ha ganado una reputación de autoritario al incluir un número récord de oficiales militares en su gobierno. O en Nicaragua, donde el Ejecutivo y Legislativo están votando a favor de retrocesos en los derechos de las disidencias sexuales. 

Las tendencias autoritarias en estos países no son algo novedoso, señalan los expertos de V-Dem, pero las prácticas autoritarias son cada vez más pronunciadas, como las restricciones a la libertad de expresión y los medios que presenta la generalidad de las naciones en la región. 

El reporte señala que, en general, el nivel de democracia en América Latina se encuentra en un punto visto por última vez en 1990, justo en la época cuando varios países de la región se empezaron a democratizar. 

¿Conservadores o militares?

Según datos históricos de LAPOP, la cantidad de individuos que tolerarían que el Ejecutivo tomara el poder de forma abrupta -es decir, que hubiera un golpe de Estado- es el doble que hace una década. 

Las personas prefieren, hoy en día, una persona que lidere de manera fuerte aunque trabaje al margen de las disposiciones legales. 

Al preguntar sobre las preferencias entre un estándar de vida mínimo garantizado o elecciones libres, menos de la mitad de las personas escogieron la última opción

Es una tendencia mundial

Según V-Dem, una organización internacional dedicada a estudiar la democracia en el mundo, las autocracias están en aumento. En 2021, la organización contó 30 países con este tipo de régimen establecido y 33 otras naciones en proceso de volverse autocracias. 

¿Por qué? En el reporte de V-Dem se explica que este tipo de gobiernos diseminan información falsa para inflar sentimientos negativos y de desconfianza, lo que alimenta la polarización y, con ello, un sentimiento de injusticia para las personas que se piensan afectadas.

Los líderes autocráticos aprovechan la coyuntura para ser ellos quienes escuchen los agravios de estas personas.  

Para que prevalezcan las democracias, es necesario que los líderes den señales de que están poniendo atención a la población. Las personas, según LAPOP, sienten que los gobiernos hacen caso omiso.

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